Este artículo se publicó hace 3 años.
Europeos detenidos en centros de inmigración al entrar en Reino Unido: "Era prácticamente una prisión"
Las nuevas leyes fronterizas aprobadas tras el Brexit están generando situaciones que algunos ciudadanos europeos no dudan en tildar de "deshumanizantes".
Julia Tena de la Nuez
Mánchester (Reino Unido)-Actualizado a
Hasta este año Fátima tenía una imagen muy positiva de Reino Unido. "Siempre me ha gustado Inglaterra", explica esta chica española de 21 años de Badajoz. "Muchas de mis amigas viven en Londres, y es una ciudad que me apetecía mucho visitar". El 26 de febrero, Fátima embarcó en un avión en Madrid con destino a Londres, pero nunca llegó a ver a sus amigas. Al igual que decenas de europeos, el Reino Unido le ha negado la entrada al considerar que no cumple con los requisitos necesarios para entrar en el país.
Fátima era consciente de que los europeos que no residen en la isla y no han pedido el permiso de residencia ya no pueden permanecer de forma indefinida en Reino Unido. Los europeos que puedan demostrar que viven en la isla desde antes de diciembre de 2020 deben solicitar el pre-settlement status o el settlement status, es decir, el permiso temporal o definitivo de residencia. El plazo para solicitarlo termina el 30 de junio. Los europeos no residentes en Reino Unido pueden continuar visitando el país durante un período máximo de seis meses sin necesidad de solicitar un visado.
Fátima no estaba segura de cuánto tiempo estaría en Londres, ya que tenía que cumplir la cuarentena obligatoria de diez días al llegar al país. "Yo no hablo inglés y tenía que rellenar un formulario explicando cuantos días iba a quedarme", explica. "Así que le pedí consejo a un señor que iba a mi lado en el avión, que me dijo que pusiera dos o tres días".
Cuando Fátima llegó al aeropuerto de Londres e intentó pasar el control fronterizo, el guarda de seguridad le preguntó por qué no tenía billete de regreso. "Le expliqué que no lo había comprado porque no sabía cuántos días iba a estar visitando a mis amigas", explica. "Entonces miro el formulario que había rellenado y me pregunto que en ese caso por qué había puesto que me quedaría solo dos o tres días en Reino Unido".
La policía fronteriza llevó a Fátima a una sala de interrogatorios, donde le proporcionaron una traductora. "Me empezaron a hacer un montón de preguntas, como por qué traía tantas maletas si solo iba a quedarme dos o tres días (llevaba una grande y una pequeña). Les dije que si se fijaban podían ver que una de las maletas estaba llena de regalos para mis amigas".
Fátima tuvo que contestar preguntas sobre su situación laboral (acaba de terminar sus estudios de azafata y está haciendo un grado en administración), pero también sobre la nacionalidad de sus padres, la situación económica de su familia y su cuenta bancaria. "Las preguntas me empezaron a parecer bastante racistas", afirma. "Mi familia es originaria de Marruecos. Me preguntaron cuándo conseguí la nacionalidad española (he nacido aquí), y cuánto tiempo lleva mi madre en España. Luego me preguntaron en qué trabaja mi padre, y si ha comprado su casa o si está alquilado. ¿Alguien me puede explicar por qué me estaban haciendo estas preguntas cuando al ser europea puedo estar hasta seis meses en Reino Unido sin visado?".
Fátima explica que a medida que continuaba el interrogatorio se fue poniendo más nerviosa. "Me preguntaron una y otra vez cuánto dinero tengo en la cuenta bancaria. La tercera vez que me preguntaron dije: Mire por mucho que me pregunte el dinero en mi cuenta va a ser el mismo". Fátima terminó siendo detenida, junto con otro chico español de ascendencia marroquí. Ambos pasaron la noche en un centro de detención para migrantes. Al día siguiente, fue deportada de vuelta a Madrid. "Sinceramente, fuck UK", dice ahora Fátima. "No tengo intención de volver a Reino Unido".
