Siguen las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia, aunque baja la participación

Las protestas contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron continúan sacudiendo las calles de Francia. La duodécima jornada de manifestaciones ha sido más tranquila que las anteriores, pero sigue concentrando a multitud de ciudadanos. Según datos del Ministerio del Interior, cerca de 380.000 personas marcharon este jueves en todo el país. El sindicato CGT sube la cifra y habla de 1,5 millones.

En ambos casos el número de manifestantes es inferior al de la última convocatoria, que se celebró el 6 de abril. En total se han registrado 280 protestas en las distintas ciudades del país. La prensa francesa destaca la tendencia descendiente de la asistencia y reporta varios casos de participantes heridos y detenidos por la policía gala.

Los datos que ofrece el Ministerio del Interior son los segundos más bajos desde que comenzaron las protestas, solo por detrás de la cifra registrada el 11 de marzo. En París hubo al menos 36 detenidos. Los asistentes no dudaron en seguir señalando al presidente francés como un líder "autoritario" por haber aprobado la reforma sin contar con la Asamblea Nacional.

El sindicato CGT fija en 400.000 el número de manifestantes en la capital francesa, mientras la Jefatura de la Policía se queda en 42.000. La mayoría de las concentraciones se han desarrollado de forma pacífica, aunque se han notificado varios incidentes. Las fuerzas de seguridad han vuelto a lanzar gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. En otras ciudades, como Nantes o Toulouse, también se han producido enfrentamientos y se ha quemado mobiliario urbano.

Las pancartas contra Emmanuel Macron han encabezado buena parte de las marchas el día antes de que el Consejo Constitucional dictamine si valida -total o parcialmente- o no la controvertida norma. "La calle sigue en pie, que todo el mundo sepa que nos oponemos rotundamente a esta reforma", ha declarado un sindicalista. El Ejecutivo francés pretende elevar de 62 a 64 años la edad de jubilación y ampliar el período de cotización necesario para obtener la pensión máxima.