Este artículo se publicó hace 14 años.
El nuevo primer ministro egipcio promete reforma
Essam Sharaf acude a la plaza Tahrir en su primer acto público
Eugenio García Gascón
El primer ministro designado de Egipto, Essam Sharaf, acudió hoy a la plaza de Tahrir en El Cairo para prometer delante de los jóvenes allí reunidos que llevará a cabo reformas democráticas o dimitirá si no consigue su objetivo.
La presencia de Sharaf en la plaza Tahrir se convirtió en su primera participación en un acto público desde que el jueves fue designado para el cargo por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la máxima autoridad en Egipto desde la renuncia de Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero.
"He venido porque mi legitimidad proviene de vosotros", dijo Sharaf a una multitud formada por unas diez mil personas. "Rezo a Dios para que pueda ver un Egipto donde las opiniones libres se puedan expresar fuera de las celdas y donde las agencias de la seguridad estén al servicio de la nación", añadió.
Aunque la multitud le pidió a gritos que jurara su cargo allí mismo, en la plaza, delante de ellos, el primer ministro designado declinó la invitación. Sharaf, sin embargo, se comprometió a satisfacer las demandas de los jóvenes que pusieron en marcha la Revolución del 25 de enero. También rindió un homenaje a los cientos de "mártires" de la revolución, que en su mayor parte han sido jóvenes, así como a sus familias.
Sharaf es un ingeniero civil de 58 años que se educó en Estados Unidos y que fue ministro de Transportes durante 18 meses hasta su dimisión en 2005. Renunció cuando no pudo llevar a cabo una reforma a fondo de los transportes en Egipto y desde entonces fue muy crítico con el régimen de Mubarak. Durante la reciente revolución, a Sharaf se le vio a menudo por la plaza Tahrir como un manifestante más.
Una de las consecuencias de la inestabilidad política y de la ausencia de autoridad real es el caos policial. Los agentes de la policía, que eran una de las ramas del Estado más corruptas bajo el reinado de Mubarak, no están cumpliendo con sus deberes, lo que está creando cierto caos social.
Hawass no seguiráEl director del Consejo Supremo de Antigüedades, Zahi Hawass, ha advertido que los yacimientos arqueológicos corren peligro puesto que la policía no los está protegiendo como debiera: "Desde la dimisión de Mubarak el saqueo se ha incrementado en todo el país y nuestras antigüedades corren un gran peligro a causa de los criminales que tratan de aprovecharse de la situación".
Hawass, muy criticado durante la revuelta, ha afirmado que no seguirá en su cargo en el próximo Gobierno egipcio. Según Hawass, más de una veintena de yacimientos arqueológicos han sido desvalijados desde la renuncia de Mubarak el 11 de febrero. De hecho, los saqueos comenzaron el 28 de enero, el mismo día que la policía desapareció de las calles.
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