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La masacre hace subir el apoyo al Partido Laborista

'Hemos sufrido un atentado contra el corazón de la democracia, pero sólo ha servido para reforzarla', proclama el primer ministro Stoltenberg

AGENCIAS / ISABEL ALONSO

Anders Breivik cometió una horrible matanza con el objetivo de hundir al Partido Laborista noruego. Las consecuencias han sido exactamente las contrarias.

Los sondeos indican que, desde los atentados del pasado viernes -en los que perecieron 77 personas, pues la Policía aumentó ayer el saldo final en una víctima más-, el apoyo de los noruegos al Gobierno ha aumentado en más de diez puntos. El primer ministro, Jens Stoltenberg, ha recibido numerosos elogios por su gestión de la mayor crisis que ha padecido Noruega desde la Segunda Guerra Mundial.

La encuesta del diario Sunnmoersposten, mostró que el apoyo a los laboristas ha aumentado hasta el 38,7%, cuando, poco antes de los ataques, apenas un 28% de los noruegos decían simpatizar con ese partido.

'Hemos sufrido un atentado contra el corazón de la democracia, pero sólo ha servido para reforzarla', afirmó ayer Stoltenberg en un acto multitudinario de militantes socialdemócratas vestidos de luto, con la insignia roja del partido (AUF) en la ropa y rosas rojas en la mano.

En cambio, han perdido puntos en los sondeos tanto el opositor Partido Conservador como, sobre todo, el Partido del Progreso, que en las elecciones de 2009 se convirtió en la segunda fuerza en el Parlamento. Esta formación de ultraderecha, con un programa de reducción de los impuestos y lucha contra la inmigración, contó a Breivik entre sus filas durante dos años. Aunque, según el partido, 'no era un miembro activo'.

Al cumplirse una semana de la masacre, ayer comenzaron los funerales por los 77 fallecidos. Stoltenberg acudió a una de las ceremonias, especialmente representativa ya que fue oficiada conjuntamente por un imán y un obispo de la iglesia luterana de Noruega en la mezquita principal de Oslo, a las 13.30 horas, exactamente la misma hora en la Breivik detonó un coche bomba en el centro de la capital.

'Queremos que nuestro país sea una única comunidad, basada en la fe y la multiplicidad, tanto étnica como de género', afirmaba el primer ministro noruego, quien se ha caracterizado por su entereza a la hora de dirigirse a su país para informar sobre los ataques y solidarizarse con las familias.

Este primer funeral fue oficiado en Nesodden, al sur de Oslo, en honor a Bano Rashid, una joven de 18 años que llegó a Noruega en 1996 huyendo del Kurdistán, al norte de Irak, junto al resto de su familia, al igual que muchos otros musulmanes que ahora viven en Noruega .

Rashid ha sido la primera en ser enterrada en la nueva sección del cementerio local que se ha cedido a los musulmanes que deseen ser enterrados allí.

'Hay muchos musulmanes viviendo aquí ahora, por lo que no estará sola por mucho tiempo', dijo el clérigo islámico, Senaid Kobilica de Bosnia, aunque la proporción de residentes islámicos en el país es sólo del 3%.

Esta celebración ha recibido elogios por parte de los miembros del Gobierno. El ministro de Relaciones Exteriores, Jonas Gahr Stoere, aseguraba que ' ver al imán y al sacerdote caminando juntos desde iglesia era una imagen muy potente, el mensaje más fuerte que podría haber sido enviado para contrarrestar el ataque'.

El tribunal que investiga el caso designó ayer mismo a dos psiquiatras para que estudien el estado mental de Breivik y dictaminen si es responsable de sus actos y, por tanto, imputable.

Los resultados deberán estar listos para el primero de noviembre. El abogado del asesino ha alegado que sufre demencia.

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