"¿Por qué tanto odio?", se pregunta Iris Pereyra de Avellaneda, madre de Floreal Edgardo Avellaneda, adolescente de 15 años secuestrado, torturado y asesinado tirándole al Río de Plata por la última dictadura cívico-militar argentina. Iris enumera, uno por uno, los episodios de vandalización que ha sufrido el cartel en memoria a su hijo, el "Negrito" Avellaneda, que se encuentra a las puertas del cuartel militar de Campo de Mayo. Iris lo colocó junto a otros supervivientes, y ya es la cuarta vez en los últimos meses que han tenido que reponer el homenaje.

Iris cree que "les duele que estemos allí, que haya un espacio de memoria ahí dentro, les duele la memoria, pero no vamos a parar".

El origen de los destrozos

En octubre de 2021 recibió el primer ataque la placa conmemorativa de Floreal Avellaneda, el hijo de Iris que fue secuestrado junto a ella el 15 de abril de 1976 por una patrulla que buscaba a Floreal padre, delegado de la fábrica metalúrgica Tensa. Ambos fueron trasladados a El Campito, uno de los campos de concentración que la dictadura montó en Campo de Mayo. Ella fue liberada a los tres días; él, asesinado y arrojado al agua del Río de la Plata desde un avión, y apareció en las costas uruguayas. Floreal tenía tan solo 15 años.

El homenaje se instaló en septiembre del año pasado al lado de la señalización oficial de El Campito, colocada en 2019 en las afueras de Campo de Mayo. Era un atril de hierro que sostenía una placa con la imagen del "Negrito"  dibujada junto con la leyenda: "El Negrito vive". Aquel primer ataque arrancó la imagen de su pie de hierro y familiares y amigos volvieron a instalar el recordatorio en noviembre, un mes después. Pero volvieron a destrozarla. "Esa vez también arrasaron con el árbol que habíamos dejado por la campaña 'Plantemos Memoria'", indicó Iris Avellaneda, que es presidenta a su vez de la agrupación de Familiares, sobrevivientes y compañerxs de Campo de Mayo y, desde hace algunos meses, también de la Liga Argentina por los Derechos Humanos.

Este 22 de marzo, volvieron a colocar un homenaje en el mismo lugar: la placa, esta vez, era un grabado del rostro de Floreal en madera. El 8 de abril amaneció cubierto de pintura roja. "Como si fuera sangre, la cara de mi hijo ensangrentada", describió Iris. La semana pasada, alguien se la llevó: los hierros de la estructura que la sostenía aparecieron doblados, como si un aparato con mucha fuerza la hubiera querido arrancar de cuajo.

"Son los militares", responsabilizó Avellaneda en relación a los miembros del Ejército que siguen con asiento en la guarnición militar de Campo de Mayo: "¿Quiénes van a ser si no? Si ellos mismos custodian este lugar noche y día, si no son ellos deben saber quién fue. Les molestamos aquí, no quieren el Espacio de Memoria que vamos a construir, si cada vez que nos juntamos por este tema, nos sobrevuelan con helicópteros", expone. Asimismo, la titular de la Asociación de Familiares, Sobrevivientes y Compañerxs de Campo de Mayo y de la Liga Argentina por los Derechos Humanos indicó que "la cámara de seguridad que había" en la zona donde está la señalización de El Campito y estaba el homenaje a su hijo "la quitaron, nos dijeron los mismos milicos".

Nueva iniciativa de un Espacio de Memoria

La iniciativa de la construcción de un Espacio de la Memoria en Campo de Mayo viene tomando fuerza y forma desde el año pasado. Por el momento, el lugar donde estará instalado –una gran franja del territorio que se extiende en paralelo a la ruta 202– ya ha sido decido para tal fin y avanzan las proyecciones arquitectónicas.

Desde allí,  "se abrirá una ruta para llegar hasta el lugar donde estuvo El Campito", centro clandestino que entre 1976 y 1982 funcionó, y luego fue demolido, indicó Avellaneda. Está previsto, además, señalizar el Hospital Militar y el Aeródromo de Campo de Mayo.

Tras la más reciente vandalización al cartel que homenajea al adolescente, las agrupaciones denunciaron el hecho ante el Juzgado Federal número 2 de San Martín, a cargo de Alicia Vence, quien investiga los delitos de lesa humanidad sucedidos en Campo de Mayo, y advirtieron a la Secretaría de Derechos Humanos y al Ministerio de Defensa, desde donde se puso en marcha una investigación al respecto, indicaron fuentes oficiales.

Al día siguiente, en una carta que hizo pública el medio local La Retaguardia, Avellaneda insistió en que los hechos de vandalismo sobre carteles e iniciativas de memoria "las hacen para que nosotros, los militantes, nos callemos la boca y que el mundo siga andando" y luego se preguntó sobre si el presidente Alberto Fernández sabía "lo que pasa en Campo de Mayo". Después, Avellaneda indicó que habló con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien le confirmó que el primer mandatario "está al tanto".

Para la directora de Sitios y Espacios de Memoria, Lorena Battistiol, los agravios al homenaje al "Negrito" Avellaneda se enmarcan dentro de declaraciones negacionistas y ataques a murales que persisten desde el año pasado, entre los cuales se encuentra el mural ubicado frente al Hospital Militar de Campo de Mayo, que fue vandalizado en 2021 y  restaurado por otros militantes supervivientes y familiares.

Battistiol consideró que esos episodios negacionistas tienen vínculo con la intención de construir un Espacio de la Memoria en este espacio. "Estas vandalizaciones a la placa homenaje del Negrito nos demuestra que la decisión de la Secretaría –y de las agrupaciones-- no les es agradable. Tener un Espacio allí es troncal para llevar las política de Memoria, Verdad y Justicia a un territorio hostil”, apuntó la funcionaria, que recalcó que "desde el Estado vamos a seguir acompañando a todas las víctimas y familiares".

"¿Por qué tanto odio? ¿Por qué odian tanto al Negrito? Un chico que no tenía ninguna maldad. ¿Por qué nos odian tanto a nosotros? Yo voy a seguir colocando su homenaje así lo saqueen mil veces --apuntó la madre de Floreal, por último–, porque ésa es la única manera de ganarles esta partida".