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Josep Borrell Israel, descontento con Borrell como futuro jefe de la diplomacia europea

Israel considera que la nominación de Josep Borrell para representante de la política exterior de la UE dificultará aún más las relaciones entre las dos partes. Partidario de una política unilateral de hechos consumados, Benjamín Netanyahu tratará de evitar que Borrell responda a la ocupación militar de los territorios palestinos, y lo hará por todos los medios.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu | REUTERS - RONEN ZVULUN

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

En el mismo instante en que se anunció la nominación de Josep Borrell para el cargo de alto representante de la política exterior de la Unión Europea, comenzó el goteo de informaciones críticas contra el político socialista en los medios de comunicación hebreos, unas informaciones que giran en torno a dos ejes: su posición con respecto a la ocupación militar de los territorios palestinos e Irán.

Israel Hayom, un diario gratuito que es el de mayor difusión en el país, dijo que el gobierno de Benjamín Netanyahu está “decepcionado” con la nominación de Borrell. Señala el rotativo muy afín al primer ministro que los israelíes ya estaban descontentos con Federica Mogherini, y destaca que la “política hostil” de la UE con respecto a EEUU e Israel continuará.

Varios medios locales recuerdan que hace cuestión de un año, Borrell propuso que la UE reconociera al estado palestino, seguramente con la intención de forzar a Israel a asumir la ilegalidad de la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza.

Varios medios locales recuerdan que hace cuestión de un año, Borrell propuso que la UE reconociera al estado palestino

Borrell, que de joven, en tiempos de Franco, cuando los españoles no podían viajar a Israel, trabajó en un kibutz como voluntario, donde conoció a su primera esposa, era un gran admirador del estado judío. Posteriormente dio un giro para identificarse con el sufrimiento del pueblo palestino, una mutación que han experimentado otras muchas personalidades, como el escritor Mario Vargas Llosa.

Borrell deberá medir cuidadosamente sus palabras y moverse con todas las precauciones posibles por el campo de minas que es Oriente Próximo, puesto que con toda seguridad, después de haber sido señalado por los medios israelíes, se convertirá en blanco de los grupos prosionistas que hay en Bruselas y en el resto de Europa.

Antes de formular declaraciones o adoptar posiciones con respecto a la ocupación, deberá asegurarse de que cuenta con el respaldo específico de Angela Merkel y de Emmanuel Macron. En caso contrario, será atacado sin piedad por los influyentes lobbies sionistas y acusado de antisemitismo, como le está ocurriendo desde hace años al líder del partido laborista británico Jeremy Corbyn, contra quien Israel y sus grupos afines han lanzado una feroz cacería por defender la creación de un estado palestino.

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell. - EFE

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell. - EFE

Para el analista de The Jerusalem Post Herb Keinon, también muy próximo a Netanyahu, el nombramiento de Borrell hará que los israelíes echen de menos a Mogherini, una funcionaria con la que Netanyahu rechazó reunirse en una ocasión y que ha empapelado Oriente Próximo de comunicados huecos y sin ningún valor, el mismo papel que se le reserva a Borrell si, como en el caso de Mogherini, no cuenta con un fuerte respaldo de Merkel y Macron.

El rotativo acusa a Mogherini de "parcialidad propalestina", y espera que esta política se mantenga, o incluso se agrave, con Borrell

El rotativo acusa a Mogherini de “parcialidad propalestina”, y espera que esta política se mantenga, o incluso se agrave, con Borrell. Resalta que Mogherini no ha visitado Israel en los últimos cuatro años, aunque en 2016 asistió al funeral de Shimon Peres, y destaca que Israel cuenta con la fortuna de que entre los 27 países de la UE no hay consenso con respecto a la ocupación militar.

Tanto ese periódico como Algemeiner, un portal identificado con la extrema derecha nacionalista que representa Netanyahu, subrayan que Borrell ha mostrado “simpatías” hacia Irán. Algemeiner se ha entretenido en buscar “siete tuits” en los que Borrell se hace eco del “masivo incremento de alfabetización” que la república islámica ha conseguido desde la caída del sha en 1979, del elevado número de mujeres iraníes con formación universitaria y de su influencia regional, algo que Algemeiner utiliza para descalificar al político socialista. También lo descalifica señalando que Borrell ha destacado el “papel esencial” que ha jugado Irán apoyando al presidente sirio Bashar al Asad.

Todas estas críticas y denuncias de la prensa hebrea tienen como fondo los planteamientos de una Europa interesada en promover políticas de colaboración y consenso internacional. Israel, como Estados Unidos, rechaza de plano el consenso o que se discuta la ocupación militar de los territorios palestinos o del Golán sirio en los foros internacionales.

La lucha sin cuartel que Israel lleva a cabo con la asistencia ciega de Estados Unidos contra los estamentos e instituciones internacionales se aprecia por todas partes. El consenso es el principal enemigo del estado judío, que lo combate sin descanso para abortar las políticas globales de unificación en todo el mundo, y especialmente dentro de Europa, donde cada vez que se le presenta una oportunidad mete palos en las ruedas.

Un ejemplo claro es el acuerdo nuclear con Irán de 2015, al que Israel se opuso frontalmente hasta que consiguió que Donald Trump abandonara la iniciativa de su predecesor Barack Obama en mayo de 2018. Ese acuerdo fue un buen ejemplo del multilateralismo y el consenso que busca Europa, ya que en él participaron, además de Europa, Estados Unidos, Rusia y China, todo un logro diplomático que debe atribuirse a Obama.

Teniendo en cuenta que Borrell es partidario del multilateralismo y del consenso, y sabiendo de antemano que Israel lo aborrece y es partidaria del unilateralismo, incluso más que Trump, el político socialista estará en el punto de mira de esos dos poderosos aliados y de los innumerables grupos de presión afines, que no van a tardar en ponerle el sambenito de “antisemita”, para abrir el apetito.

Resolver el conflicto entre Israel y los palestinos no depende de Israel, porque no quiere, ni de los palestinos, porque no pueden, sino de Europa, que debería pasar a la acción para conseguirlo. Desgraciadamente, los principales implicados, Merkel y Macron, no están por la labor, de manera que, como en el caso de Mogherini, Borrell tendrá las manos atadas.

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