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El presidente de Cuba: "La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios"

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel comparece en televisión "para brindar información al pueblo" sobre la situación en el país tras las masivas protestas del domingo y una oleada de reacciones en todo el mundo: desde el exilio de Miami, que pide una intervención de EEUU, hasta las moderadas de la ONU o México, que reclaman diálogo. 

Protestas en Cuba
Protestas en La Habana este pasado domingo. REUTERS

Las protestas del domingo en Cuba en más de 20 localidades del país, las más importantes de los últimos 25 años,  se han saldado, por ahora, con decenas de detenidos. Los disturbios se producen con la isla sumida en una crisis económica agravada por la pandemia de la covid-19 y el incremento de las sanciones de Estados Unidos, que siguen pesando en la economía cubana. 

Cuba vive este lunes una aparente calma con la incertidumbre de si se reanudarán las protestas ciudadanas contra el Gobierno. El servicio de internet en los teléfonos móviles permanece cortado desde el domingo,  lo que dificulta conocer en tiempo real la situación en el interior del país y el desarrollo de las manifestaciones.

A gritos de "libertad", "abajo la dictadura" y "patria y vida", los manifestantes reclaman derechos civiles, ayuda humanitaria para enfrentar la grave crisis sanitaria, alimentos, medicinas, mejores condiciones económicas y la renuncia del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

El Gobierno cubano intenta contener la situación y tilda de "mercenarios" y "lacayos" a los participantes en lo que califican "acciones de descrédito". Rodeado por algunos ministros, el presidente cubano ofreció un discurso "para brindar información al pueblo" sobre la situación en el país, muy castigado por los factores mencionados a lo que se suman cortes del suministro eléctrico, que se han convertido en el detonante de las protestas. 

Pero en su intervención, Díaz-Canel apostó más por la vía de la confrontación que por la conciliación: "Estamos dispuestos a todo y estaremos en la calle combatiendo. La orden de combate está dada: a la calle los revolucionarios", arengó Díaz-Canel. A continuación prometió que el problema de los cortes del suministro eléctrico se resolverán mañana. 

"Llamada a la libertad"

Las palabras de Díaz-Canel han levantado ampollas entre los organismos defensores de los derechos humanos. La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, condenó la "retórica inflamatoria de guerra" del presidente cubano y pidió al  Gobierno de la isla que atienda "las demandas sociales de su ciudadanía".

Una petición que comparten en mayor o menor medida la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea, que reclaman al Gobierno de La Habana que escuche a los manifestantes.

Las reacciones a estas protestas han traspasado fronteras. Desde Miami, la capital simbólica del exilio cubano, los opositores  al régimen afirman que lo que está en juego es la libertad del pueblo y piden al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que actúe de "manera decisiva" para detener  "la represión", apoyar las ansias de cambio del pueblo y lo insta a no repetir el "error del presidente John Kennedy" de dejarlos desamparados.

Biden ha comprado, como era de esperar, parte de ese discurso del exilio cubano y expresó este lunes su apoyo a las protestas que calificó como "una llamada a la libertad" y un "valiente ejercicio de los derechos fundamentales". Biden también exigió a las autoridades cubanas que eviten la "violencia" en su "intento de silenciar" las inéditas protestas antigubernamentales en Cuba.

También ha sido contundente la respuesta de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general, Luis Almagro, condenó al "régimen dictatorial" de Cuba por "llamar a civiles a reprimir" y promover la confrontación contra los manifestantes. Algo que ha negado el presidente Díaz-Canel, quien respondió a Almagro con la misma contundencia: "¿Por qué no se preocupan por los asesinatos y desaparecidos en América Latina?". Además acusó a la OEA de mantener un "discurso de doble rasero, mentiroso, injerencista".

Díaz-Canel dice que no hay represión

Más moderada ha sido la reacción de la Organización de la Naciones Unidas, que se ha limitado a subrayar la necesidad del respeto pleno a la libertad de expresión y de asamblea de los ciudadanos.

"Estamos simplemente vigilando lo que ocurre y (...) queremos asegurarnos de que los derechos básicos de la gente, especialmente la libertad de expresión y la libertad de asamblea pacífica, sean respetados", subrayó el portavoz Farhan Haq en una una conferencia de prensa.

Asimismo, el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, instó al Gobierno cubano a  la moderación. "Quiero pedir al Gobierno que permita estas manifestaciones pacíficas y escuche las manifestaciones de descontento de los manifestantes", señaló Borrell en la rueda de prensa posterior a un consejo de ministros de Exteriores de la UE.

Por el momento pocos pronuncian la palabra "diálogo". Sí lo ha hecho el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, un histórico aliado de Cuba, tras rechazar la violencia, pero también el "intervencionismo" de países extranjeros y de medios de comunicación.

"Quiero expresar mi solidaridad con el pueblo cubano, creo que debe buscarse una salida mediante el diálogo, sin el uso de la fuerza, sin la confrontación, sin violencia. Tienen que ser los cubanos los que decidan porque Cuba es un país libre, independiente y soberano", afirmó López Obrador durante su rueda de prensa matutina en el suroriental estado de Tabasco.

Cuba asegura que no ha habido represión ninguna, pese a su lenguaje agresivo. "Ya salieron con que en Cuba reprimimos, asesinamos. ¿Dónde están los asesinatos cubanos? ¿Dónde está la represión cubana? ¿Dónde están los desaparecidos en Cuba?", argumentó Díaz-Canel en su comparecencia.

La alocución de Díaz-Canel se produce en un momento de alta tensión en Cuba por las protestas masivas del domingo a causa de un hartazgo del pueblo a causa de los estragos de la crisis y la pandemia, pero también de décadas de castrismo.

Durante la inesperada rebelión ciudadana, el fotoperiodista español Ramón Espinosa, de la agencia Associated Press, resultó herido mientras cubría las protestas en La Habana y fue intervenido por una fractura en la nariz, después de forcejear con las fuerzas de seguridad; a otros corresponsales les sustrajeron sus equipos para impedirles hacer su trabajo, según han explicado a 'Público' periodistas acreditados en Cuba. También han advertido de que se están produciendo detenciones, sin precisar el número debido a la imposibilidad de comunicarse a causa de la falta de suministro eléctrico.

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