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Irán empieza a producir combustible nuclear para sus reactores

Occidente prepara una nueva batería de sanciones para frenar a Ahmadineyad

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Irán ha comenzado este martes los trabajos necesarios para enriquecer su uranio al 20% y conseguir así el combustible nuclear necesario para los reactores de sus centrales. El régimen iraní cumple así con su intención, después de que el presidente, Mahmud Ahmadineyad, ordenara a la Agencia Nuclear del país que se pusiera manos a la obra el pasado domingo.

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Estados Unidos y Francia ya han propuesto una nueva batería de sanciones, mientras que Rusia, que en el pasado se había mostrado partidaria del diálogo antes que el castigo, también sugirió ayer que podría empezar a tomar medidas económicas.

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"Hemos comenzado a las 9.30 horas (7.00 horas en España) a preparar el proceso en presencia de los enviados de la Agencia de la Energía Atómica", dijo Ali Shirzadan, portavoz del programa nuclear iraní, a la televisión estatal Al Alam.

"La producción concluirá pronto y será anunciada por el doctro Salehi a la una del mediodía". El portavoz se refería a Ali Akbar Salehi, director de la Organización para la Energía Nuclear iraní.

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Hasta el momento, el uranio de Irán estaba enriquecido al 3,5%, insuficiente para alimentar los reactores, que necesitan un combustible que se consigue a partir del procesamiento al 20%. No obstante, Occidente puede estar tranquilo de momento ya que para una bomba atómica, el régimen tendría que elevar ese enriquecimiento hasta el 80%.

Ahmadineyad cumplió así con el anuncio que hizo el domingo. Dos días antes había abierto las puertas a que fueran países extranjeros como Francia y Alemania los que enriquecieran el uranio y lo enviaran a las centrales iraníes como medida de control y transparencia.

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Ayer, el propio Salehi dijo que si estos países aceptaban la oferta, entonces ellos detendrían el enriquecimiento inmediatamente. Ahmadineyad pretendía tener el uranio de vuelta en "cuatro o cinco meses", mientras que dichos países no pensaban en devolverlo hasta que se cumpliera un año.

Dada la delicada situación interna de Irán, con una crisis acuciante y una sociedad cada vez más cansada de los excesos de su presidente, este paso de Ahmadineyad se podría interpretar como una demostración de poder ante las potencias extranjeras y ante su propio pueblo. Un mensaje que indica que Irán no requiere ayuda del exterior para desarrollar su programa nuclear y que, además, tiene la legitimidad de hacerlo sin interferencias del extranjero.

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En su discurso, Ahmadineyad dijo el pasado viernes que si la comunidad internacional quiere diálogo, entonces "que enriquezcan nuestro uranio e instalen más plantas nucleares en nuestro país". El problema es que ese supuesto aperturismo llegaba con cuatro meses de retraso. En octubre las cinco potencias nucleares mundiales le ofrecieron esos términos e Irán no los aceptó.

El proceso puesto en marcha por Irán este martes significará una nueva batería de sanciones a petición de EEUU y Francia, la cuarta que nazca desde el seno de Naciones Unidas. Hasta Rusia, que en un principio se había mostrado partidario de negociar con Irán, ayer empezó a cambiar su tono y sugirió que podrían tomarse medidas económicas.

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Una postura contradictoria, como todo el embrollo nuclear iraní, ya que ayer el propio Salehi explicó que gracias a la ayuda de Rusia, el reactor de Bushehr, en el sur, estará listo para funcionar en breve.

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