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Israel avanza hacia una guerra abierta en Cisjordania

El Gobierno de Netanyahu abre la puerta a una operación masiva, tras una incursión con seis palestinos muertos y un centenar de heridos en Yenín, así como un atentado que se cobró la vida de cuatro colonos en Eli.

Enfrentamientos entre israelíes y palestinos a las puertas del campo de refugiados de Balata en Cisjordania, a 13 de mayo de 2023.
Enfrentamientos entre israelíes y palestinos a las puertas del campo de refugiados de Balata en Cisjordania, a 13 de mayo de 2023. Ayman Nobani / Dpa / Europa Press

Las escenas que ha vivido Cisjordania en esta última semana no se veían desde la Segunda Intifada, hace casi dos décadas. Ataques aéreos israelíes sobre ciudades palestinas y asesinatos selectivos con drones son la posible antesala de una amenaza cada vez más tangible: una operación militar masiva en el norte del territorio, especialmente en las poblaciones de Yenín y Nablus, donde se concentra el foco de la resistencia armada palestina.

Aunque la maltrecha Gaza está acostumbrada a los bombardeos y tiene aún muy reciente la invasión terrestre del 2014, las operaciones militares israelíes en Cisjordania se han limitado en los últimos años a incursiones cortas en el tiempo, centradas en ciudades concretas y sin medios aéreos.

Estas operaciones pretendidamente quirúrgicas, no han sido por ello menos letales. En lo que va de año ya han muerto unos 130 palestinos en Cisjordania.

Sin embargo, estas incursiones también han sido, en ocasiones, fatales para Israel, que acostumbra a encontrar una fuerte resistencia armada en las poblaciones y campos de refugiados.

El número de soldados muertos o heridos, aunque poco numeroso, ha llevado a que cada vez más voces en la sociedad israelí y en el seno del Gobierno pidan un cambio de estrategia que incluya más tropas sobre el terreno, apoyo por aire y una mayor intensidad contra las ciudades en las que los grupos armados son más fuertes. Y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, no descarta la idea.

En lo que va de año ya han muerto unos 130 palestinos en Cisjordania

A raíz de la letal incursión del ejército israelí, el pasado lunes, en la ciudad de Yenín, en la que murieron seis palestinos y casi un centenar resultaron heridos; el ministro de Finanzas y viceministro de Defensa, Bezalel Smotrich, de la formación ultraderechista Partido Sionista Religoso, reclamó "reemplazar las [incursiones con] pinzas con una operación amplia para erradicar los nidos de terroristas".

"Ha llegado el momento de enviar fuerzas aéreas y tanques para proteger las vidas de nuestros combatientes", dijo Smotrich, en referencia a los ocho soldados israelíes heridos durante la acción militar.

No fue el único en hacer una petición similar. Avigdor Liberman, líder del derechista Israel Beitenu, afirmó que el Gobierno "debe lanzar una operación militar extensa y a gran escala".

Danny Danon, parlamentario del Likud –el partido de Netanyahu– y miembro del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset, pidió "dar luz verde al Ejército para que actúe y limpie los nidos de terroristas".

Y Nissim Vaturi, también del Likud, fue más allá y afirmó que la operación masiva ya se estaba planteando: "Nos estamos preparando para una operación en Yenín. Hay pensamientos al respecto. En cualquier lugar donde haya terroristas, los atraparemos y los eliminaremos".

Por su parte, Benjamin Netanyahu afirmó el martes que "todas las opciones están abiertas". "Continuaremos luchando contra el terrorismo con todas nuestras fuerzas y lo venceremos", dijo el primer ministro.

Netanyahu hizo estas declaraciones horas después de que dos palestinos presuntamente vinculados a Hamás perpetraran un atentado cerca del asentamiento de Eli, en la Cisjordania ocupada. En el ataque murieron cuatro colonos y otros cuatro resultaron heridos. Con ellos, ya son 24 los israelíes asesinados por palestinos en 2023.

Los dos palestinos que perpetraron el atentado, que actuaron en represalia por la incursión del día anterior en Yenín, fueron abatidos: el primero por un civil israelí que se encontraba en el lugar de los hechos, y el segundo, a manos de soldados, que lo persiguieron hasta un pueblo a 70 kilómetros del sitio. Al día siguiente, el miércoles, el Ejército lanzó un ataque con drones inédito desde 2006.

