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Rusia conservará sus conquistas y atacará a quien entregue a Ucrania sus misiles para golpear suelo ruso

Putin se dice dispuesto a negociar, pero desafía a Occidente con maniobras nucleares y amenaza con represalias si Ucrania usa misiles de la OTAN para atacar suelo ruso.

El presidente ruso, Vladimir Putin, durante su visita a Bielorrusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, durante su visita a Bielorrusia. Kremlin / dpa / Europa Press

El presidente Vladímir Putin se siente muy seguro gracias a la ventaja que está tomando el Ejército ruso en Ucrania, con una superioridad en tropas y armamento acumulada en los más de dos años de guerra. Por eso, dijo este viernes que está dispuesto a negociar, pero "partiendo de la situación actual", es decir, quedándose Rusia con todo lo invadido y ya anexionado, casi una quinta parte de Ucrania.

"De nuevo se habla de que hay que regresar a las negociaciones. ¡Que vuelvan! Pero que vuelvan no partiendo de lo que una parte quiere (...), sino de la situación actual sobre el terreno. Nosotros estamos dispuestos", afirmó Putin al concluir su visita a Bielorrusia, donde supervisó el final de unas maniobras que levantaron esta semana muchas alarmas en Occidente.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó horas después lo que Putin estaba sugiriendo, es decir no podrá haber alto el fuego que no reconozca que las cuatro regiones anexionadas a Rusia en la guerra, es decir, Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, son parte inalienable del territorio ruso, como ya reconoce la Constitución del país. La península de Crimea ya fue anexionada en 2014.

Maniobras nucleares para frenar participación de Occidente en la guerra

Esta semana, el líder ruso añadió a la ofensiva militar una amenaza estratégica, con esos ejercicios militares sobre el uso en combate de armas nucleares tácticas incorporadas a misiles Iskander y Kinzhal, y organizadas junto a sus aliados bielorrusos. La orden de celebrar estas maniobras, dada por Putin a principios de mayo, respondía, según reconoció el Kremlin, a la deriva de los países de la OTAN hacia la confrontación con Rusia por su apoyo a Ucrania.

Bielorrusia, un espolón geográfico en el flanco oriental de la OTAN, tiene en su territorio un número indeterminado de bombas nucleares tácticas que, en caso de conflicto, podrían convertirse en una pesadilla para los países vecinos que la rodean, Polonia, Lituania y Letonia, aunque también para la cercana Alemania.

Estos ensayos de un ataque nuclear táctico, tanto quirúrgico como masivo, lanzaron un guante a las crecientes sugerencias por parte de Francia y otros países de la OTAN, como los tres bálticos, de enviar tropas de apoyo o como instructores a Ucrania.

También desafiaron la petición ucraniana de que los países de la OTAN deberían derribar desde su propio territorio los misiles rusos lanzados contra las infraestructuras críticas ucranianas, tal y como hicieron recientemente Estados Unidos y Gran Bretaña con los drones y misiles disparados por Irán contra Israel en respuesta al ataque israelí de la embajada iraní en Damasco.

Misiles de la OTAN contra la Federación Rusa

A las maniobras nucleares, que comenzaron el martes y concluyeron este viernes, el Kremlin añadió la advertencia de que Rusia atacará objetivos militares de países europeos si éstos dan luz verde a Ucrania para usar misiles de larga distancia, artillería de campaña e inteligencia de la OTAN proporcionada por satélite contra bases, estacionamientos, tropas, armas y otros blancos ubicados en territorio de la propia Federación Rusa.

Hasta ahora la mayor parte de los socios atlánticos habían tenido mucho cuidado a la hora de entregar a Ucrania misiles con radio suficiente para golpear objetivos en Rusia o habían conseguido el compromiso de Kiev para no realizar esos ataques. La mayor parte de las operaciones ucranianas en territorio ruso, contra refinerías y aeródromos, sobre todo, se han llevado a cabo con drones y misiles de producción propia.

Los misiles de largo alcance que han enviado Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están siendo empleados para atacar objetivos militares rusos en los territorios ocupados por Moscú en Ucrania.

El riesgo de atacar territorio ruso con misiles de la OTAN

Sin embargo, el Reino Unido, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, David Cameron, cruzó una de esas líneas rojas de la participación occidental en la guerra de Ucrania al indicar a principios de mes que sería legítimo cualquier ataque ucraniano contra objetivos militares en la propia Federación Rusa con misiles de largo alcance británicos Storm Shadow Scalp. "Ucrania tiene absolutamente el derecho de contraatacar a Rusia", señaló.

También hay ya legisladores en Estados Unidos que reclaman a la Casa Blanca que se permita a Ucrania utilizar armas estadounidenses para atacar territorio ruso. El presidente de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, Mike Johnson, dijo este jueves que "no era una buena estrategia política" impedir que las armas donadas por EEUU sean utilizadas contra territorio ruso.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó estas afirmaciones como "irresponsables" y "peligrosas en sus consecuencias", y acusó a esos políticos estadounidenses de "echar gasolina al fuego".

