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Elecciones Francia El reelegido Macron se juega ahora la gobernabilidad en las legislativas de junio

Las elecciones parlamentarias de junio van a determinar la capacidad que tendrá Emmanuel Macron de gobernar en un sistema, el francés, en el que el Gobierno depende de la mayoría en la Asamblea Nacional. En la V República ha habido tres cohabitaciones con presidente y primer ministro antagónico

Macron
Emmanuel Macron celebra su victoria ante sus seguidores este pasado domingo en París. Christophe Petit Tesson / EFE | EPA

Emmanuel Macron descolocó a la audiencia este domingo por la noche en su discurso tras ganar de nuevo las elecciones presidenciales. Dijo que los próximos cinco años no iban a ser iguales que los cinco que acaba de pasar como presidente. Para algunos, estas palabras son un indicador de que incluirá cuestiones sociales y climáticas como prioridades; para otros augura un mandato con leyes a través de decretazos porque cabe la posibilidad de que no renueve su mayoría en las elecciones legislativas de junio

Desde que los franceses aprobaron por referendo en el año 2000 reducir el
mandato presidencial de siete a cinco años, coinciden en el calendario las
elecciones presidenciales y las legislativas
. En teoría, la dinámica del político
que gana las presidenciales hace que consiga una mayoría parlamentaria en la cita electoral para renovar la Asamblea Nacional.

Ha habido, no obstante, excepciones en las que Francia ha tenido un presidente de derechas y un primer ministro y Gobierno de izquierdas. Se han producido tres cohabitaciones en la historia de la V República. La última vez que esto ocurrió fue en el periodo 1997-2002 con un presidente de derechas, Jacques Chirac y un primer ministro y Gobierno de izquierdas, con el socialista Lionel Jospin a la cabeza.

Es esta configuración la que desearía ver reeditada el líder de la Francia  Insumisa, Jean-Luc Mélenchon que llama a un frente de izquierdas para concurrir juntos a las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio. De hecho, ya están negociando insumisos, comunistas y verdes para obtener la mayoría de
circunscripciones y los socialistas aprobaron la semana pasada en su Consejo Nacional, una especie de parlamento interno, negociar con las demás fuerzas de izquierdas.

La izquierda tiene que aliarse si quiere tener opciones

"Para sobrevivir, la izquierda tiene un imperativo en las elecciones legislativas.
No lograron la unión en las presidenciales y por culpa de esa desunión no lograron pasar a la segunda vuelta, pero ahora tienen una oportunidad histórica para hacer un gran Gobierno de coalición con la Francia Insumisa, los Verdes, los comunistas y el PS y pueden reincorporar lo social y lo climático como prioridades", explica el analista político francés Pierre Lebret, exconsejero del Gobierno chileno de Michelle Bachelet (2014-2018).

Si matemáticamente es posible, políticamente tal vez sea más complicado, hay que encontrar puntos en común y dejar los desacuerdos para más tarde si quieren realmente conseguir ser una fuerza que pese en la Asamblea Nacional y llegar a forzar una cohabitación como ocurrió con Jospin y Chirac a finales de los 90.

"Chirac y Jospin eran políticos de consenso, además había un periodo de
crecimiento económico; y ahora es un poco distinto porque el contexto europeo
es diferente y Macron y Mélenchon son dos personalidades que chocan,
son líderes muy fuertes en sus partidos respectivos, entonces tendríamos
una cohabitación un poco más movida y con muchas contradicciones", analiza Lebret sobre estos dos hombres carismáticos que vienen de la misma familia política, el Partido Socialista francés. Mélenchon estuvo como ministro en el Gobierno con François Miterrand y Macron con la administración de François Hollande.

Le Pen espera dinamitar el cordón democrático 

En la ultraderecha también sueñan con esa tercera vuelta. Marine Le Pen lo dejó el domingo por la noche bien claro. Podría arrastrar para las presidenciales a los votantes del otro ultraderechista, que no tiene partido implantado a nivel territorial, Eric Zémmour. Pero en este caso, contrariamente a la izquierda, si políticamente es posible, técnicamente es improbable. Y lo es por la naturaleza del sistema electoral que da las herramientas para subir el dique a la extrema derecha.

El modo de escrutinio de las elecciones legislativas es uninominal a dos vueltas por mayoría. Pasan a segunda ronda los candidatos que obtengan más del 12,5% de los votos. Esto hace difícil que la ultraderecha consiga diputados porque, al igual que en las presidenciales, se arma un cordón democrático, es decir si un candidato de la Agrupación Nacional de Le Pen se clasifica para la segunda ronda, los demás partidos, poco importa de qué bando político sean, se alían para que el candidato de extrema derecha no gane.

"Me parece un extremo muy difícil que Le Pen pueda ganar las elecciones 
legislativas
, pero sí creo que Le Pen va a conseguir más diputados que la
vez pasada por la voluntad de Zemmour de aliarse, éste último no tiene un
partido, pero tiene un movimiento y una fuerza electoral del 7% que no es
menor", concluye el analista Pierre Lebret.

La Asamblea Nacional francesa cuenta con 577 diputados, la mayoría está
establecida en 346. Actualmente el partido de Macron, la República en Marcha, cuenta con 267 escaños y junto a sus aliados centristas (Modem, 57 y AE, 22), domina la Cámara. El grupo mayoritario de la oposición es el partido conservador Los Republicanos con 101 diputados, le sigue muy lejos el Partido Socialista con 28 y la Francia Insumisa tiene muy pocos, 17 escaños. El partido de Le Pen tiene siete diputados.

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