Este artículo se publicó hace 3 años.
Golpe de Estado en MyanmarLa junta militar de Myanmar amenaza a los manifestantes: "La confrontación supondrá la pérdida de vidas"
Los militares acusan a los manifestantes de "aumentar su incitación a la revuelta y a la muchedumbre anárquica". El sábado dos personas perdieron la vida por disparos policiales en una manifestación. Una protesta masiva reta a la represión.
Madrid-
La junta militar de Myanmar ha advertido a los manifestantes que han tomado las calles en las últimas semanas para protestar contra el golpe de Estado del pasado 1 de febrero de que "el camino de la confrontación" supondrá la pérdida de vidas. Sin embargo, cientos de miles personas retaron la represión y volvieron a manifestarse este lunes en la mayor jornada de protestas contra los militares desde la asonada.
En un anuncio público difundido por la televisión estatal y publicado en su canal de Youtube, la junta militar acusó a los manifestantes de "aumentar su incitación a la revuelta y a la muchedumbre anárquica". "Los manifestantes están ahora incitando a la gente, especialmente a adolescentes y jóvenes emocionales a un camino de confrontación en el que sufrirán la pérdida de la vida", reza el comunicado, emitido tras un trágico fin de semana.
El sábado dos personas perdieron la vida por disparos policiales durante una protesta en Mandalay, la segunda ciudad del país. Ya son tres los manifestantes fallecidos por la represión policial. El viernes se confirmó el deceso de Mya Thwe Thwe Khine, una joven de 20 años que murió de un disparo en la cabeza en una protesta.
Tom Andrews, relator especial de la ONU, se mostró preocupado por este mensaje "amenazante" y advirtió a la junta militar en Twitter de que, a diferencia de lo ocurrido durante las sangrientas revueltas de 1988, las acciones de las fuerzas de seguridad están siendo grabadas, por lo que tendrán que asumir su responsabilidad.
Tras el comunicado de la junta militar, Facebook eliminó la página del canal público de televisión MRTV. El día anterior ya había borrado de su plataforma la pagina principal del Ejército "por repetidas violaciones de nuestros estándares comunitarios, incluida la violencia e incitación (a la violencia)". La red social, la más utilizada en el país y que permanece bloqueada por orden de los militares, ya había limitado desde el 12 de febrero la visibilidad de las páginas castrenses al acusar a los militares de la "continua divulgación de información falsa" desde la asonada a través de varios perfiles.
"La revolución de los cinco doses"
A pesa de las amenazas, cientos de miles de personas salieron este lunes a las calles de casi todo el país en una jornada de huelga general en protesta contra la junta militar. Desde la mañana las principales arterias de Rangún, Naipyidó -la capital-, Mandalay y otras localidades en todos los rincones del país fueron ocupadas por los manifestantes, que reclaman el restablecimiento democrático y la liberación de los presos políticos, incluida la líder electa Aung San Suu Kyi.
Durante la mañana fue en Naipyidó donde se produjeron los mayores altercados, según vídeos publicados por los activistas en las redes sociales que mostraban a la Policía persiguiendo a los manifestantes, mientras se produjo un número sin confirmar de detenidos.
Ante la convocatoria, la junta militar volvió a dejar sin internet al país una noche más y restringió el uso de datos durante la mañana, además de cortar varias arterias de Rangún y Naipyidó para impedir el acceso a los puntos especialmente concurridos durante las protestas. La jornada de protestas recibió el nombre de "la revolución de los cinco doses" al celebrarse el 22.2.2021, en referencia a las protestas del 8 de agosto de 1988, conocida como la revolución 888, que fue violentamente reprimida por las fuerzas de seguridad.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió este lunes que el Ejército "detenga la represión inmediatamente" y libere a los detenidos tras casi tres semanas de protestas contra el golpe de Estado. Además, el Consejo de la Unión Europea se mostró dispuesto a imponer sanciones a los responsables de la asonada.
El aluvión de críticas de las embajadas de las principales potencias occidentales y de la ONU por la brutalidad policial no ha gustado a la junta militar que las ha calificado como "una injerencia flagrante en los asuntos internos de Myanmar".
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