La Corte mundial certifica el riesgo de genocidio en Rafah y exige a Israel que termine su ofensiva
Borrell avisa de que ha llegado el momento de "elegir entre apoyar a las instituciones internacionales y el Estado de Derecho o apoyar a Israel" porque ambas cosas son "incompatibles".
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
Frenar la operación militar en Rafah. Permitir el acceso a las agencias de ayuda humanitaria. No obstruir el trabajo de las investigaciones que estudian la denuncia de genocidio. Son las exigencias que salen este viernes de La Haya. El Tribunal de Justicia Internacional, bautizado como la Corte mundial, constata el riesgo de que se cometa un genocidio en el sur de Gaza y exige a las filas de Benjamín Netanyahu que ponga fin a esta ofensiva "inmediatamente". El fallo es vinculante y no admite alegaciones, pero es poco previsible que el Estado hebreo lo acate. Israel cierra así su peor semana en la esfera internacional y cuenta con un mes para enviar a la ciudad neerlandesa un informe detallado sobre las medidas que ha tomado.
"Israel debe poner fin de inmediato a su ofensiva militar y a cualquier otra acción en la provincia de Rafah que pueda infligir al pueblo palestino en Gaza condiciones de vida que puedan provocar su destrucción física total o parcial". Así de contundente se ha mostrado el juez Salam, quien ha leído el veredicto. La medida ha sido aprobada por 13 votos a favor frente a dos en contra (de los jueces procedentes de Uganda e Israel). La Haya responde así a la denuncia de Sudáfrica en los tribunales internacionales. Pretoria sentó a Israel en diciembre en el tribunal de la ONU acusándole de cometer un genocidio en la Franja de Gaza. Aunque el veredicto sobre esta cuestión de fondo tardará años en llegar, el tribunal ya ordenó en enero y en marzo a Israel que tomase "medidas urgentes" para evitar un genocidio.
Ahora da un paso más exigiendo el fin de la ofensiva militar en el sur de la Franja, pero continúa sin pedir un cese de las hostilidades en todo el enclave. No obstante, La Haya eleva un paso más su presión y el fallo del viernes va más lejos que las cautelares solicitadas en las dos ocasiones anteriores. Los jueces concluyen que la situación humanitaria sobre el terreno no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado a una categoría que describen como "desastrosa". Hasta el 18 de mayo, han sido desplazados a la fuerza cerca de 800.000 palestinos. Acontecimientos "excepcionalmente graves" que se han recrudecido tras la ofensiva en el sur donde muchas de estas personas se encuentran en una ratonera sin comida, medicinas o agua potable.
En las audiencias previas celebradas la semana anterior, Pretoria denunció que la "impunidad institucionalizada de Israel está permitiendo la aniquilación de los palestinos en Gaza" con Rafah como última parada. Mientras que la defensa israelí esgrimió que no está llevando a cabo un genocidio, sino que se trata de una "guerra trágica" y se escudó en que retirarse de Gaza sería una condena a muerte a los rehenes que continúan en manos de Hamás.
Implicaciones
Israel ha respondido al fallo como se esperaba: intensificando sus bombardeos. Diferentes medios de la región han informado de que aviones de combate israelí han lanzado ataques contra el campamento de Shaboura, situado en Rafah. La orden de La Haya es vinculante. Según el Artículo 94 de la Carta de Naciones Unidas "cada miembro de la ONU se compromete a acatar la decisión de la Corte Internacional de Justicia". E Israel es miembro de la CPI. Sin embargo, nada hace pensar que el líder ultranacionalista Netanyahu vaya a atacarla. Más bien el escenario base es que lo ignorará o lo utilizará como argumento de antisemitismo. "Nadie nos detendrá. Ni La Haya, ni el eje del mal ni nadie", avisó tras las primeras cautelares de enero. La dura postura belicista está abocando a Israel al aislacionismo internacional. Para sus defensores es cada vez más complicado cerrar filas con Tel Aviv y mirar para el otro lado.
Por ello, la sentencia eleva y mucho la presión sobre Estados Unidos y los países europeos. La UE ha sido una firme defensora del orden multilateral y las organizaciones internacionales. Continuar mirando para otro lado mientras este país incumple las sentencias dictadas por el tribunal de Naciones Unidas mermará su credibilidad en el resto del mundo, especialmente en el denominado sur global. En paralelo, la ausencia de consecuencias si Israel ignora la orden pondría en evidencia la función de organismos como la propia ONU.
Semana negra
Con este jarro de agua fría, Israel cierra su semana más complicada por el rechazo internacional a su masacre sobre el pueblo palestino. El lunes, el fiscal de la Corte Penal Internacional, encargada de castigar a individuos responsables de cometer crímenes de guerra, pidió una orden de detención y arresto contra el líder del Likud y su ministro de Defensa. Israel no reconoce la jurisprudencia de la CPI, que es de alguna forma un invento europeo que no han sellado otros como el propio Estados Unidos y China. La medida todavía debe de ser ratificada por los jueces, pero de confirmarse obligaría a los Estados europeos a acatarla.
Apenas 48 horas después de este movimiento, España, Irlanda y Noruega anunciaron de forma coordinada que el próximo 28 de mayo reconocerán el Estado de Palestina. Un paso que podría tener efecto contagio en otros países afines dentro del bloque comunitario como Malta, Eslovenia o Bélgica.
Reacciones
El grupo terrorista de Hamás ha reaccionado celebrando la decisión, pero lamentando que no es suficiente ya que debería ampliarse a toda la Franja. Por su parte, desde la capital comunitaria, Janesz Lenarcic, comisario de Ayuda Humanitaria, ha "tomado nota" y ha recordado que las órdenes de la CIJ son vinculantes para las partes y éstas deben cumplirlas. "Espero su plena e inmediata aplicación", ha afirmado. Desde una charla en Florencia, Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, ha sido tajante: "Tenemos que elegir entre apoyar a las instituciones internacionales y el Estado de Derecho o apoyar a Israel" ambas cosas son "incompatibles".
"Si queremos una justicia internacional que evite que queden impunes las graves violaciones de derechos humanos en el mundo, hemos de apoyarla", ha asegurado esta mañana en una entrevista en TVE en la que ha pedido que no se intimiden ni amenacen a los jueces como están haciendo Estados Unidos e Israel. "No puede ser que solo aplaudamos las decisiones de los jueces cuando van a nuestro favor. No podemos aplaudir a la Corte penal cuando va contra Putin (...) No podemos tener una doble vara", ha advertido.
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