Este artículo se publicó hace 3 años.
Haití, un país azotado por las calamidades
Junto a una crisis política que parece haberse cronificado, Haití es muy vulnerable a los desastres naturales, y si añadimos que más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, el resultado puede ser letal.
Madrid-Actualizado a
La inestabilidad parece formar parte del paisaje. En cuanto se analizan los últimos años del país caribeño, no queda otra que constatar que estamos ante una crisis enquistada desde hace décadas.
Un país sumido en la pobreza
Haití es el país más pobre de América Latina y el Caribe, y uno de los más pobres del mundo, según el Banco Mundial (BM), con un 60% de su población por debajo de la línea de pobreza. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo lo ubica en el puesto 170 de 189 en su Índice de Desarrollo Humano. Su PIB se contrajo alrededor del 3.8% en 2020, cuando la pandemia agravó la situación –ya de por sí complicada– de la economía haitiana. Haití es uno de los pocos países que aún no ha iniciado su campaña de vacunación contra la covid. La mayoría de la población no tiene acceso a la atención médica básica.
La furia de la naturaleza
Haití es muy vulnerable a los desastres naturales, y si añadimos que más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, el resultado puede ser letal. El 12 de enero de 2010, un terremoto de magnitud 7 devastó la capital, Puerto Príncipe, y su región, causando la muerte a más de 200.000 personas, hiriendo a otras 300.000 y dejando a 1,5 millones sin hogar.
Pasada más de una década, buena parte de los miles de millones en ayuda humanitaria prometida nunca llegaron a su destino. Además, los esfuerzos del país por recuperarse se vieron ralentizados una y otra vez por su inestabilidad política. Por si fuera poco, en 2018 estalló un escándalo que vinculaba a la ONG británica Oxfam con casos de abuso sexual cometidos por sus altos cargos después del terremoto.
En 2016, otro desastre natural devastó la isla. El huracán Matthew causó la muerte a al menos 800 personas, llegando a afectar a más de un millón de personas, según datos de Cruz Roja.
Inestabilidad política
Desde que se independizara, Haití ha sido testigo de una sucesión de dictaduras intercaladas con periodos democráticos y también con ocupaciones extranjeras. De 1957 a 1986, François Duvalier –conocido como 'Papa Doc'–, y más tarde su vástago Jean-Claude –'Baby Doc'–, llevaron las riendas del país y sometieron a la población a los desmanes de los llamados Tonton Macoute, término utilizado para designar a la policía secreta y milicia personal que, organizados en forma de grupos de paramilitares, prestaban apoyo al régimen.
Un levantamiento popular conseguiría derrocar en 1986 a 'Baby Doc', que se exilió en Francia durante 25 años. En 1990, el religioso Jean-Bertrand Aristide fue elegido en las primeras elecciones libres, para ser derrocado por un golpe de Estado un año después, recayendo la presidencia en la figura de René Préval. Aristide regresaría a la presidencia en 2001, pero tras una insurrección armada y un levantamiento popular renuncia en 2004 y se exilia. La inestabilidad política, en lugar de modularse en los últimos años, no ha hecho más que crecer.
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