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Coronavirus en Italia No pagar la hipoteca, la luz o el gas, medidas del Gobierno de Italia por la llegada del coronavirus

La parálisis productiva de Lombardía y Véneto llevaría a Italia a una nueva recesión. El Gobierno transalpino de Giuseppe Conte, por esta razón, ha puesto en marcha un paquete de medidas fiscales para impedirlo.

Uno de los muchos partidos de la liga italiana cancelados por el coronavirus. REUTERS/Daniele Mascolo
Uno de los muchos partidos de la liga italiana cancelados por el coronavirus. REUTERS/Daniele Mascolo

Las regiones norteñas de Lombardía y Véneto representan un tercio de la economía en Italia, pero además es una de las zonas más productivas de Europa. A raíz de la crisis del coronavirus, las autoridades transalpinas decidieron desde el primer momento –más allá de la zona roja, en el sur de Milán, bloqueada durante al menos dos semanas para evitar la ampliación del foco del contagio–, cerrar o en cualquier caso limitar las aglomeraciones públicas, en el sentido más amplio: lugares de trabajo, bares, restaurantes, iglesias, cines, teatros, escuelas y universidades.

Se prevé que las medidas preventivas sanitarias puedan afectar al motor económico de Italia. Desde la llegada del virus, el Gobierno italiano de Giuseppe Conte ha empujado –movido por una excesiva prudencia– para que las zonas más contagiadas por el Covid-19 estuvieran lo más aisladas posibles. Así ha sido, por ejemplo, para la zona roja, el conjunto de diez pueblos con centenares de casos positivos por coronavirus.

Ante lo que se prevé como una importante crisis económica para el norte y el resto de Italia, el Gobierno transalpino de Conte ha puesto en marcha un paquete de medidas fiscales. Las personas y las empresas afectadas de alguna manera por el coronavirus, por ejemplo, no tendrán que pagar impuestos ni facturas de gas, agua o luz. Los trabajadores que no puedan acudir a su lugar de trabajo tendrán una suspensión de la hipoteca durante algunos meses. Los autónomos, comerciantes y artesanos que hayan tenido que parar la actividad debido a la emergencia sanitaria tendrán una indemnización de 500 euros al mes, como mucho, hasta tres meses. "Se trata de un paquete de medidas logrado en tiempo récord", asegura el ministro de Economía italiano, Gualtieri, tras la aprobación de las medidas este viernes.

Las medidas de protección se han extendido, de forma más moderada, al resto de la región de Lombardía, especialmente a Milán. A lo largo de esta semana, la ciudad más importante de la economía italiana vio cerrar su conocida catedral, el Duomo y los locales de la ciudad, actualmente, cierran de 18:00 a 06:00 horas.

Las cuatro regiones más productivas de Italia representan el 50% del PIB del país con forma de bota. Lombardía (Milán), Véneto (Venecia), Emilia-Romaña (Bolonia) y Piamonte (Turín), generan en total 852.000 millones de euros en la producción italiana. El hecho de que durante al menos dos semanas muchas poblaciones de la zona tengan menor libertad de movimiento podría influir directamente en la menor riqueza de dichos territorios. Según informan las principales cabeceras italianas, debido al efecto coronavirus, durante este trimestre enero-marzo el PIB italiano podría perder incluso el 1%. Para el Banco de Italia la pérdida será del -0,2% en términos anuales.

El mayor temor de los italianos es que el norte se paralice y arrastre al país hasta una nueva recesión. Según determinados datos económicos analizados por la agencia de calificación de riesgos Moody's, hay un gran riesgo de que baje el PIB. No es nada positivo, más allá de lo obvio, porque uno de los principales problemas crónicos de la economía italiana es que lleva fuertemente estancada desde el arranque de la crisis económica de 2008. Para hacerse una idea, ya en el pasado trimestre el PIB italiano se redujo del -0,3%. Esta semana, a menudo la Bolsa de Milán ha cerrado en negativo, como el pasado lunes, que perdió el 5%.

En la era de la tecnología digital también ha habido otras respuestas laborales a la crisis del coronavirus. Tanto en la zona roja, como en Lombardía, como en el resto de Italia; muchas empresas, temerosas de las posibles consecuencias de un coronavirus en rápida expansión, han optado por el teletrabajo, así pues, por la idea de que los trabajadores pudieran realizar sus funciones habituales, siempre que fuera posible, haciendo uso de Internet desde casa. Una solución para mantener la actividad laboral respetando, si fuera necesario, la estrategia de la autocuarentena; con el objetivo último de prevenir un mayor número de contagios por Covid-19. Empresas como Luxottica (gafas), Tim (telefonía), Unicredit (banco), Vodafone (telefonía), Tod's (calzado) o Heineken (cerveza), por ejemplo, han aplicado esta modalidad de trabajo telemático a sus dependientes.

En los últimos días, hay cierto deseo de normalidad en la opinión pública de Italia. En buena parte de las ciudades del país, la mayoría de las personas no van con mascarillas, a menos que se trate de la zona roja y de ciudades como Milán. El Gobierno de Giuseppe Conte bien es cierto que ha querido actuar enseguida, al igual que muchas regiones norteñas de Italia, pero la extremada prudencia, de alguna manera, ha alertado a los italianos mucho más que el propio virus. No ha faltado pedagogía médica a lo largo de esta semana en los medios de comunicación, pero las portadas de los principales periódicos italianos han bajado el tono de alerta, incitando a la calma, a la normalidad. Y al deseo de volver a empezar.

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