En el centro de detención de inmigrantes Fatima conoció a Chloe, una chica francesa de 25 años que prefiere no dar su nombre real. Al igual que Fátima, Chloe sabía que las reglas han cambiado desde que el Reino Unido abandonó de forma efectiva la Unión Europea a finales de diciembre de 2020. "Mi idea era ir a visitar a mi novio, que es inglés, y pasar dos o tres meses con él en Londres para ver si me gustaba el país", explica en una llamada telefónica desde Francia. "Yo sabía que sin visado los ciudadanos europeos no pueden permanecer en el Reino Unido más de seis meses. Mi idea era probar, y si me decidía a quedarme entonces pedir el visado".
El novio británico de Chloe también era consciente de las nuevas reglas. En su intento de facilitar la entrada de su novia al Reino Unido, había escrito una carta explicando su situación. Cuando Chloe desembarcó del avión, lo primero que hizo fue enseñar esta carta en el control fronterizo. Pero en lo único que se fijaron los agentes de seguridad fue en la explicación del chico de que su intención a largo plazo era que su novia se mudase permanentemente al Reino Unido.
Chloe no llegó a reunirse con su novio. "Me llevaron a una sala de interrogatorios donde también había otros dos detenidos", recuerda. "Esa noche me quitaron el móvil y el pasaporte. Nos metieron en una furgoneta y nos llevaron a un centro de inmigración". Chloe explica que aquella primera noche durmió en una colchoneta en el suelo. Los agentes de seguridad revisaron sus pertenencias y le quitaron sus maletas. "Se llevaron los antibióticos que estaba tomando", dice. "No me los devolvieron hasta dos días más tarde".
Decenas de ciudadanos europeos han sido encerrados en centros de inmigración y deportados del Reino Unido desde que las nuevas leyes británicas entraron en vigor el pasado diciembre, explica Caitlin Boswell del Consejo Conjunto para el Bienestar de los Inmigrantes (JCWI). "Sabemos que el Gobierno británico está deteniendo y deportando a ciudadanos europeos que legalmente tienen el derecho de venir al Reino Unido", explica Caitlin. "Las normas dicen que un ciudadano europeo no necesita un visado para realizar una entrevista de trabajo en el Reino Unido, pero sabemos de personas que han sido deportadas por esta misma razón. Claramente los oficiales de inmigración en la frontera no conocen bien las reglas y esto está llevando a decisiones arbitrarias e injustas".
Esta semana el Ministerio de Interior británico emitió una guía actualizada para funcionarios fronterizos en la que se ordena que dejen de trasladar a ciudadanos europeos sin visados de trabajo a centros de detención de inmigrantes. La orden llega demasiado tarde para Chloe, que en total pasó nueve días en dos centros de inmigración. Chloe explica que los nueve días que pasó detenida la hicieron sentir como una criminal. "Me dieron un Nokia con una tarjeta SIM para poder comunicarme con mi familia, y teníamos acceso a un ordenador, aunque todas las redes sociales estaban bloqueadas. Me permitían fumar solo cuatro cigarrillos al día, porque cada vez que tenía que salir al exterior tenían que acompañarme dos guardias de seguridad. Afortunadamente tenía mi propia habitación debido al riesgo de covid, que revisaban cada mañana y cada noche para comprobar que seguía ahí".
Chloe afirma que todo este proceso ha sido "deshumanizante". "Gasté mucho dinero en vuelos y fue todo para nada. Ahora estoy trabajando otra vez en hostelería en Francia, no tengo ninguna intención de volver al Reino Unido", afirma. "Estoy hablando con mi novio y lo que vamos intentar es que él venga a Francia".
Guiseppe Pichierre, un médico italiano que trabaja en el servicio de salud británico en Londres, también utiliza la palabra "deshumanizante" para referirse a la experiencia que ha vivido su familia. El pasado 17 de abril Guiseppe debería haberse reunido con su prima Marta, que venía a pasar una temporada desde Italia. Guiseppe y su hija de cuatro años estaban esperando con globos a que desembarcara del avión cuando recibieron una llamada en la que Marta explicaba que estaba siendo detenida. Guiseppe consiguió hablar durante dos minutos con un oficial de inmigración, que le explicó que Marta iba a ser deportada.
