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Brexit Cara y cruz del brexit: nuevos acuerdos comerciales con 63 países mientras cae la bolsa y faltan productos básicos

Amsterdam adelanta a Londres en volumen bursátil mientras intentan resolver la frontera con Irlanda y el transporte se reduce un 68% en enero. Johnson dice que son problemas iniciales e Interior informa de que cinco millones de europeos han solicitado el asentamiento.

Boris Johnson
El primer ministro británico, Boris Johnson, durante una discurso oficial. reuters

En tiempos antiguos creeríamos que se trata de un conjuro de los dioses; en la Europa de 2021 lo damos como una coincidencia política y editorial. En la Inglaterra del brexit –más inglés que británico- se ha publicado un libro que demuestra que votamos sin convicción, creemos sin cuestionar, compramos sin necesidad, aprobamos sin analizar y defendemos lo que nos reafirma, y así vamos tirando. Lo que explora Tim Harford en How to Make the World Add Up (en EEUU, The Data Detective), va como anillo al dedo en el brexit: no importa qué digan las cifras; hay indicadores a favor y en contra, y cada uno se queda con los suyos y mantienen el convencimiento de que hicieron bien o mal en salir de la Unión Europea hace mes y medio tras más de cuatro años de negociación.

Las ciudades rivales de Londres como centro financiero en Europa eran tradicionalmente París y Frankfurt. El miércoles amaneció con datos nuevos. Amsterdam superó a Londres en enero de 2021 con una media diaria de 9.200 millones de euros en compra y venta de acciones, según cifras de los mismos mercados CBOE Europe y Euronext publicadas por The Financial Times. El London Stock Exchange (Bolsa de Londres), que en diciembre de 2020 alcanzó una media diaria de más de 14.000 millones de euros, se quedó en enero en 8.600 millones. Pero las cifras y la alarma que circulan por la City no aturden al gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, quien asegura que Reino Unido no se verá forzado "a adherirse estrictamente a las reglas y normas de la UE tras el Brexit". A su parecer, "el ámbito en el que la UE dicta y determina los procedimientos no funcionará en Reino Unido".

Si el sector financiero de Londres estaba desatendido, el acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE alcanzado antes del 31 de diciembre que marcaba las nuevas fronteras de la UE está resultando tan nefasto como la armonización financiera pendiente entre Londres y Bruselas. La frontera se fijó en los puertos marítimos de Irlanda del Norte para mantener los acuerdos de unidad geográfica -no política- de la históricamente dividida isla de Irlanda. Se descartaron aranceles o cuotas, presentado como un triunfo por el Gobierno de Boris Johnson, pero se introducía una Declaración de Exportación o Importación que está resultando ser un costoso y laberinto burocrático para productos procedentes de animales, perecederos, con IVA o sin IVA, herramientas, alcanfor o salfumán (prohibido o autorizado en distintos países), de paso hacia la UE o para quedarse en Irlanda del Norte. Resultado: carencia de alimentos y productos básicos en los supermercados y en las cadenas de producción que dependen de proveedores externos.

La presidenta del Gobierno norirlandés, Arlene Foster, ha dicho a la BBC que "la actitud de la UE es un acto hostil contra nosotros". Pide a Londres la sustitución del acuerdo comercial por otro que facilite la circulación de mercancías y productos. El ministro británico, Michael Gove, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovie, se reunieron el jueves en Londres para calmar los alterados nervios de los unionistas. La reunión acabó sin resultado. "Ha sido un encuentro franco, con discusión constructiva", consensuaron las dos partes en el comunicado emitido tras el encuentro. En realidad venían a decir: "Hasta la próxima, se retrasa la reunión".

Por si el sector financiero de Londres y los unionistas norirlandeses –los nacionalistas aspiran a la reunificación de la isla- no fuesen suficientes adversarios del brexit, la salida de la UE ha resultado negativa en los puertos del canal de la Mancha. En enero las exportaciones británicas a la UE bajaron un 68% en comparación a enero de 2020, según el sector del Transporte por carretera (RHA), lo que ha enfurecido a las compañías y a los camioneros que se enfrentan también a sus Declaración de Exportación o Importación con largas colas en las autopistas o camiones que regresan de vacío por el brexit.

"teething problems"

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha calificado los obstáculos surgidos en las primeras seis semanas como teething problems (salida de dientes o problemas iniciales). Un extraño bálsamo para simpatizar con el gremio del camión. Estos sectores no son los únicos perjudicados por el brexit, el sector de la carne y el de la música advierten de quedar reducidos al mínimo, en la moda, marcas individuales como Ted Baker calcula en cinco millones de libras (siete millones de euros) lo que le ha costado el Brexit hasta ahora sin contar los efectos de la pandemia. El precio de las acciones de Ted Baker bajó un 9% el jueves y un 59% en el último año siendo esta marca una de las que más recursos ha puesto en abrirse al mercado online en el que venden un 63% de su facturación.

Junto a los indicadores negativos del brexit, Liz Truss, secretaria de Estado para Comercio, osa decir que votó por quedarse en la UE, pero en su cargo tiene que conseguir un brexit glorioso, y alega que ya tiene acuerdos comerciales con 63 países, desde Japón a Australia, para sustituir a la Unión Europea. "El brexit es una oportunidad para abrirse al mundo", dijo el día del lanzamiento de Global Britain.

Y desde el Gobierno, en el Ministerio de Interior también tienen datos positivos. Cinco millones de europeos residentes en Reino Unido han solicitado el asentamiento definitivo. El período de solicitud acaba el 30 de junio de 2021, según publicaba el ministerio esta misma semana implicando que no hay desbandada migratoria por el brexit. Y así, interpretando, unos u otros datos, la vida sigue igual por el brexit en Reino Unido. Otro asunto es la pandemia, una coincidencia como la del libro citado al inicio.

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