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Elecciones Israel Israel apunta a sus cuartas elecciones consecutivas en dos años

En la Kneset se debaten sendos proyectos de ley que podrían conducir a la celebración de elecciones anticipadas. El primer ministro Benjamín Netanyahu puede elegir la fecha de los comicios, que según los analistas no se demorarán más allá de junio. Si se confirman las elecciones, Netanyahu saldrá más reforzado y frustrará cualquier intento externo de imponer la paz.

El primer ministro de Israel,  Benjamin Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Alex Kolomoisky / EFE

Eugenio García Gascón

El pleno de la Kneset aprobó el miércoles por la tarde dos proyectos de ley que contemplan la disolución del parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, las cuartas en menos de dos años, una indicación de la permanente inestabilidad reinante pero que de ninguna manera augura la caída del primer ministro Benjamín Netanyahu, en el poder desde hace más de una década.

Los dos proyectos de ley se pasaron por 61 votos a favor y 54 en contra, si bien se trata de sus respectivas lecturas preliminares, abriéndose ahora un proceso incierto dentro y fuera del parlamento que prevé que los comicios se celebren entre marzo y junio de 2021, en función de cómo se desarrollen los acontecimientos en las próximas semanas.

Ambos proyectos de ley fueron presentados por las formaciones Hay un Futuro y Meretz. Votó a favor Azul y Blanco, el partido presidido por Benny Gantz, que estableció una coalición de gobierno con el Likud que está en entredicho por discrepancias acerca de la ley de presupuestos que se tendría que votar en la Kneset dentro de unos días.

En realidad, las discrepancias sobrepasan la ley de presupuestos. El exmilitar Gantz, que ahora es primer ministro suplente, dijo el martes por la noche que está harto de los desplantes de Netanyahu, en una alocución que muchos interpretaron como una decisión de acudir a las urnas pero que otros consideran una maniobra más sin peso específico claro.

Hace unos meses, cuando Netanyahu lo sedujo para formar la coalición, todos los dirigentes políticos de la oposición advirtieron a Gantz por activa y por pasiva que Netanyahu le engañaría de una forma u otra. Gantz no les hizo caso y firmó un acuerdo que preveía que se convierta en primer ministro al cabo de un año y medio.

Los meses han ido transcurriendo y visto lo visto el propio Gantz, humillado y ofendido, ha reconocido públicamente que no hay ninguna garantía de que se convierta en primer ministro. Netanyahu ha ido a su bola en todo momento y desde su entorno se comenta que Gantz "no está preparado para ser primer ministro".

Al entrar en la coalición, Gantz cayó en la enésima trampa de Netanyahu y cometió un suicidio político, como se le había advertido, pero sus ambición de poder pudo más. Ahora el conjunto de los partidos de "centro", de "izquierda" y árabes no tienen ninguna posibilidad de ganar las elecciones dado que la población israelí es cada día más nacionalista y religiosa.

Los últimos sondeos son claros: la coalición de Netanyahu obtendría alrededor de 66 de los 120 escaños que hay en la Kneset, una mayoría holgada que le permitiría continuar con sus políticas, que incluyen la desestabilización de Oriente Próximo, bien directamente o bien a través de los líderes emiratíes y saudíes que temerariamente se han puesto bajo su protección.

Su mismo juicio por corrupción, que tiene que comenzar a principios de 2021, podría sufrir incidencias notables si Netanyahu gana las elecciones con una mayoría tan holgada que le permita hacer y deshacer en el parlamento sin tener que rendir cuentas a casi nadie, como es su intención.

La convocatoria de las elecciones está en manos de Netanyahu, quien puede optar por fijar la fecha del 24 de marzo o por esperar hasta junio. Aunque preferiría la opción de junio, podría dejar que la disolución de la Kneset se produzca el 23 de diciembre y por ley los comicios tendrían que celebrarse en marzo.

La opción de junio le sería más favorable porque espera que las vacunas contra la covid-19 estén disponibles en Israel para esa fecha, lo que jugaría a su favor y en detrimento de la oposición y de otros partidos de la coalición que podrían quitarle votos, puesto que se podrían levantar las restricciones que impone la pandemia.

Elija la fecha que elija es evidente que las elecciones interferirán con el cambio de administración en Washington. Joe Biden ha dicho en más de una ocasión que es favorable a la creación de un estado palestino, pero se ha rodeado de un equipo sionista de primera categoría, empezando por el secretario de Estado Antony Blinken, que no augura nada bueno.

Si se confirman las elecciones para cualquier fecha entre marzo y junio, el presidente americano estará con las manos atadas hasta por lo menos el otoño que viene, un tiempo que sin duda Netanyahu aprovechará para engrasar al lobby judío y acabar con cualquier veleidad pacifista del demócrata Biden.

En estas inciertas circunstancias, no hay que olvidar que Netanyahu guía las riendas de la situación y puede inclinarse por un lado u otro en función de lo que más le convenga. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si hay elecciones y cuál es su fecha, pero lo que está claro es que las elecciones en ningún caso irán contra la perpetuación del líder israelí.

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