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Nebraska ejecuta a un preso más de dos décadas después

Carey Dean Moore pasó 38 años encerrado en el corredor de la muerte. 

Carey Dean Moore, en una fotografía de archivo. - REUTERS

Albert Traver (EFE)

Nebraska (EE.UU.) suministró este martes una inyección letal a Carey Dean Moore, que se convirtió en el primer preso al que este estado ejecuta en más de dos décadas, por asesinar en verano de 1979 a dos taxistas para robarles la recaudación.

La ejecución de Moore llegó tres años después de que en 2015 el Legislativo de Nebraska aboliera con una amplia mayoría la pena de muerte, una medida revocada después en referéndum por cerca del 61% de los nebrasqueños. A Moore, blanco de 60 años, lo declararon muerto a las 10.47 hora local (15.47 GMT), tras recibir una inyección letal durante 23 minutos antes en la Penitenciaria Estatal de Nebraska, en el municipio de Lincoln, según notificó el Departamento Correccional del estado.

Nebraska programó la ejecución por la mañana, a diferencia de la mayoría de estados, para evitar que se reprodujeran las tensas protestas de la noche del 2 de septiembre de 1994, mientras acababa con la vida de Harold Lamont Otey. Además, Morre fue ejecutado con una controvertida mezcla letal nunca antes probada.

En primer lugar le inyectaron diazepam para sedarlo, seguido de una dosis del opioide fentanilo -un analgésico-, para después suministrarle el paralizante cisatracurio y, finalmente, ejecutarlo con cloruro de potasio, que le causó una parada cardíaca. Es la primera vez que se empleaba fentanilo en una ejecución, un narcótico causante de cientos de sobredosis en la ola de abuso de opiáceos en Estados Unidos y que fue utilizado como calmante contra el dolor que ocasiona el cloruro de potasio.

Este último fármaco fue precisamente objeto de polémica los días previos a la ejecución ya que su fabricante, la farmacéutica alemana Fresenius Kabi, pidió sin éxito a la Justicia de EE.UU. que impidiese a Nebraska su uso. De acuerdo a Fresenius Kabi, el estado adquirió el cloruro de potasio sin su consentimiento y después rehusó devolverlo. Las empresas farmacéuticas europeas y estadounidenses se han negado durante la última década a vender sus productos para ejecuciones por la presión de los activistas contrarios a la pena de muerte y la mala reputación que acarrea.

También ha sido la primera vez que Nebraska utiliza una inyección letal como método de ejecución, tras haber abolido la silla eléctrica en 2008 por inconstitucional. Moore fue condenado a muerte en 1980 por asesinar a tiros un año antes a dos taxistas en Omaha con el fin de robarles la recaudación. A Reuel Van Ness lo mató el 22 de agosto por 140 dólares, mientras que Maynard Helgeland lo asesinó el 27 de agosto. Días después las autoridades lo detuvieron junto a uno de sus hermanos, Don, de 14 años, que participó en el asalto a Van Ness.

Tras pasar 38 años encerrado en el corredor de la muerte, Moore había manifestado su deseo de ser ejecutado, por lo que renunció a presentar recursos para acelerar el desenlace fatal. Su hermano pequeño cumplió casi 30 años de cárcel antes de salir bajo libertad condicional en 2008 y al que Moore dedicó sus últimas palabras: "Como su hermano mayor al que admiraba, debí haberlo guiado en el camino correcto en lugar de hundirlo, muy abajo, y por ello estoy terriblemente arrepentido. Por favor, Don, perdóname, de algún modo", dijo.

Esta es la decimosexta ejecución del año en EE.UU. y la número 1.481 desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976. Nebraska ha ejecutado a cuatro de estos 1.481 reos. Nebraska no ha dicho cuándo volverá a ejecutar o si tiene intención de hacerlo. De hecho, uno de sus once presos condenados a muerte -John Lotter- ha agotado ya sus recursos y el estado podría proceder a ejecutarlo en cualquier momento.

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