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Elecciones en Francia Francia elige entre el continuismo de Macron y la ruptura de Le Pen

Más de cinco puntos separan a Marine Le Pen de Emmanuel Macron. Sin embargo, un sondeo estima que el actual presidente francés vencería con a la ultraderechista con una ventaja de 15 puntos.

Una imagen combinada de los dos candidatos a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, Marine Le Pen y Emmanuel Macron
Una imagen combinada de los dos candidatos a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, Marine Le Pen y Emmanuel Macron. Sarah Meyssonnier / Reuters

Marine Le Pen espera cumplir el sueño de décadas de su partido y que la extrema derecha gobierne Francia. En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebran este domingo tiene, sin embargo, la tarea casi imposible de ganar los más de cinco puntos que le separan de su rival. El centrista Emmanuel Macron amplía el margen en los sondeos desde hace varios días con entre un 54% y un 57,5% de las intenciones de voto.

Si bien la candidata de extrema derecha ha mejorado mucho desde el 2017, el debate del miércoles por la noche contra Macron no va a hacerle ganar votos, según los expertos. Las proyecciones indican que, si bien el margen es más estrecho que en 2017 cuando Macron se impuso con el 66% de los votos, Macron saldrá vencedor de la contienda del domingo por un margen de casi 15 puntos, según un sondeo de Ipsos

Todo opone a los dos candidatos: la reforma de las jubilaciones, la ecología, el velo en el espacio público, las libertades, el poder adquisitivo, la Unión Europea o las relaciones con Rusia. Dos visiones de Francia se oponen este domingo y muchos electores no se reconocen en ninguna de las dos, sobre todo los votantes de izquierda que tienen delante el mismo dilema de hace cinco años: votar por un liberal o abstenerse, con el riesgo de que, aunque parezca remoto, la ultraderecha pase. De hecho, una de las preocupaciones del domingo es la tasa de participación, que se prevé del 73%, la más baja en una segunda vuelta desde el año 1969.

La reforma de las pensiones, el talón de Aquiles de Macron

La más impopular de las propuestas del presidente saliente es el hecho de que quiere pasar de los 62 a los 65 años la edad legal de la jubilación. La quiso aplicar en su primer mandato. No pudo, primero por una fuerte oposición en las calles de los sindicatos que organizaron huelgas en los transportes públicos entre diciembre de 2019 y febrero de 2020. Luego, el Gobierno, obligado por la crisis sanitaria, la aparcó. En esta campaña lo ha vuelto a recuperar con una promesa de revalorizar las pensiones, puesto que actualmente la contributiva mínima es de 930 euros brutos al mes.

Por su parte, Marine Le Pen quiere adelantarla a los 60 para algunas categorías profesionales. Los economistas coinciden en que es necesaria refinanciar el sistema de pensiones o reformarlo ya que ahora se necesita entre dos y tres trabajadores para pagar la pensión de un jubilado.

"La propuesta es complicada porque además dice que mantendrá las pensiones, pero no sé con qué dinero porque actualmente las cuentas no cuadran", estima Gabriel Giménez-Roche, profesor asociado de Economía en Neoma Business School.

El poder adquisitivo: principal preocupación de los franceses

Más de nueve millones de personas viven en Francia por debajo del umbral de la pobreza que se sitúa para una persona sola en unos ingresos mensuales inferiores a los 1.102 euros y a 2.314 euros para una pareja con hijos. Una cifra que se ha mantenido estable a pesar de la pandemia.

Macron ha defendido su política de ayudas durante la crisis. "Cueste lo que cueste", había dicho el presidente saliente. Pero eso ha tenido un efecto y es que el próximo presidente francés, sea Macron o Le Pen, hereda una deuda que supera el 112% del PIB.

"Francia es un paraíso poblado de gente que cree que vive en el infierno", es una frase del escritor y aventurero Sylvain Tesson y que se puede recuperar para pintar el cuadro de la situación actual francesa. Es cierto que hay desigualdades y pobreza, pero la situación económica en Francia es mejor que en otros países europeos. La tasa de desempleo fue en marzo del 7,4% de la población activa y la economía creció en 2021 en un 7%. Todo esto puede tambalearse con la guerra en Ucrania que vuelve a poner encima de la mesa el factor incertidumbre y un aumento de los precios por la subida de la energía.

"Es muy psicológico porque a Macron, sus rivales, le acusan de ser el presidente de los ricos, pero la verdad es que ha beneficiado a la clase media y media baja con la eliminación de los impuestos locales a la vivienda y también reformó los impuestos para los ingresos más bajos", señala Giménez-Roche.

Le Pen propone sacar el IVA a 100 productos de primera necesidad si la inflación es un punto superior a al crecimiento, aumentar un 10% los salarios y eximir a las empresas y a una parte de los asalariados de las cotizaciones sociales.. Para el profesor de Economía, el programa de Le Pen no se sostiene. "Hay mucha generosidad que no se puede pagar. Ella le promete todo a todo el mundo", dice.

Pero Marine Le Pen sigue siendo una Le Pen con un discurso contra los extranjeros y migrantes que viven en Francia y el dinero para pagar todas las medidas lo sacará, dice, de las ayudas que va a quitar a los migrantes, incluidos los alojamientos sociales.

El problema que tienen muchos franceses es que viven en zonas donde no hay acceso a los transportes públicos, tienen que moverse en vehículo y el diésel sigue por encima de los 2 euros por litro. Además, la vivienda es muy cara en las grandes ciudades, ya sea de alquiler o en propiedad, mucho más cara que en Alemania, Bélgica o España. "Es por ello que los franceses tienen la impresión de que no les queda nada, pero la gente cobra más que hace unos años", puntualiza el experto.

Macron apuesta por mantener las ayudas de las últimas semanas como las de los hogares más modestos, reducir en 0,18 euros el precio de la gasolina o congelar los precios de la energía. "Hay una continuidad en la política económica de Macron, una racionalización de gastos y promesas de mejoras por ejemplo en las pensiones; tal vez gaste menos que Le Pen, pero sus cuentas tampoco cuadran tanto", reconoce Gabriel Giménez-Roche.

Oposición frontal sobre la Unión Europea

Durante años, Marine Le Pen, prometió que si un día llegaba a ser presidenta de Francia saldría de la Unión Europea, una posición que ha matizado en los últimos tiempos asegurando que no va a salir ni de la UE ni del euro pero que si gana las elecciones primarán las leyes francesas sobre las europeas con el objetivo de reindustrializar Francia. Macron es profundamente europeísta; para él, una Francia fuerte se inscribe en una Europa fuerte y no es extraño ver más banderas europeas que francesas en sus mítines.

Muchos electores del domingo irán a las urnas sin que ninguna de las dos opciones les convenza porque sus candidatos fueron eliminados en la primera vuelta.

El Partido Socialista, Los Verdes y Los Republicanos han llamado a votar por Macron. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon ha pedido a sus electores que no depositen ningún voto a Marine Le Pen sin pedir el voto por Macron aunque todo indica que una parte importante de la izquierda votará por una reedición del Gobierno del liberal por deber republicano, como tradicionalmente se ha hecho, para no darle ninguna opción a la extrema derecha de llegar al poder.

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