Este artículo se publicó hace 2 años.
Ucrania teme un bombardeo sobre Odesa mientras Mariúpol sigue asediada y con la población atrapada
Este lunes se producirá una reunión entre equipos negociadores de Ucrania y Rusia con la intención de solucionar la creación de corredores humanitarios.
Jose Carmona
Actualizado a
Ucrania teme el transcurso del lunes. Aunque las partes del conflicto están citadas para una nueva reunión de negociaciones, las autoridades ucranianas temen que Odesa sea bombardeada, que los civiles de Mariúpol no puedan abandonar la ciudad y que Rusia tome la central hidroeléctrica de Kaniv.
Estas previsiones y advertencias, proclamadas por diferentes miembros del Gobierno de Ucrania, se producen en un contexto en el que Vladimir Putin ha reiterado que la ofensiva rusa no va a frenar si no se atienden sus demandas: la renuncia de Ucrania a integrar la OTAN y a disponer de un ejército y el reconocimiento de la independencia de Crimea y del Donbás.
Mientras, la evacuación de la población civil de la estratégica ciudad portuaria de Mariúpol sigue siendo imposible pese a los tímidos consensos entre Ucrania y Rusia, que a las horas se reprocharon la falta de colaboración. El fracaso del alto el fuego hipoteca las posibilidades a la nueva reunión negociadora de este lunes.
"El convoy de evacuación con la población local no pudo salir hoy de Mariúpol: los rusos comenzaron a reagrupar sus fuerzas y bombardearon intensamente la ciudad. Es extremadamente peligroso sacar a la gente -unos 200.000 civiles- en tales condiciones", señaló la Alcaldía de Mariúpol en su cuenta oficial de Telegram.
Mariúpol está totalmente bloqueada por las fuerzas rusas desde hace una semana y el alcalde, Vadim Boychenko, ha afirmado en varias ocasiones que la ciudad se encontraba al borde de una "catástrofe humanitaria", ya que se quedó sin electricidad, calefacción y agua debido a los constantes bombardeos del Ejército ruso, según dijo.
Por orto lado, este domingo hubo un ataque aéreo en Korostén que destruyó diez casas y otro sobre Irpin, a 25 kilómetros de la capital ucrania, que fue víctima de un intenso bombardeo de artillería.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, es el que ha sostenido que Rusia se está preparando para bombardear la ciudad portuaria de Odesa, a orillas del mar Negro. Durante este fin de semana han sido varios líderes mundiales los que se han puesto en contacto telefónico con Putin para que deponga las armas, algo que de momento no va a pasar.
Además, Zelenski volvió a pedir a la OTAN el cierre del cielo sobre Ucrania, después de que ocho misiles rusos destruyeran completamente un aeropuerto cerca de Vinnytsia, en el oeste del país, aunque la Alianza ya ha descartado esa medida ya que Putin declaró que se lo tomaría como "una participación en el conflicto armado".
Sobre la central hidroeléctrica, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania es el que ha asegurado que la tropas rusas quieren apoderarse de ella. La central está ubicada en Kaniv, 130 kilómetros al sur de Kiev. La presa de la central hidroeléctrica de Kaniv, que está ubicada en el río Dniéper, es uno de los objetivos de Rusia en su estrategia ofensiva, según explican las Fuerzas Armadas ucranianas.
El pasado viernes, Odesa se convirtió ya en una de las ciudades clave para Rusia. Su toma podría ser un golpe crítico contra Ucrania. Tras la de Jersón, al sur de Ucrania, las tropas rusas se encuentran ahora en las cercanías de Odesa, última salida al mar con la que cuenta el Ejército ucraniano, que tiene allí una gran base militar.
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