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Los drusos se levantan contra la ley que establece a Israel como "el hogar nacional del pueblo judío"

La controvertida ley del Estado-nación aprobada por la Kneset en julio ha suscitado un alud de críticas y protestas dentro y fuera del país. Entre quienes la denuncian figuran los drusos, una comunidad que considera que la ley segrega entre judíos y no judíos, y hasta consolida el 'apartheid' dentro del estado.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. / SEBASTIAN SCHEINER - REUTERS

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El primer ministro Benjamín Netanyahu y sus acólitos acusan a quienes se oponen a la nueva Ley del Estado-nación de “izquierdistas”, pero eso no se puede decir de Amal Asaad, un druso que llegó a general dentro del ejército y que en 1999, tras retirarse con todos los honores, se afilió al Likud, el partido del primer ministro.

Asaad es uno de los miembros más destacados de la comunidad drusa y uno de quienes estos días han llevado a la calle la lucha contra la controvertida ley. Asaad ha convocado a toda la comunidad drusa para que se manifieste este sábado por la noche en el centro de Tel Aviv.

Los drusos son una minoría religiosa que estableció su nueva religión en la edad media. La población drusa vive en Israel –alrededor de 120.000- y en las montañas de Siria y Líbano. En su momento se alió con el sionismo y combatió al lado de las tropas judías durante la guerra de 1948, cuando se fundó el estado de Israel.

Los drusos sirven obligatoriamente en el ejército

Entonces se consagró el llamado ‘Brit Damim’, que en hebreo significa ‘Pacto de Sangre’, un acuerdo que desde entonces ha estado en vigor entre judíos y drusos y que todos los líderes israelíes han aceptado a lo largo de siete décadas diciendo que era un acuerdo “sagrado” entre las dos comunidades.

Los drusos sirven obligatoriamente en el ejército y a menudo están en los puestos más peligrosos. El hecho de que sean hablantes de árabe hace que se les destine con frecuencia a los territorios ocupados. El general Asaad fue el máximo responsable militar en los territorios ocupados antes de retirarse en 1998.

“Nosotros formamos parte de esta tierra y la hemos defendido”, dijo esta semana Asaad a The Jerusalem Post. “De repente ha llegado esta ley que dice: ‘Un momento: este es un hogar solo para los judíos, tenéis que iros porque ya no formáis parte de la familia. Si lo deseáis, comportaos agradablemente, y entonces ya veremos si os permitimos participar. Ya lo decidiremos (los judíos) ya que este es nuestro hogar’”.

Desde el establecimiento de Israel en 1948 han muerto más de 420 drusos vistiendo el uniforme caqui. De hecho, el 80 por ciento de los drusos hacen servicio de armas, un porcentaje que incluso es superior al que hay entre la población judía. Algunos drusos llegan a desempeñar mandos importantes o se enrolan después en la Guardia de Fronteras, un cuerpo paramilitar que opera a menudo en los territorios ocupados.

Mientras la declaración de la independencia de 1948 prometía que todos los ciudadanos de Israel tendrían los mismos derechos al margen de su religión, raza o sexo, la nueva Ley del Estado-nación da a los judíos privilegios que les están vedados a las demás minorías, incluida la minoría drusa.

En Israel nunca ha habido igualdad para judíos y no judíos

Es cierto que la declaración de independencia ha sido papel mojado desde que se escribió, pero por lo menos guardaba las formas. En Israel nunca ha habido igualdad para judíos y no judíos, es algo que se ha denunciado hasta la saciedad dentro y fuera del país sin ningún resultado. Sin embargo, las formas se guardaban en la ley escrita. Ahora, ya no es lo mismo. La nueva ley se ha quitado la careta.

Asaad cree que Netanyahu sabía perfectamente que tendría consecuencias negativas impulsar esa ley en la Kneset. Pero lo hizo con el apoyo de todo el Likud. Y ahora los drusos se han levantado contra una ley sectaria. Algunos dirigentes drusos han dicho que la Ley del Estado-nación se ha cortado a la medida de los judíos y refleja el apartheid que se vive en el país.

Esta acusación, la del apartheid, es una acusación que se había hecho desde muchas trincheras pero que jamás habían dicho los drusos hasta ahora. Eso da una idea de la gravedad que muchos drusos atribuyen a la nueva ley. La acusación sentó tan mal a Netanyahu que, tras escucharla, el primer ministro canceló el jueves por la noche una reunión que en ese momento mantenía con los dirigentes drusos.

“Esta es una ley que no es buena para Israel, para los judíos y para los no judíos”, ha dicho Asaad. El exgeneral israelí asegura que él mismo no podrá mantener la cabeza alta cuando se toque el himno nacional, un himno, por lo demás, que se hizo a la medida de los judíos europeos y cuya letra solo se refiere a los judíos.

Algunos líderes judíos, incluso de entre los más reaccionarios, como el ministro ortodoxo Naftalí Bennett, quieren dar marcha atrás. Bennett ha dicho que, al aprobar la ley, su intención no era marginar a sus “hermanos drusos”. Otros políticos judíos también se han expresado en la misma dirección en los últimos días, y no está claro si Netanyahu dará marcha atrás o no. Hasta ahora su política ha consistido en pedir a todos sus ministros que defiendan la ley en público.

Otras minorías se encuentran en una situación parecida. Es el caso de los árabes beduinos y los circasianos, quienes también realizan el servicio militar y han protestado por la aprobación de la nueva ley. El lío que ha causado esta ley es considerable y no está claro si Netanyahu dará finalmente marcha atrás.

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