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Morales Bolivia Bolivia entra en la época 'post-Evo' en medio de la incertidumbre

Morales acepta el asilo político en México tras señalar que ofrecieron 50.000 dólares por entregarlo.

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Un manifestante sostiene una pancarta en apoyo a Evo Morales. REUTERS

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La Bolivia post-Evo ya está en marcha. Una vez consumado el golpe de Estado que obligó a renunciar al primer presidente indígena de América Latina, el país andino intenta dirigirse hacia un futuro que es incierto. De momento, el país sigue con un enorme vacío de poder ya que a la renuncia de Evo Morales se le sumaron la de su vicepresidente, Álvaro García Linera; la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; y el presidente del Congreso de los Diputados, Víctor Barro. Estas son las tres figuras que asumirían el poder en caso de renuncia presidencial, como ha ocurrido.

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La carambola de dimisiones, que incluye también al vicepresidente primero del Senado, también del Movimiento al Socialismo (MAS), podría provocar que la primera presidenta de Bolivia sea la diputada opositora, Jeanine Áñez Áñez se presentó este lunes en el Senado, escoltada por los militares, con la intención de jurar como nueva presidenta de la Cámara Alta lo que le abriría prácticamente las puertas de la Casa Grande del Pueblo. Sin embargo, antes las dos cámaras, donde tiene mayoría el movimiento socialista, tienen que aceptar la renuncia de Evo Morales y podrían bloquear el proceso.

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La petición de renuncia de las Fuerzas Armadas a Evo Morales fue el detonante para que el que fuera líder sindical cocalero dejase el poder después de 13 años. El movimiento del comandante en jefe del ejército fue la gota que colmó el vaso. El ejército ha sido durante estos 13 años de gobierno de Morales un apoyo para la implantación de sus políticas sociales. Aunque la sucesión de acontecimientos hizo que la cúpula militar prefiriera desligarse del futuro del líder socialista e intentar ser parte del posible proceso de transición que vivirá el país tras Evo.

Morales: "Renuncio para que mis hermanos y hermanas no sigan ostigados y amenazados"

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El "renuncio para que mis hermanos y hermanas no sigan ostigados y amenazados" que emitió el ya ex presidente durante su comparecencia de prensa fue un intento de pacificar un país que vive desde hace semanas un gran tensión. Morales se refería a los ataques que han recibido diputados o ministros con amenazas a su familia o el incendio de la casa del gobernador de Oruro. Después de su dimisión, también sería atacada la casa de Morales y la de su hermana.

El fin de semana fue el momento cúlmen. La presión sobre el gobierno fue cada vez mayor después del motín policial que reclamaba la marcha de Morales y el informe de la Organización de Estados Americanos que señalaba "contundentes" irregularidades sobre las elecciones de octubre recomendando la celebración de nuevos comicios. La convocatoria de elecciones que el domingo por la mañana anunció Evo Morales no fue suficiente para "pacificar" el país. La oposición continuaba en las calles exigiendo su renuncia.

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Tampoco ha cambiado mucho después de su dimisión: las calles de La Paz continúan con cortes y barricadas donde los manifestantes opositores controlan quién pasa y quién no a la Plaza Murillo, kilómetro cero de la política boliviana. Dicen que hasta que no pasen 48 horas de la toma de posesión de un nuevo gobierno de transición no se irán. "No queremos que pase como en Venezuela en 2002, que Chávez renunció pero a las horas volvió", comenta una mujer con un casco rojo.

Los seguidores de Evo Morales también han intentado tomar las calles de las zonas en las que tienen una fuerte presencia como El Alto. Durante la noche del domingo se produjeron saqueos e incendios como forma de protesta contra lo que consideran un golpe de Estado. Estos incidentes se ampliaron al lunes con el ataque a un retén policial y el intento de entrada en la Universidad Pública de El Alto al grito de "Camacho, racista" en referencia al líder cívico opositor.

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"No queremos que pase como en Venezuela en 2002, que Chávez renunció pero a las horas volvió"

La situación no se sabe por dónde podría evolucionar. Se esperan enfrentamientos entre seguidores de la oposición y seguidores gubernamentales. Las futuras elecciones a las que tendría que enfrentarse el país para decidir su futuro tampoco están del todo claras porque para ello se necesita alguien que conduzca el periodo de transición, una reforma de la ley que actualmente establece un mínimo de 150 días desde la convocatoria hasta la celebración y una reforma de los órganos electorales. Estos han quedado descabezados después del arresto a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral y a uno de sus vocales.

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Por su parte, Evo Morales ha aceptado asilo de México, país gobernado por el izquierdista López Obrador quien también ha dado asilo a más de 20 funcionarios del Ejecutivo del MAS. No obstante, México ha pedido "garantías" para el traslado de Morales. Morales señaló durante la comparecencia de prensa de su renuncia que habían ofrecido hasta 50.000 dólares por entregarlo. En un principio, el líder cocalero anunció que se iría a la Cochabamba a "trabajar con las bases" donde comenzó como sindicalista, pero finalmente ha aceptado la oferta del país centroamericano. También la embajada de Argentina dio asilo político a uno de los dirigentes cercanos a Evo Morales, el ministro Carlos Romero.

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