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, indicó durante su visita a Kiev la semana pasada que su país no había alentado ni permitido ataques fuera de Ucrania. Sin embargo, agregó: "Ucrania tiene que tomar decisiones por sí misma sobre cómo va a llevar a cabo esta guerra".

En la noche del jueves, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió en esta posibilidad en su discurso a la nación. El líder ucraniano pidió a los países occidentales que están suministrando ayuda militar a Ucrania que permitan utilizar estos medios para atacar infraestructuras dentro de la Federación Rusa.

Según Zelenski, la ofensiva de Járkov y los bombardeos rusos de esta región en el nuevo frente abierto este mes de mayo tienen pocas posibilidades de ser evitados debido a la escasez de sistemas antiaéreos y de aviones en manos ucranianas. "Ucrania aún tiene restricciones para defenderse", explicó Zelenski.

Sin un nutrido arsenal de misiles de largo alcance y sin el beneplácito para impactarlos dentro de la Federación Rusa, el Ejército ucraniano, dijo el mandatario, no puede acabar con las lanzaderas de misiles con las que Rusia castiga el suelo ucraniano desde su propio territorio convertido en un santuario inviolable.

Moscú amenaza a Londres con represalias militares

La respuesta rusa ha sido clara ante esta demanda y la "benevolencia" británica para que los ucranianos disparen sus misiles allá donde quieran. Lo dijo este jueves la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajárova, uno de los halcones del Kremlin sin pelos en la lengua a la hora de proferir las más ominosas amenazas.

Según Zajárova, Moscú tomará represalias y atacará objetivos británicos "en territorio de Ucrania y más allá de sus fronteras" si Kiev utiliza para golpear el territorio ruso esos misiles donados por el Reino Unido. No era la primera vez que el Kremlin hacía esta advertencia. A principios de mayo ya había amenazado con represalias de producirse ese escenario, aunque ahora la advertencia tiene más peso al verse ligada al contexto de las maniobras con armas nucleares tácticas.

Este tipo de armamento, de entre diez y un centenar de kilotones de capacidad destructiva (la bomba que redujo a cenizas Hiroshima era de 16 kilotones), puede utilizarse en zonas de combate y contra objetivos o infraestructuras militares muy concretas, incluida la concentración de tropas enemigas.

El año pasado Rusia revocó su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT), aunque tiene en vigor su moratoria en tanto Estados Unidos haga lo mismo.

Los franceses también muestran su músculo nuclear

La tensión nuclear es evidente en Europa y no solo por las presiones estratégicas rusas en este contexto. Esta semana, el ministro de Defensa francés, Sebastian Lecornu, anunció que su país, uno de los que en estos momentos mantienen una confrontación con Rusia más aguda, había ensayado con éxito el lanzamiento de un misil supersónico ASMPA renovado, capaz de portar ojivas nucleares. El disparo se hizo desde un avión de combate Rafale.

Y aunque el ministro insistió en que el ensayo estaba previsto desde hace tiempo, a nadie se le escapó su coincidencia con las maniobras nucleares rusas en el Distrito Militar Sur, es decir, en las inmediaciones de Ucrania y los territorios anexionados por Rusia.

Las cosas van mal para Ucrania en el frente

No es de extrañar la preocupación de la OTAN por las bravatas nucleares rusas justo en estos momentos. Amenazas de este tipo son recurrentes por parte de Moscú. No lo es tanto que se hagan cuando la situación en el campo de batalla sea tan desfavorable para el Ejército ucraniano.

La atención está centrada sobre todo en las ciudades de Járkov, Pokrovsk y Kúpiansk, las tres en el noreste de la región de Járkov. La caída de cualquiera de estas ciudades, donde la ofensiva actual se está recrudeciendo, sería un desastre militar para Kiev.

Los rusos también están avanzando en la región de Donetsk, con la vista puesta en la ciudad de Chasiv Yar. Tras la captura en las últimas jornadas de las localidades de Andriivka y Klischiivka, el avance de las fuerzas del Kremlin parece imparable hacia esa estratégica ciudad.

Orbán acusa a Bruselas de buscar la entrada de Europa en la guerra

En medio de este clima de nerviosismo en Kiev y los países europeos, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, llevó la voz discordante de nuevo. Según el jefe de Gobierno magiar, en los pasillos de Bruselas se está fraguando la entrada de Europa en la guerra de Ucrania.

"Lo que sucede hoy en Bruselas y en Washington es un tipo de preparación de la atmósfera para un eventual conflicto armado directo. Podríamos decir que es la preparación de la entrada de Europa en la guerra", afirmó Orbán en declaraciones a la radio pública Kossuth.

Orbán apostó por la apertura de negociaciones con Rusia y dijo que es infundado el temor a que Moscú ataque a algún miembro de la OTAN, debido a la debilidad que tiene el propio Ejército ruso. "Si los rusos fueran lo suficientemente fuertes como para acabar con los ucranianos de un solo golpe, ya lo habrían hecho", aseveró el mandatario.

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