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Musaví dice estar dispuesto a morir por las reformas

El líder de la oposición de Irán plantea cinco reivindicaciones para solucionar la crisis

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Cinco días después de que su sobrino muriese en la represión de las manifestaciones opositoras en Teherán, Mir Hossein Musaví proclamó este viernes a través de su página web: 'No tengo miedo a morir en defensa de las demandas del pueblo' de Irán.

El líder de la oposición al presidente Mahmud Ahmadineyad y supuesto vencedor de las elecciones de junio, cuyo escrutinio fue denunciado como fraudulento publicó un comunicado en el que plantea cinco reivindicaciones básicas para resolver la crisis política que sacude Irán desde aquellas presidenciales: que el Gobierno, el Parlamento y la Judicatura reconozcan su 'responsabilidad directa' en la grave situación que vive el país; que se elabore una 'ley electoral transparente'; se ponga en libertad a los presos políticos; se reconozca la libertad de expresión, y se permita el derecho de manifestación.

La declaración de Musaví es una de las más duras que haya formulado hasta la fecha y supone un auténtico desafío a los líderes religiosos conservadores, que en los últimos días han reclamado que se apliquen 'las máximas penas' (lo que en Irán supone condenas de muerte) contra los dirigentes opositores.

Seyed Alí Musaví, sobrino del líder opositor, fue uno de los ocho muertos (una docena, según algunas fuentes) en la represión de las manifestaciones contra Ahmadineyad y el líder supremo, el ayatolá Jamenei, que estallaron al final de las procesiones religiosas del Ashura. Los cadáveres fueron retenidos por las autoridades, que adujeron la necesidad de hacer pruebas forenses para evitar los inmediatos funerales y entierros que son costumbre en el mundo islámico.

El cuerpo del sobrino de Musaví fue retirado del hospital sin permiso de la familia, que acusó al Gobierno de secuestrarlo para impedir que sus exequias se convirtiesen en una nueva manifestación contra el régimen. Según las páginas web opositoras, el cadáver no fue devuelto hasta varios días después y previa condición de que se celebrase un funeral privado y discreto, algo que los familiares no tuvieron más remedio que aceptar.

El Gobierno de Ahmadineyad ha desatado una ola de represión masiva, en la que ha detenido a cientos de opositores incluidos muchos de sus máximos dirigentes, y ha organizado grandes marchas progubernamentales.

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