Al igual que el novio de Chloe, Guiseppe había escrito una carta para que Marta la enseñara en el control fronterizo en el que el médico explicaba que la situación de Marta era totalmente legal. "Mi mujer y yo trabajamos en el NHS (el servicio de salud nacional británico) y tenemos tres hijas pequeñas", explica Guiseppe. "Como puedes imaginar ha sido muy difícil compaginar el trabajo con el cuidado de las niñas este año y medio de pandemia. La familia de mi mujer está en Devon (a tres horas y media de Londres) y no pueden ayudarnos, así que se me ocurrió pedirle a mi prima, que vive en Italia, que viniese tres o cuatro meses para ayudarnos".
Guiseppe quiso cerciorarse de que su plan era compatible con las nuevas leyes de Reino Unido, por lo que se puso en contacto con su miembro del parlamento local y consultó con la página de ayuda del Gobierno. Ambos le confirmaron que un ciudadano europeo puede estar en Reino Unido hasta seis meses sin visado, y que trabajar como au pair no cuenta como empleo y, por lo tanto, no requiere un visado. Guiseppe intentó explicar esto al oficial de inmigración, pero no sirvió de nada.
"Se llevaron a mi prima a un centro de inmigración. Mi hija pequeña se puso a llorar así que nos fuimos a casa, pero no pegué ojo en toda la noche". Guiseppe sabía que su prima no hablaba inglés y que probablemente estaría muy asustada. A la mañana siguiente, Marta llamó a su primo desde un número desconocido, ya que le habían quitado el móvil. No sabía a qué centro de detención la habían llevado, así que Guiseppe llamó a este número de vuelta y consiguió averiguar que su prima estaba en un centro de detención de inmigrantes llamado Colnbrook, a las afueras de Londres.
"Cogí el coche y fui a verla a Colbrook. Conseguí verla media hora, ya que esta misma tarde la mandaban de vuelta a Italia. El centro de detención era prácticamente una prisión, ella estaba muy asustada". Una vez en Italia, Marta le contó a Guiseppe que en el aeropuerto había estado en una sala separada y sólo le habían devuelto el móvil en el avión.
Guiseppe se siente furioso ante el trato que ha recibido su prima. "Nadie se molestó en llamarme en ningún momento", explica. "Ningún oficial de inmigración se molestó en llamarme para decirme que mi prima iba a ser deportada o para intentar comprobar su identidad. Un mes más tarde, todavía no he recibido ninguna disculpa por parte del Ministerio de Interior o del Gobierno británico".
"Llevo trabajando como médico en este país 12 años, lo he dado todo durante la pandemia. Mi familia no vive aquí, y ahora nadie quiere venir a visitarme después de lo que ha pasado. Si te digo la verdad no sé si quiero seguir viviendo aquí", admite Guiseppe. "Ahora siento que simplemente soy tolerado en este país, pero que no soy bienvenido. Es una sensación muy angustiosa, sobre todo después de los 18 meses que hemos vivido".
Las nuevas leyes fronterizas están afectando también a europeos en el Reino Unido que tienen el permiso de residencia. El periódico británico The Guardian ha publicado un artículo este viernes con testimonios de ciudadanos europeos residentes en Reino Unido que han sido detenidos al intentar entrar en al país, a pesar de tener permiso de residencia. Wolfgang, un ciudadano alemán residente en Londres, fue detenido en el aeropuerto de Heathrow a pesar de tener permiso indefinido de residencia y estar a la espera de recibir su pasaporte británico. A pesar de la publicación de la guía actualizada para funcionarios fronterizos, Caitlin Boswell del Consejo Conjunto para el Bienestar de los Inmigrantes cree que estas detenciones serán cada vez más frecuentes, en particular cuando expire el plazo del 30 de junio.
"Sabemos que hay europeos residentes en Reino Unido que todavía no han solicitado el permiso de residencia, y quedan solo seis semanas para el plazo. Todas estas personas estarán en riesgo de detención y deportación tras el 30 de junio. El otro problema es que los ciudadanos europeos sólo tienen un permiso de residencia digital. Ya nos han llegado informes de residentes europeos que han tenido problemas a la hora de alquilar o comprar una casa porque el propietario quería ver una prueba física de su residencia".
"El sistema migratorio británico es muy hostil", dice Caitlin. "Los europeos están experimentando ahora lo que los migrantes no europeos llevan décadas viviendo".
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