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Las multinacionales quieren que el TTIP ponga en sus manos agua, educación y sanidad

El anzuelo del nuevo ISDS

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Varias parejas bailan el 'Tango contra el TTIP' en el curso de la manifestación en Berlín contra el acuerdo comercial que negocia la UE con EEUU. EFE/EPA/KAY NIETFELD

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MADRID.- No hay nada de qué preocuparse, pueden estar tranquilos; pero no, no vamos a enseñar las cartas para no comprometer la negociación. Este es el mensaje que Bruselas repite una y otra vez ante las preguntas sobre el TTIP, el polémico tratado de libre comercio que la UE y EEUU negocian con opacidad desde mediados de 2013. Es el argumento que reutilizan en bucle, incluso cuando la luz baña una pequeña parte del acuerdo y desata nuevas críticas.

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Eberhart "La agenda de los lobbies corporativos es agresiva, y hay riesgo de que el TTIP sirva para impulsar privatizaciones"

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"La agenda de los lobbies corporativos es agresiva, y hay riesgo de que el TTIP sirva para impulsar privatizaciones", asegura a Público Pia Eberhart, portavoz del CEO. A su juicio, esta alianza no sólo supondría dar nuevas cartas a las multinacionales, sino que los países europeos que plantean remunicipalizar servicios de agua o energía podrían ver sus manos atadas para acometer estas reformas. 

"Incluso si un Gobierno quiere proteger el sector público, con la lista negativa hay peligro", afirma.

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Pero Bruselas no admite que haya peligro, no reconoce riesgos: "En ningún momento las actuales negociaciones comerciales con EEUU (TTIP) pondrán en peligro los servicios públicos ni supondrán su privatización", asegura la web de la Comisión al respecto. La trampa está en que TTIP y CETA no necesariamente supondrán una privatización forzosa, sino que abrirán la puerta a que estas privatizaciones tengan lugar. Y uno de los elementos clave para lograrlo es la lista negativa: una enumeración de los servicios que no podrán ser privatizados. "Lo que quede fuera, será susceptible de serlo", explica Eberhart. 

El anzuelo del nuevo ISDS

La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, presentó al inicio de septiembre una remodelación del mecanismo de protección de inversiones o ISDS (Investor State Dispute Settlement). En la práctica, la nueva herramienta de blindaje de las multinacionales frente a los estados, denominada ICS (Investor Court System) recurre a un pool de árbitros con formación de jueces, que sin embargo toman sus decisiones en función de lo establecido en el TTIP. Sólo las empresas pueden demandar a los estados, y tienen la facultad de hacerlo siempre que consideren perjudicadas sus ganancias o sus expectativas de beneficio como consecuencia de los cambios normativos que determinen los estados.

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También Hollywood presiona

Inicialmente los servicios audiovisuales debían quedar fuera del acuerdo, pero Hollywood sigue jugando sus cartas para cambiarlo. El informe alerta de cómo el gobierno de EEUU y la Motion Picture Association of America (la Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de América), presionan para acabar con las cuotas de pantalla europeas, así como otras medidas destinadas a proteger las industrias locales en países como España, Italia, Polonia y ,muy especialmente, en Francia, particularmente fiera a la hora de defender su producción cinematográfica ante la apisonadora de la industria norteamericana.

La oposición al TTIP crece: 200.000 personas se manifestaron contra el acuerdo en Berlín este sábado, y Bruselas acogerá la llegada de las Euromarchas esta misma semana

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El informe de 46 páginas, firmado por el investigador en políticas económicas, desarrollo y medio ambiente Thomas Fritz, y avalado por varias organizaciones además del CEO, señala que aunque ambos tratados son aparentemente independientes, en ambos se pueden encontrar "huellas claras" de la influencia de los mismos lobbies corporativos, entre ellos la poderosa patronal europea, Business Europe, o el Fórum de Servicios Europeo, donde se encuadran compañías como British Telecommunications o Deutsche Bank.

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