El portavoz de Hamas calificó el ataque de "crimen de asesinato" y afirmó que "es una grave escalada"

El aparato destruyó un coche en el que viajaban tres palestinos, que pertenecían a una célula terrorista, según fuentes militares. El portavoz de Hamas, Hazem Qassem, calificó el ataque de "crimen de asesinato" y afirmó que "el uso de aviones por parte del ejército sionista" para asesinar a palestinos "es una grave escalada".

El ataque con drones del miércoles y el uso de un helicóptero Apache durante la incursión en Yenín suponen un cambio en las operaciones militares de los últimos años en Cisjordania.

El Ejército no había utilizado medios aéreos desde la Segunda Intifada e incluso en esa época nunca se usaron de manera rutinaria. Fuentes del Ejército israelí han quitado hierro al uso de estos medios y han enfatizado que la política de usarlos en Cisjordania continuaría, en casos específicos.

En la misma línea, el analista Avi Melamed, antiguo miembro de la inteligencia israelí y ex asesor principal de asuntos árabes de dos alcaldes de Jerusalén, explica a Público que el uso de medios aéreos seguirá y que "el Ejército no tiene razones para no utilizarlos".

Melamed opina, sin embargo, que el uso de estos medios no implica que la estrategia respecto a Cisjordania vaya a cambiar. De hecho, duda mucho de que se vaya a producir una operación masiva, por tierra y aire, en Cisjordania. "Hay muy pocas posibilidades. Más allá de las posiciones políticas de algunos ministros, no creo que acabe pasando", considera.

"Los militares no apoyan una estrategia así y la situación en Cisjordania es muy frágil. Además, Israel tiene mala experiencia en esto", afirma el experto. Melamed vaticina también un colapso de la Autoridad Nacional Palestina si Israel optara por una invasión –"lo cual no interesa a Israel", dice– y explica que la estrategia crearía fricciones dentro del Gobierno de Netanyahu, así como duras críticas internacionales, especialmente de la Administración Biden. "No es lo más sabio", añade.

Violencia y caos

Mientras los miembros del Gobierno discuten una posible invasión, la realidad sobre el terreno en Cisjordania es violenta y caótica. A raíz del atentado del martes, turbas de colonos judíos han atacado decenas de poblaciones palestinas: desde pueblos cercanos a Ramala al municipio de Huwara, que ya sufrió los ataques de los colonos en febrero. Entonces murió un palestino y más de un centenar resultaron heridos.

Esta semana, más de cincuenta árabes han resultado heridos a manos de los alborotadores y al menos un palestino ha muerto

Esta semana, más de cincuenta árabes han resultado heridos a manos de los alborotadores y al menos un palestino ha muerto. Cientos de coches y decenas de viviendas y negocios han quedado calcinados.

Aunque durante días no hubo detenidos por parte de las fuerzas de seguridad, al menos tres colonos habrían sido arrestados por el Shin Bet, los servicios de seguridad israelíes, según Honenu, una organización que da asistencia jurídica a los colonos.

El miércoles, el primer ministro Netanyahu se limitó a pedir a los colonos que "obedezcan la ley" y afirmó que Israel es un "Estado de derecho". Por su parte, el Ejército condenó los "serios incidentes" de violencia, aunque activistas y medios palestinos han asegurado que los soldados israelíes no han hecho nada para impedir los ataques.

"El Ejército israelí no está haciendo nada para detenerlos", decía Adeeb Laffi, alcalde del pueblo palestino de Turmusayya, dónde vivía el palestino asesinado, Omar Quttain, un electricista de 27 años y padre de dos hijos.

Según el alcalde, al menos 12 personas resultaron heridas por los colonos y 50 vehículos y 15 casas fueron incendiadas. Tras los altercados, la ONG israelí B'Tselem ha recordado que estos "pogromos" en Cisjordania "no son un error, sino una característica". "Tales disturbios, en menor escala, tienen lugar todo el tiempo, respaldados por el Estado", ha añadido la organización.

"Estos eventos no son un fracaso único y aislado de las fuerzas armadas o del Estado, sino una expresión clara de la política de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados. Como parte de esta política, Israel arma a bandas de colonos y les permite e incluso les anima a atacar a los palestinos", ha asegurado la entidad.

Según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Palestina, en lo que va de 2023 se han producido más de 400 casos de violencia colona contra árabes palestinos.

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