El expresidente paquistaní Pervez Musharraf ha llegado en la mañana del domingo al Aeropuerto Internacional de Karachi procedente de Dubai acompañado de unos 200 simpatizantes, periodistas y su esposa, Sehba Musharraf. El exmilitar, pone fin a su exilio autoimpuesto a pesar de estar amenazado de muerte por los talibán paquistaníes y de estar en libertad condicional tras ser condenado por obstaculizar la investigación del asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto. El objetivo es presentarse a las elecciones legislativas de mayo como candidato y líder de su partido, la Liga Musulmana de Todo Pakistán (LMTP).

Desde Dubai, donde hizo escala antes de dirigirse a Pakistán, Musharraf reconoció que tiene cierta preocupación, pero aseguró 'no estar nervioso'. 'Me preocupa lo desconocido [...]. Hay muchos factores desconocidos de terrorismo y extremismo, factores desconocidos de índole legal, factores desconocidos sobre lo que podré conseguir' en las elecciones, ha señalado en declaraciones recogidas por la televisión paquistaní Geo TV.

El exgeneral llegó al poder en 1999 en un golpe de Estado y se convirtió en el principal aliado de Estados Unidos en la zona. Posteriormente se presentó a las elecciones y fue reelegido jefe del Estado, pero decidió abandonar el país voluntariamente en 2008.

Musharraf tenía previsto celebrar un acto en el mausoleo de Mohammad Alí Jonnah, considerado como el fundador de Pakistán, pero finalmente ha sido suspendido por las autoridades, que alegan motivos de seguridad. Ante esta situación, Musharraf convocó a sus seguidores a un acto en el propio aeropuerto de Karachi que finalmente también ha sido suspendido para decepción de la multitud de seguidores que se habían congregado en el aeropuerto, informan los medios paquistaníes.