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Italia Los frentes judiciales de Matteo Salvini

Vuelos de Estado, bloqueo de buques militares, financiación ilegal de su partido. El líder de la Liga tiene que lidiar cada vez más con la Justicia italiana. Ahora que el líder soberanista está esperando cualquier debilidad del Gobierno italiano para volver al poder con más del 30% de consensos, tendrá que hacer cuentas con sus errores, que oscilan entre lo político y lo judicial. Su omnipotencia, así pues, podría costarle caro. Pero la propaganda no siempre lo es todo.

El viceprimer ministro y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, en el programa "Porta a porta". - EFE

Vuelos de Estado, bloqueo de buques militares, financiación ilegal de su partido. El líder de la soberanista Liga, Matteo Salvini, tiene cada vez más frentes abiertos con la Justicia italiana. La última novedad de estos días tiene que ver con el caso Gregoretti que sugeriría que el jefe leguista, sobre la base de intereses políticos y no institucionales, habría bloqueado durante 5 días un buque de la Guardia Costera italiana limitando la libertad de 131 migrantes a finales de julio tras haber sido rescatados cerca de Lampedusa por la propia Armada transalpina.

Esta noticia llega en un momento en el que los soberanistas de Salvini están bajando ligeramente en las encuestas, pero donde la Liga sigue igualmente convenciendo a 1 de cada 3 italianos. Lo cierto es que el actual Gobierno de Giuseppe Conte, apoyado por los anti establishment del Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Di Maio y los socialistas del Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti; no goza de su mayor fortaleza, ya que sus principales socios están lo suficientemente desunidos como para no mencionar, constantemente, la posibilidad de unas nuevas elecciones generales.

"Es algo surrealista", contó hace unos días Matteo Salvini en una entrevista concedida al periódico italiano Corriere della Sera: "En un cierto sentido, aunque mis abogados me sugieren lo contrario, tengo curiosidad por acabar en una aula judicial", asegura el jefe de la Liga, quien añade: "Si tiene que haber un juicio, pues adelante. Idealmente, tengo a millones de italianos conmigo".

Por el momento habrá que esperar al 20 de enero para conocer la opinión de la comisión del Parlamento italiano que ya está analizando si el líder leguista tendrá que ser o no imputado en el caso Gregoretti. Hay que analizar, ante todo, si Salvini decidió el bloqueo del buque en el ejercicio de sus funciones como ministro del Interior o buscando un provecho electoral como líder de la soberanista Liga.

El enfrentamiento con Di Maio una clara lectura política y personal. No es la primera vez que el líder de la Liga ha apostado, fotográfica y propagandísticamente, por bloquear un buque con migrantes abordo para que no atracara en un puerto italiano. Ya lo hizo este último verano en junio con el barco Sea Watch y en agosto con el Open Arms. Éstos y otros casos tuvieron que ver con embarcaciones de onegés humanitarias dedicadas al rescate de migrantes en el Mediterráneo Central.

Pero Salvini, al igual que hizo con el buque Gregoretti, también ha llevado a cabo otros bloqueos a embarcaciones militares de su propio país con migrantes abordo, como pasó en agosto de 2018 en el conocido caso Diciotti. El entonces vicepresidente de Interior mantuvo a los 177 migrantes embarcados dentro del buque militar, sin poder salir, durante 11 días antes de desembarcar finalmente en el puerto de Catania (Sicilia). El caso fue nacional pero, sin embargo, Salvini no fue imputado. ¿Por qué?

Salvini disfrutó de la protección del Movimiento 5 Estrellas de Luigi Di Maio, entonces como hoy socio de mayoría del Gobierno de Giuseppe Conte. El líder grillino no asumió ese apoyo político personalmente, ya que derivó la decisión mediante una consulta electrónica entre los miembros del partido registrados en su página web. La mayoría votó para evitar la imputación de Salvini y poder salvar así el Ejecutivo.

Luigi Di Maio tiene su propia versión de por qué el caso Diciotti y el caso Gregoretti no son iguales: "Lo ocurrido con el buque Diciotti fue decisión del Gobierno, lo que pasó con el barco Gregoretti es obra de la propaganda de Salvini, que empezó bloquear también a nuestras fuerzas armadas", asegura el actual ministro de Exteriores transalpino. Quien añade: "Hoy Salvini está atemorizado".

El caso Gregoretti es idéntico al de Diciotti, pero Di Maio está buscando venganza política. Atendiendo a las reconstrucciones de los principales medios de comunicación del país, el líder del Movimiento 5 Estrellas todavía no le ha perdonado a Salvini que este verano, ebrio de éxito, decidiera abandora la coalición euroescéptica que montaron juntos; con el objetivo de capitalizar rápidamente el 34% de apoyos en los sondeos a través de unas nuevas elecciones generales anticipadas.

A todo lo dicho anteriormente, hay que sumar que desde hace una semana Salvini ya figura como imputado en otra investigación, ya que la Fiscalía de Roma está estudiando si el líder de la Liga ha realizado 35 vuelos de Estado con fines políticos. Al parecer, según se aprende de las principales cabeceras del país con forma de bota, Salvini habría hecho uso de vehículos del Estado italiano tratando de hacer coincidir sus compromisos institucionales con los mítines organizados por la Liga.

Por si no fuera suficiente, el líder de la Liga tiene que lidiar con el escándalo de la trama rusa de la Liga, que no vincula por el momento a Matteo Salvini pero sí a la financiación de su formación política. Según lo detallado en los últimos meses por los medios de comunicación italianos, el partido leguista habría podido percibir 65 millones de dólares procedentes de Rusia a través de la compra de petróleo. La operación tiene relación con la venta por parte de una importante empresa petrolera rusa de 3 millones de toneladas de petróleo a la compañía energética italiana ENI por un total de 1.500 millones de euros. La Liga, supuestamente, se habría financiado a través de un 4% de descuento en el precio real. La Justicia italiana sigue investigando el caso pero, hasta el momento, Salvini no ha dado ningún tipo de explicación, ni dentro ni fuera del Parlamento italiano; aprovechándose de que él no está imputado con ningún cargo en la investigación. "Nunca he recibido un rublo", asegura Salvini todas las veces que es preguntado al respecto, mencionando la concida moneda nacional de Rusia.

Los bloqueos de Salvini a los barcos con migrantes abordo, militares o civiles que sean, siempre han tenido un doble objetivo. Por un lado, forzar a los países de la Unión Europea (UE) para redistribuir los migrantes abordo, en cada reñido desembarque. Por el otro, independientemente a la gestión final de cada caso, reafirmar, fotográficamente, su política de cierre de fronteras frente a las migraciones irregulares. Pero, antes o después, Salvini tendrá que asumir las decisiones políticas tomadas a lo largo de los 14 meses en los que se aprovechó de su cargo como ministro del Interior para aumentar su propaganda como líder soberanista de la Liga.

Tanto el actual premier Conte, como el líder grillino Di Maio; mientras fueron sus socios también fueron sus cómplices. Ahora que Salvini está esperando su turno para volver al poder con más del 30% de consensos; cualquier delito judicialmente perseguible va a ser útil para desgastar el camino del leguista hacia el Palazzo Chigi. Lo cierto es que Salvini, antes o después, deberá hacer cuentas con su omnipotencia política. La propaganda no siempre es caballo ganador.

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