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Prosur Los gobiernos de la derecha latinoamericana se reúnen para buscar una nueva alianza

Bolsonaro, Macri, Duque y Piñera, entre otros, se encontrarán hoy en Chile para crear un organismo de integración regional.

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El presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su homólogo de Colombia, Iván Duque, a su llegada al Palacio de La Moneda en Santiago (Chile). - EFE

SANTIAGO DE CHILE,

Santiago se prepara este viernes para recibir a los jefes de Estado de seis países de la región latinoamericana en un encuentro de presidentes de América del Sur. Está previsto que lleguen a la ciudad el argentino Mauricio Macri, el ecuatoriano Lenín Moreno y el paraguayo Mario Abdo; además del colombiano Iván Duque y el brasileño Jair Bolsonaro, que ya aterrizaron al país en las últimas horas. Además, según detalló la organización, asistirán representantes de todos los países, con excepción de Venezuela.

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La cita, convocada por el presidente chileno Sebastián Piñera, pretende crear un nuevo organismo para la integración regional que reemplace a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) es el nombre elegido para levantar la nueva entidad latinoamericana que, según una minuta del gobierno, “surge con el sólo objetivo de servir como un nuevo espacio de debate, coordinación, integración y colaboración regional” y que busca no replicar “los errores” de Unasur.

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Unasur se creó en 2008 bajo el impulso del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, cuando el progresismo en la región vivía un momento álgido, con el objetivo de contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región. Con marcado sello social, el ente colocó en sus miras desafíos como “eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los estados”, según dice su tratado constitutivo.

No obstante, en los últimos años perdió mucha influencia y relevancia en la región, lo que ha sido aprovechado por los nuevos gobiernos del continente para apartarlo definitivamente. “Prosur es un lugar de encuentro para dialogar, acordar, unir fuerzas, colaborar. Y es absolutamente necesario. Hace más de cinco años que los presidentes de América del Sur no nos reunimos, porque Unasur fracasó por exceso de ideología, de burocracia”, afirmó el presidente Piñera a horas de reunirse con sus homólogos regionales.

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Sin embargo, los sectores de oposición no confían en que las ideologías queden al margen del proyecto, considerando el giro neoliberal que han experimentado países de peso en la región como Argentina, Brasil o el mismo Chile. El excanciller, Heraldo Muñoz, al frente del ministerio de Exteriores durante la administración de Michelle Bachelet, mostró su desacuerdo con Prosur y aseguró que la alianza tendrá un “signo ideológico conservador”.

En abril de 2018, Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Chile anunciaran la suspensión por tiempo indefinido de su participación a Unasur. Los seis argumentaron que la falta de un secretario general pone fin a la continuidad del organismo a corto plazo. El último en sumarse a la salida ha sido Ecuador, que lo hizo el pasado 13 de marzo. Tras la decisión del mandatario ecuatoriano, sólo quedan cinco países de los 12 que formaron parte del organismo: Bolivia, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela.

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Otro foro previo para calentar motores

En la antesala del encuentro, el jueves, tuvo lugar otro foro, este bautizado como Foro por la Democracia, organizado por la coalición gubernamental Chile Vamos, que invitó a figuras relevantes de la derecha regional para debatir sobre la situación del continente.

Según los organizadores, unas 500 personas y pertenecientes a 40 partidos y centros de estudio de toda la región, entre ellos la Fundación Jaime Guzmán, en honor al artífice de la dictadura de Pinochet, participaron del evento. Una cita que sus impulsores pretenden que se convierta en “un hito político para la región”.

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. - REUTERS

Una de las participantes más esperadas a la cita fue a mujer del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, Fabiana Rosales. De hecho, la intención inicial de los organizadores era poder sumar a Guaidó a la cita de este jueves o bien al encuentro de presidentes del viernes. Sin duda, habría sido la gran jugada del oficialismo, en pleno debate internacional por la situación del pueblo venezolano. Finalmente, Guaidó no llegó, pero sí su persona más cercana.

La crisis en Venezuela fue uno de los temas estrella de la jornada, marcada por la noticia de la detención de Roberto Marrero, jefe de gabinete de Guaidó. “Acabo de hablar con el presidente Guaidó y está más firme que nunca y con nuestro objetivo muy claro que es salir de la dictadura de Nicolás Maduro que oprime al pueblo. Si pensaban que secuestrando a Roberto Marrero, iban a quebrar nuestra moral están muy equivocados”, dijo Rosales al llegar al foro.

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El evento finalizó con la intervención del presidente anfitrión, quien reiteró sus tesis sobre el país caribeño y los países de la región que le brindan apoyo incondicional. “La caída de la Unión Soviética es la mejor expresión del fracaso del socialismo del siglo XX. Venezuela, Cuba y Nicaragua son las mejores expresiones del fracaso del socialismo del siglo XXI”, dijo Piñera, que terminó su discurso asegurando que la “dictadura” de Venezuela “tiene sus días contados”.

Protestas contra Bolsonaro

Otra de las polémicas fue por la llegada a Chile del presidente brasileño Jair Bolsonaro. El líder ultraderechista aterrizó a Chile la tarde del jueves donde se encontrará con su hijo y diputado por Sao Paulo, Eduardo Bolsonaro, que participó en el Foro por la Democracia. “Aquí no voy a hablar de Pinochet”, dijo a la prensa apenas bajó del avión.

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La presencia del mandatario carioca en Chile desató las críticas de la oposición, en especial de la coalición de izquierda del Frente Amplio. Este semana, diputados y diputadas del bloque presentaron un proyecto de resolución para solicitar a Piñera que lo declare “persona non grata”.

Los parlamentarios argumentaron que la solicitud se relaciona con “la defensa de la democracia, de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTI, de los pueblos originarios”. Los signantes mostraron su “preocupación” por la visita de un presidente “que defiende la proliferación de los discursos de odio y que avala las violaciones a los derechos humanos”. Además, solicitaron que se cancele la comida oficial programada para el sábado en La Moneda que el presidente Piñera organizó en su “honor”. La invitación al almuerzo, de hecho, fue rechazada por algunas de las máximas autoridades políticas del país, como los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado.

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Varios partidos de oposición y organizaciones sociales ─feministas, a favor de los derechos de los migrantes, de la diversidad sexual, etc.─ convocaron protestas para este viernes y sábado en contra de la presencia del presidente brasileño en Chile. Por ahora, pero, las movilizaciones, no han sido notificadas a las autoridades de la Región Metropolitana, quienes llamaron a desconvocarlas por la falta de permisos.

Quienes esperan con los brazos abiertos a Bolsonaro, en cambio, son los presos condenados por delitos de lesa humanidad durante la dictadura, que quieren que Bolsonaro los visite para que conozca personalmente la situación en la que se encuentran. Para eso, le mandaron una carta que dice: “Presidente Bolsonaro, queremos decirle que los soldados liderados por el Gral. Pinochet que impidieron que Chile se transformara en una nueva Cuba y que enfrentaron al terrorismo, hoy están siendo perseguidos política y judicialmente para ser encarcelados de por vida y morir sin dignidad lejos de sus seres queridos”. Está por ver si el mandatario finalmente pasa a saludarles.

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