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Elecciones Francia Francia acude a las urnas entre la amenaza terrorista y la incertidumbre electoral

Cuatro candidatos, Macron, Le Pen, Fillon y Mélenchon, son favoritos para la primera vuelta de la elección presidencial, que se celebra este domingo entre fuertes medias de seguridad tras el atentado del jueves en París.

Fotografías de los candidatos presidenciales franceses en París. - AFP

A pocas horas del momento decisivo, la campaña presidencial de 2017 en Francia suma un cúmulo de inéditos sin precedente en la historia del país. Desde diciembre, la carrera por el Elíseo ha avanzado a golpe de acontecimientos chocantes e inesperados: renuncia del actual presidente, François Hollande, a presentarse a un segundo mandato; un primer ministro socialista, Manuel Valls, fulminado en las primarias de su partido; el aspirante que lo derrotó hundido en las encuestas; un candidato de la derecha imputado por corrupción; un favorito en los sondeos prácticamente desconocido hasta hace dos años; escándalos y traiciones a diario… Y cuatro candidatos, de un total de once, casi empatados en opciones para hacerse con el mando del Hexágono.

Cerca de 47 millones de electores están llamados a las urnas el domingo para una primera vuelta; el desenlace entre los dos finalistas se conocerá el 7 de mayo, pero la indecisión entre los votantes se mantiene en cotas históricas. “La gente suele apostar por el caballo ganador, y en estas circunstancias, con resultados tan ajustados, es difícil decantarse”, opina la socióloga Christine Fauvelle-Aymar.

Macron, Le Pen,
Fillon y Mélenchon mantienen alrededor de un 20% de intención de voto
en los sondeos

El centrista y liberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon y el candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon mantienen alrededor de un 20% de intención de voto en los sondeos; la tendencia sitúa a Macron en un 23,8%, ligeramente por delante de Le Pen (22,2%), y a algo más de distancia de Fillon (19,8%) y Mélenchon (12,4%). Pero los cuatro aspirantes se tocan en el intervalo de confianza, es decir, el margen de error que toda encuesta tiene y que podría invertir el resultado en el momento de los comicios.

Un cierre de campaña agitado

“La buena noticia de estas elecciones es que acentúa la crisis del sistema presidencialista francés. La mala, que se está jugando a la ruleta rusa. La elección es aún más aleatoria porque se hace bajo la presión de los eventos”, señalaba en un editorial el sábado el director del medio crítico Mediapart, Edwy Plenel.

El jueves, un nuevo atentado mortal ocurrido en plena avenida de los Campos Elíseos en París, sacudió el final de la campaña. El agresor, cuyo acto ya ha sido reivindicado por el grupo Estado Islámico, mató a un policía e hirió gravemente a otro, antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad.

Homenaje a la víctima mortal del atentado del pasado jueves. - REUTERS

Homenaje a la víctima mortal del atentado del pasado jueves. - REUTERS

Los principales candidatos, a excepción de Mélenchon, interrupieron oficialmente sus actos electorales, lo cual no evitó que tanto la derecha como la extrema derecha trataran de sacar rédito político al ataque. La candidata del Frente Nacional advirtió de que era hora de cerrar fronteras y expulsar a todo extranjero sospechoso de extremismo islamista, mientras que Fillon prometió nuevas y duras medidas securitarias. “Claramente, un ataque de este tipo beneficia a esa parte del espectro político”, considera el analista Antoine Buisson, de la empresa de sondeos políticos OpinionWay.

Las elecciones en uno de los Estados fundadores del bloque son observadas con lupa desde Bruselas

En un contexto de amenaza yihadista en Francia y en Europa, la seguridad y la inmigración (que el Frente Nacional no duda en vincular directamente al terrorismo) han centrado el debate en varios momentos de la campaña, pero los temas más preocupan a los ciudadanos siguen siendo el empleo, el poder adquisitivo y la protección social, con dos líneas muy diferenciadas entre el proteccionismo promovido por Le Pen y Mélenchon y el liberalismo económico defendido por Fillon y Macron.

La relación con la Unión Europea también ha enfrentado a los principales candidatos, claramente divididos entre la apuesta por la construcción europea (caso de Macron y Fillon) y una eventual salida del espacio comunitario siguiendo los pasos de Reino Unido (Mélenchon y Le Pen). Las elecciones en uno de los Estados fundadores del bloque son observadas con lupa desde Bruselas.

Candidatos más allá de sus programas

Pero por encima de los ejes de debate, esta ha sido una campaña de personalidades, de plebiscito sobre el candidato antes que sobre su programa electoral. Sólo así se explica que Macron haya logrado encabezar todas las encuestas por su supuesto rupturismo con el gobierno actual cuando su proyecto económico es el más continuista con la línea del denostado Hollande.

Por encima de los ejes de debate, esta ha sido una campaña de personalidades, de plebiscito sobre el candidato antes que sobre su programa electoral

O que Marine Le Pen, que ha hecho una campaña más bien insulsa, se mantenga segunda en los sondeos disputándole el primer puesto a Macron. La certidumbre de elección para la candidata ultraderechista es la más firme: el 87 % de los electores frontistas saben con seguridad que votarán por ella, según la última encuesta de OpinionWay-Orfi. Se espera que las desindustrializadas regiones rurales apoyen masivamente al Frente Nacional y el atentado del jueves podría beneficiarla también entre los electores de las grandes ciudades.

