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Portugal Coronavirus Portugal se prepara para una catástrofe sanitaria que todavía no ha llegado

El número de muertos en el país luso por coronavirus subió en el último día un 31% hasta los 100 fallecidos, mientras que ya hay 5.170 personas infectadas, de las que 764 son médicos, enfermeros o auxiliares.

Una calle vacía de Lisboa | Alba Tomé
Una señora atraviesa en una calle vacía de Lisboa | Alba Tomé Sueiro

Pegado a España, el país luso ha registrado 61.451 positivos menos en coronavirus y 76 muertes, en comparación con las 5.138 de nuestro país. Su población lleva el mismo tiempo que España recluida y con poca actividad exterior cuando el primer caso en la Península se dio el 25 de febrero y en Portugal el 2 de marzo.

Los datos del coronavirus de ambos países distan mucho entre sí. Con una semana de diferencia entre el primer contagio en España y el de Portugal, nuestro país registra 61.451 positivos más y 5.138 muertes frente a las 76 del país luso. Su población lleva confinada en casa dos semanas, algunas personas más, ya que los centros educativos cancelaron las clases hace tres. El 13 de marzo, cuando España -con una población cuatro veces mayor- declaró el estado de alarma, Portugal anunció el de alerta con solo 78 positivos. Los primeros se dieron en el Norte relacionados con España y con los aeropuertos, y el 16 de marzo el país cerraba fronteras permitiendo solo las mercancías para intentar poner freno a la propagación del virus.

Un día antes la policía ya controlaba el turismo, las terrazas estaban vacías antes de haber decretado ninguna muerte, se prohibían reuniones de más de 100 personas y en los comercios solo podía estar una persona por cada 25 metros cuadrados. Los restaurantes redujeron su aforo a un tercio, se aplazaron las consultas no urgentes en los hospitales, las farmacias atendían a través de la ventanilla y la ciudadanía portuguesa decidió quedarse en casa mirando desde muy cerca lo que estaba pasando en España. Por el momento, la única manera de detener el contagio es el confinamiento y la prioridad es aplanar la curva epidemiológica del covid-19. El secretario de Estado, António Lacerda Sales, anunció el pasado jueves que "es crucial que no todas las personas se enfermen al mismo tiempo". 

Los últimos datos reflejan que hay 4.268 confirmados, 43 recuperados y unos 25.431 sospechosos según la Direção-Geral de Saúde. En Región Norte y en Lisboa se concentran la mayoría de los casos, tal y como explicó la ministra de Sanidad, Marta Temido, en rueda de prensa. Además, 354 personas están hospitalizadas, de ellas 71 en cuidados intensivos. Lacerda también afirmó que el "89% de los casos están en casa" recuperándose. La diretora-geral da Saúde, Graça Freitas, explicó en una rueda de prensa que "hay una tendencia a que reduzcamos la velocidad. A medida que disminuimos la curva, el pico será diferente", y para ello adoptaron medidas como la declaración del estado de emergencia cinco días después del de alerta.

Temido avanzó que en las últimas horas llegaron a Portugal 60.000 tests y que esperan la llegada de otros 200.000 entre los próximos días 30 y 31, junto con un cargamento de 100 toneladas con material de protección individual.

De esta manera, declaró que "el pico no será un momento aislado en el tiempo, sino una meseta. Puede durar dos semanas. Sabemos que la enfermedad dura mucho tiempo, es lo que está sucediendo en otros países". También postuló que el pico no será antes de mayo ya que en un principio se estimaba para abril. En esa misma comparecencia informó de que la tasa de mortalidad portuguesa se situaba en 1,8%, por debajo del resto de países situada en el 2%, y también que el 87% de las muertes registradas en Portugal son de personas mayores de 70 años.

Aunque el estado de emergencia esté decretado, el primer ministro, António Costa, declaró en una rueda de prensa tras un Consejo de Ministros extraordinario que la población había seguido las recomendaciones y que por ello "no es preciso un cuadro sancionador". El aislamiento ahora es obligatorio para personas contagiadas y para las que no, es necesario un "recogimiento domiciliario". Para las personas mayores existe un "deber de protección" y podrán pasear al perro o salir con los nietos, según el responsable.

Los aeropuertos continúan abiertos con medidas restrictivas aunque sus trabajadores, como el azafato Jose Miguel Lopes, cuenta que "esto tiene que cambiar, no es una cuestión de supervivencia, estamos siendo un poco egoístas. Podemos matar vidas transportando personas". A su vez continúan los trabajos al aire libre como jardinería o construcción civil y medidas de seguridad en los supermercados. A diferencia de España el ejército no está en las calles, "sería un insulto al civismo de los portugueses", postuló en ministro Costa.

Diferencias con España

El doctor del Hospital Central de Santa Maria, en Lisboa, José Padín, ha señalado a Público que las medidas tomadas en Portugal fueron consecuencia de la situación del coronavirus en España e Italia. Uno de los factores que perjudicaron a la Península y que no ha ocurrido en el país luso fue el movimiento y el desplazamiento desde Madrid a otras comunidades, provocando que la enfermedad entrase en sitios nuevos. 

"La huida de estas personas fue clave, la gente se escapaba a zonas turísticas cuando empezaron las medidas drásticas", relata. Asimismo, también insiste en que la población lusa no está tan masificada y es más dispersa, como puede ocurrir también con las características demográficas de Galicia.

De momento, dice que "el susto no es tan grande" aunque se estén tomando restricciones. La sanidad portuguesa se está organizando para un "desastre" que "a lo mejor no llega tanto como en España". En vista de lo que ha ocurrido en otros países que sufren ya las peores consecuencias se han preparado los hospitales "incluso con obras" para albergar a personas que todavía no han llegado. 

"Los números van aumentado y las carencias son las mismas que en España, como los test, EPIs, y al final la población también cae", refiriéndose a los contagios de los sanitarios.

La bióloga y profesora de Oporto, Jess Martins, postula que "hay falta de médicos, pero ya era un problema anterior". Además, también cuenta que la línea de atención telefónica para consultar en el caso de presentar síntomas es la misma que la de urgencias habitual, por eso "hay gente que se ha quedado horas esperando". Ella lleva recluida desde el día 10 de marzo y cuenta que "hay muchos permisos" por parte del Gobierno y que muchas veces y ante la declaración de emergencia light la población "sin tener obligaciones no piensa en el coronavirus" y este fin de semana, ante el buen tiempo, las playas estaban "llenas". 

En cuanto a las residencias de mayores, el doctor Padín sostiene que en Portugal está ocurriendo "lo mismo" sobre todo en la Región Norte aunque el número no sea tan drástico en comparación al país vecino. Se han establecido normas, como que los pacientes ingresados en los hospitales "no puedan volver a las residencias sin hacerse el test del coronavirus". 

Actualmente hay 19 focos de coronavirus en los asilos portugueses pero no se conocen los datos exactos de las muertes propiciadas en ancianos por coronavirus, según declaró la diretora general da Saúde este viernes, "sé que hay muertes, pero aún no en cantidades significativas". Así como que la información "se publicará muy pronto". El presidente del Conselho Nacionald de Saúde, Henrique Barros, en una entrevista al diario portugués Renascença, declaró: "Hemos sabido durante más de una década que en los lugares donde hay confinamientos debemos saber qué hacer y debe de haber planes de contingencia". Finalmente esgrimió: "Lo que podemos decir es que no pudimos prevenir lo que era fundamentalmente evitable". 

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