Este artículo se publicó hace 4 años.
Netanyahu juicioAyudas a magnates amigos y amenazas a la fiscal del caso: las claves del juicio por corrupción contra Netanyahu
Después de varios aplazamientos forzados por Benjamín Netanyahu, a las 15.00 horas de este domingo se inicia su juicio por corrupción. Los analistas esperan un gran espectáculo que podría demorarse varios años en función de la táctica que utilice el prime
Eugenio García Gascón
Jerusalén-
Este domingo será la primera vez que un primer ministro de Israel tiene que sentarse en el banquillo de los acusados durante el ejercicio de sus funciones. Benjamín Netanyahu, de 70 años, ha tratado de evitar acudir a la sesión inaugural, pero sus argumentos no han convencido a los magistrados. El inicio del juicio se desarrollará bajo estrictas medidas de seguridad y respetando las regulaciones del Ministerio de Sanidad relativas al coronavirus. Los periodistas podrán seguir su desarrollo desde varias salas próximas He aquí algunas de claves del juicio.
Tribunal. El tribunal de distrito de Jerusalén, ubicado en la calle Saladino, en el sector ocupado de la ciudad santa, es competente en este caso y estará integrado por un panel de tres magistrados.
Fiscal. La vicefiscal del Estado, Liat Ben Ari, será la encargada de acusar a Netanyahu. A petición de la Policía, el Ministerio de Justicia acordó el miércoles proporcionarle guardaespaldas. Durante el periodo que duró la investigación, la Policía observó que algunos extraños merodeaban cerca de la casa de Ben Ari preguntando a los vecinos por ella, por su esposo y por su hijo. Ben Ari ha confiado a algunos colegas que se siente vigilada y seguida, y que su teléfono está intervenido.
Avichai Mandelblit. Es otra persona clave en este asunto. Como abogado del Estado fue él quien decidió procesar a Netanyahu. Es un judío ortodoxo a quien Netanyahu puso en ese lugar por considerarlo favorable a sus intereses. Pero desde que decidió su procesamiento está sufriendo una fuerte campaña de acoso por el entorno de Netanyahu. Ha recibido amenazas de muerte a través del teléfono y amenazas contra su familia. En una ocasión profanaron la sepultura de sus padres.
¿Qué ocurrirá hoy? La de hoy será una sesión que tratará de cuestiones técnicas y no se entrará en el fondo de las acusaciones. Se aclararán distintas cuestiones preliminares y los jueces comprobarán que los acusados han comprendido de qué están acusados. Si los acusados se declaran culpables, el tribunal preparará la sentencia, pero si se declaran no culpables, como está previsto, se iniciará el proceso. La fecha de la siguiente sesión todavía no se ha fijado pero se demorará varios meses.
¿Se verá a Netanyahu en el banquillo? La defensa hará todo lo que esté a su alcance para mantener al primer ministro fuera de la sala el mayor tiempo posible. Sin embargo, en algunas ocasiones tendrá que acudir al tribunal, especialmente cuando tenga que dar testimonio o se le deba interrogar.
Caso 4.000. Es el caso más grave de los tres a los que se enfrenta. Se le acusa de impulsar regulaciones en el sector de las comunicaciones en su condición de ministro de Comunicaciones y primer ministro, regulaciones que, entre 2012 y 2017, beneficiaron en más de 500 millones de euros a la gigantesca compañía Bezeq, propiedad su amigo, el magnate Shaul Elovitch. A cambio, Netanyahu y su familia recibieron una favorable cobertura en el popular portal de noticias Walla!, e, incluso, según la acusación, Walla! transmitió mensajes políticos de Netanyahu subrepticiamente. Se le acusa de cohecho, fraude y abuso de confianza. A Elovitch y su esposa se les acusa de soborno y obstrucción de la Justicia.
Caso 1.000. Netanyahu deberá responder por haber recibido, él y su esposa, regalos de lujo, como champán y cigarros puros, por valor de cerca de 200.000 euros de dos benefactores multimillonarios, el israelí Arnon Milchan, productor de Hollywood que reside en EEUU, y el australiano James Packer. La Fiscalía sostiene que Milchan y Packer pudieron beneficiarse de contrapartidas, aunque a ninguno de los dos se les ha procesado. Netanyahu alega que no es ningún delito recibir regalos de los amigos.
Caso 2.000. Se le acusa de haber acordado con el magnate de las comunicaciones Arnon Mozes, propietario del diario Yediot Ahronot, aprobar leyes para debilitar a un diario de la competencia, Israel Hayom, a cambio de un tratamiento favorable en el Yediot Ahronot. Se le acusa de fraude y abuso de confianza, mientras que a Mozes se le acusa de soborno.
Reacciones populares. La opinión del país está dividida en dos sectores claramente diferenciados. Por un lado, los seguidores del Likud y de los partidos ultranacionalistas y ultrarreligiosos apoyan a Netanyahu. Muchos consideran que el llamado Estado profundo, del que forman parte la Policía, la prensa y los jueces, está conspirando contra el primer ministro a pesar de que este ha sido elegido en unas elecciones democráticas. El propio Netanyahu ha alentado este planteamiento afirmando que se siente víctima de un golpe de Estado. Por otro lado, la oposición considera que la investigación realizada hasta ahora prueba que Netanyahu es un político corrupto que no está legitimado para gobernar el país a pesar de lo que digan las urnas.
¿Cuánto durará el juicio? Nadie lo sabe. Dependerá de la estrategia de Netanyahu. Los expertos afirman que podría demorarse varios años. Además, en cualquier momento Netanyahu podría negociar un acuerdo con la Fiscalía y los magistrados.
¿Podría acabar en la cárcel? Aunque las penas de cohecho pueden alcanzar hasta diez años de prisión y/o una multa, se puede descartar completamente que acabe en la cárcel. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, dijo hace unos meses que consideraría el caso si se le solicita el perdón. Aunque rival de Netanyahu, Rivlin ha hecho su carrera política en el Likud y, llegados a una situación extrema, lo más lógico es que amnistiara al primer ministro.
¿Continuará como primer ministro? Después de una década en el cargo, Netanyahu ratificó el pasado domingo un acuerdo con Benny Gantz, de Azul y Blanco, para seguir al mando del Gobierno durante otros 18 meses. Esto significa que probablemente durante los próximos 18 meses no detendrá el juicio y no negociará con la Fiscalía un acuerdo que muy posiblemente le impediría continuar en el cargo.
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