Misterio resuelto. Después de varios días de especulaciones e incertidumbre, ya sabemos qué es la misteriosa bola que una mujer encontró en la playa de Enshu, en la ciudad de Hamamatsu, en la costa pacífica de Japón. La bola, que medía un metro y medio de diámetro tenía aspecto amarillento y oxidado.

Una mujer que paseaba por la playa fue quien localizó este extraño objeto a pocos metros de la orilla, generando interés e incertidumbre en los habitantes de la zona. Tanto es así que las autoridades tuvieron que acordonar la zona 200 metros alrededor de la bola por la posibilidad de que fuera una mina perdida.

Las autoridades solicitaron la presencia de expertos en explosivos, ataviados con ropa de protección, para que pudieran investigar el objeto. La Policía también inspeccionó la bola mediante tecnología de rayos X y determinaron que el gigante objeto no podía explotar porque el interior estaba hueco.

Entre las posibilidades que se barajaron estuvo que se tratara de un mecanismo de espionaje. Una opción que ganó fuerza debido a los supuestos globos chinos espías que derribó EEUU. También se especuló con que podía ser una bola de demolición.

Entre las hipótesis planteadas también salió la de que podía tratarse de algún explosivo antiguo, similar a una mina submarina. Pero se descartó pronto, ya que estaba vacía. 

Al final, ha prevalecido la opción más sencilla y factible, que era la de que se trataba de una simple boya del mar a la que se le había roto el anclaje al fondo marino y había terminado siendo arrastrada por las olas hacia la playa.

Según Hiroyuki Yagi, de la Oficina de Gestión de Costas y Ríos de la prefectura de Shizuoka, "la bola se desechará y acabará convertida en chatarra".