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La presidenta que quería ser bailarina clásica

Cristina Elisabet Fernández de Kirchner (CFK) tuvo dos vidas. La de su niñez y adolescencia, y la que construyó desde que ingresó en la carrera de derecho. 

FEDERICO PEÑA

La primera soñaba con ser bailarina clásica y pertenecer a la oligarquía, y la segunda se unió a la Juventud Peronista. Sobre la primera, poco se sabe. Ofelia Wilhem, la madre, y Gisella, la hermana de Cristina, tienen prohibido hablar con la prensa.

Desde su mayoría de edad, Cristina se construyó su historia en simbiosis con la de su marido, su compañero, su presidente.

La flamante presidenta es una incógnita incluso para muchos argentinos. La escritora Olga Wornat, que escribió 'Reina Cristina', la única biografía autorizada, tomó el nombre de una anécdota que involucra a los reyes de España.

En una visita por el Glaciar Perito Moreno en 2003, un cronista de CQC le pidió a Sofía 'Reina, Reina, unas palabras por favor'. Nadie esperaba que Cristina girara y preguntara '¿Cuál de las dos? Compañera de ruta de los Kirchner en los convulsos años de la ciudad de La Plata, al preguntarle por aquel suceso, Wornat obtuvo la confesión: 'Es que tengo nombre de Reina'.

CFK nació en La Plata cuando se llamaba Ciudad Eva Perón en honor a la heroína de los descamisados, que había muerto en junio de 1952.

Casualidades o no, nació en la calle homónima el 19 de febrero de 1953 a las 12.15 horas en la casa de una partera. En su familia, de clase media, convivieron el peronismo de su madre y el radicalismo y antiperonismo de su padre, Eduardo Fernández. Fue Ofelia quien la marcó a fuego.

Tras el golpe de Estado a Perón en 1955, La Plata volvió a ser la ciudad conservadora y clasista de antaño. Uno de los días más felices en la adolescencia de Cristina fue cuando consiguió que su padre la asociara al aristocrático Jockey Club, donde conoció a su primer novio, el entonces jugador de rugby Raúl Cafferata.

Pero a diferencia de sus amigas de la época, no quería dedicarse a las tareas domésticas. Estudió psicología un año y luego recaló en derecho. Allí comenzó su militancia en las juventudes peronistas.

1974, el matrimonio de 'la bella y la bestia'

Conoció a Néstor en los pasillos de la facultad. Sin embargo, fue  el 21 de septiembre de 1974, al inicio de la primavera austral, cuando comenzó la historia del matrimonio político.

Algunos compañeros de ruta los recuerdan como la bella y la bestia. Ella, hermosa. Él, estrábico, grandote, encorbado y con gafas de culo de botella.

Pero la semilla de la Cristina adulta le ganó a la de la infancia. No le gustaba que la tomaran como una niña bonita en los debates políticos y eso motivó que valorara más el verbo y la argumentación que el exterior de los hombres. Ganó el feo Kirchner sobre el lindo Cafferata.

Cristina no es 'la mujer de'. Construyó su fama de indomable como opositora al presidente Carlos Menem en el seno del bloque peronista en el Senado, donde protagonizó auténticas batallas dialécticas en contra del modelo neoliberal. Allí sacó a relucir sus dotes de juventud, que aún mantiene. Es capaz de discutir horas, de pelearse, y de dar portazos.

Incluso con Kirchner es capaz de no hablarse durante horas o días, aunque él lo tome con normalidad después de 32 años de casados.

Casi no existen fotos de la boda civil celebrada el 9 de mayo de 1975 en una atmósfera triste por la pérdida de amigos. Antes de mudarse a Santa Cruz a mediados de 1976, pasaron un mes presos. Cristina le pidió 'vámonos del país'.

Lo volvería a pedir tras el nacimiento de su hijo en 1977. Sin embargo, la peor pérdida fue la de un hijo que nació muerto con varios meses de gestación: 'No se lo deseo ni a mi peor enemigo', le juró a Wornat.

Néstor- Cristina S.A.

¿Quién toma las decisiones? Esta pregunta ha hecho correr ríos de tinta. La sociedad que conformaron Fernández y Kirchner comenzó en julio de 1976 cuando emigraron a Santa Cruz con el objetivo de ganar dinero para volcarse a la política a futuro. Mediante la compra de deudas hipotecarias y ofertas inmobiliarias, hacia 1987 ya habían amasado una fortuna y contaban con una veintena de propiedades.

Kirchner se convirtió en Intendente de Río Gallegos ese año, y ella sería diputada provincial en 1989. Nunca perdería una elección. Fue legisladora nacional por esa provincia entre 1993 y 1999, y senadora entre 1999 y 2005.

Con Kirchner presidente,  se convirtió en senadora por la provincia de Buenos Aires en 2005. Desde entonces ocupó más tiempo en viajes al exterior y como candidata virtual, hasta que se oficializó su candidatura a mediados de 2007.

Como en el ajedrez, son el rey y la reina. Sin el primero, el juego termina. Sin la segunda, las posibilidades de ganar son escasas. Cuando uno manda,  el otro opina y aconseja. Como le dijo Kirchner en su último discurso antes de darle la palabra, 'empieza tu tiempo, Cristina'.

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