El candidato de los Republicanos, François Fillon, empantanado en varios escándalos de corrupción, se negó a retirarse de la carrera presidencial pese a haber sido imputado y su tenacidad se ha visto recompensada: resiste contra viento y marea en tercer lugar en las encuestas y muchos analistas creen que podría estar por encima, debido al voto oculto de quienes se avergüenzan de apoyarlo en público por sus problemas con la justicia.

No menos digna de elogio es la espectacular remontada de Jean-Luc Mélenchon: del 9% en intención de voto que tenía a finales de enero ha pasado a más del 19% en la actualidad. El carismático líder de la Francia Insumisa ha logrado cautivar con la que posiblemente haya sido la campaña mejor llevada: multiplicación de encuentros con sus partidarios, uso masivo e inteligente de las redes sociales y profusión de iniciativas innovadoras, desde paseos en barco hasta mítines en forma de holograma con sus seguidores, le han recompensado con una dinámica de ascenso sin precedentes. Su progreso ha ido en inversa proporción a la caída del socialista Benoît Hamon traicionado por sus propias filas, que han ido subiéndose al carro de Macron, y despreciado Mélenchon, que se negó a hacer frente común con el PS.

Mélenchon, el carismático líder de la Francia Insumisa, ha logrado cautivar con la que posiblemente haya sido la campaña mejor llevada

El viernes, el candidato de la izquierda radical celebró en varias ciudades “meriendas insumisas” como broche de cierre a su campaña; en París, estuvo acompañado por Pablo Iglesias y por la líder del Bloque de Izquierda de Portugal, Marisa Matias.

“Los medios y los demás candidatos se han cebado con Mélenchon”, destacaba Alexandre, estudiante de 22 años participante en el encuentro, “pero su popularidad ha explotado. Nada está escrito, aún podemos ganar”. A su lado, Serge, jubilado de 70, compartía su optimismo: “Creo en la dinámica de la Francia Insumisa. Si Mélenchon no gana en la primera vuelta, en la segunda me quedaré en casa; me he cansado del voto útil, no votaré a Macron”.

Porque si alguien ha dado la campanada en esta campaña ha sido precisamente Emmanuel Macron. El joven exbanquero de 39 años, europeísta de tendencia centrista-liberal, ha logrado situarse contra todo pronóstico en cabeza en las encuestas como candidato “ni de izquierda ni de derecha” alejado del establishment, pese a haber construido su carrera profesional entre la banca de inversión Rothschild y los pasillos del Elíseo, primero como consejero de Hollande y después como ministro de Economía.

Dos policías franceses patrullan en las inmediaciones de la Torre Eiffel. - REUTERS

Dos policías franceses patrullan en las inmediaciones de la Torre Eiffel. - REUTERS

“Al principio pensábamos que no aguantaría y sin embargo, su número de equilibrista ha funcionado”, considera Buisson de OpinionWay, advirtiendo, no obstante, de que la certidumbre de voto entre los potenciales electores de Macron es solo del 66%. Otro ‘pero’ a quienes lo dan por ganador: tanto el candidato como su movimiento, ¡En Marcha!, se presentan por primera vez a unos comicios, por lo que no es posible aplicar los mecanismos correctivos que generalmente se emplean en los sondeos para rectificar mentiras u omisiones de los encuestados. “No sé cómo lo están haciendo los institutos de opinión para corregir esa variable, pero creo que está corriendo un cierto riesgo”, señala Fauvelle-Aymar.

Sara, tunecina nacionalizada francesa que vive desde hace un cuarto de siglo en París, cree que votará a Macron. “Me parece el más cabal y el que tiene más posibilidades de ganar. Solo espero que gobierne para los pobres y no solo para los ricos”, afirma esta empleada del hogar de 50 años.

Interior ha anunciado el despliegue de 50.000 policías y gendarmes, apoyados por unos 7.000 soldados de la operación “Centinela”

Los colegios electorales abrirán a las 8 de la mañana y cerrarán a las 7 de la tarde, una hora más tarde que en los pasados comicios presidenciales para evitar que se difundan los recuentos antes de tiempo. Aunque en algunas ciudades los centros de voto permanecerán abiertos hasta las 8 de la tarde, a esa hora se esperan los primeros resultados. Aunque son tan inciertos y ajustados que las empresas de sondeos no excluyen mostrar tres caras finalistas. Al final, la indecisión y la abstención son las dos variables que decidirán estas decisivas elecciones.

Para garantizar la seguridad de la ciudadanía y los candidatos en la jornada electoral, el ministerio del Interior ha anunciado el despliegue de 50.000 policías y gendarmes, apoyados por unos 7.000 soldados de la operación “Centinela”, y a los que se sumarán vigilantes de empresas privadas apostados en ciertos colegios electorales.

Las fuerzas del orden se encuentran en máxima alerta, después del atentado del jueves y de que a principios de semana fuera desbaratado un proyecto de ataque contra uno de los candidatos presidenciales. Francia vive en estado de emergencia desde los atentados de noviembre de 2015, que dejaron más de 130 muertos.

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