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Strauss-Kahn continúa en prisión preventiva

Un tribunal de Nueva York rechaza dejar al director gerente del FMI en libertad bajo fianza por riesgo de fuga

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Melissa Jackson, la jueza de Nueva York que instruye el caso de presunto intento de violación contra el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, denegó ayer su libertad bajo fianza y fijó para el viernes su próxima comparecencia ante un gran jurado de 23 personas, ciudadanos ordinarios, que decidirá si los cargos que pesan sobre el socialista francés merecen un juicio.

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Son unas imágenes que marcarán la vida y la carrera de Dominique Strauss-Kahn, sea cual sea el desenlace de la historia. La de un hombre cansado, con una barba de dos días, sentado en un tribunal de Nueva York, escuchando como deberá pasar los cinco próximos días en la prisión de la isla de Rikers, a medio camino entre el Bronx y Queens. Unas imágenes que se sumaban a las del día anterior, saliendo de una comisaría de Harlem en la noche del domingo, esposado, entre dos policías, con la chaqueta mal puesta y la mirada tensa, de camino a un hospital para ser sometido a un examen médico.

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Strauss-Kahn accede finalmente a someterse a un examen de ADN

La vista preliminar apenas duró media hora. Benjamin Brafman, el abogado del director de FMI, negó todos los cargos, pero no consiguió convencer a la jueza para que liberara a su cliente, pese a ofrecer una fianza de un millón de dólares y garantizar que no saldría de Nueva York.

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"No tiene casi ningún incentivo para quedarse en el país", argumentó uno de los asesores del fiscal del distrito, "si se marchara a Francia, no tendríamos ningún mecanismo legal para garantizar su regreso" a Estados Unidos. Se refería, sin mencionarlo, al precedente del director de cine Roman Polanski que, después de ser acusado de violar a una menor en la casa de Jack Nicholson, se montó en un avión rumbo a Londres tras salir de su detención preventiva, en febrero de 1978, para no volver a pisar suelo estadounidense.

Un gran jurado decidirá el viernes si el acusado debe ir a juicio o no

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Sobre el dirigente del FMI pesan siete cargos, entre los que figuran forzar a una persona a mantener sexo oral, agresión sexual en primer grado e intento de violación, delitos que acarrean una pena máxima de hasta 74 años y tres meses de cárcel. En la acusación que presentó el fiscal Cyrus Vance se describe que "Strauss-Kahn cerró la puerta de la habitación de su hotel para evitar que su víctima, una empleada de la limpieza, pudiera escapar", "tomó a su víctima por el pecho sin su consentimiento e intentó quitarle la ropa interior" y "manoseó su área vaginal". Strauss-Kahn "intentó dos veces llevar su pene a la boca de su víctima por la fuerza".

La Fiscalía también habló de un precedente, ocurrido en el pasado, pero sin dar más detalles. "La batalla acaba de empezar", dijo el abogado Brafman, a la salida del tribunal.

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La presunta víctima, una mujer de 32 años que lleva tres trabajando en el hotel Sofitellimpiando habitaciones, es una inmigrante de Ghana, que la gerencia ha descrito como una buena empleada, lo suficientemente de confianza como para tener acceso al piso 28 del establecimiento, donde se encuentran las suites, como la del director de FMI, a 3.000 dólares la noche.

La presunta víctima es una madre soltera originaria de Ghana de 32 años

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La empleada vive en el Bronx con una hija adolescente. El portero de su edificio declaró que se habían mudado hace unos meses. "Son buena gente", dijo uno de sus vecinos a The New York Times, "nunca ha dado ningún problema a nadie, nunca ha hecho ruido, todo bien". Otra de las empleadas del Sofitel también la describió como "una buena persona".

El domingo por la tarde, la mujer acudió a la comisaría de Víctimas Especiales, que se encarga de los delitos sexuales. Allí, en una ronda de reconocimiento, identificó a Strauss-Kahn como su agresor.

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Según relataron medios franceses, el equipo defensor ha empezado a elaborar una versión paralela de los hechos. Aseguran que Strauss-Kahn abandonó el hotel pasado el mediodía del sábado, una hora antes de la presunta agresión, pidió la cuenta y se fue a comer con su hija a un restaurante de Manhattan.

Después, tomó un taxi hacia el aeropuerto JKF, donde se dio cuenta de que había dejado en el hotel uno de sus teléfonos móviles. Llamó entonces a la recepción para asegurarse de que lo habían encontrado, una versión que contradice la primera declaración de la Policía de Nueva York, según la cual, Strauss-Kahn salió tan precipitadamente de su habitación que se dejó el teléfono.

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La Policía, según el diario francés Libération, también ha revisado los hechos. "Habíamos dicho inicialmente que [la agresión] fue hacia la una, pero de hecho fue más hacia el mediodía", indicó el comisario adjunto y portavoz de la Policía de Nueva York, Paul J. Browne.

La defensa también ha empezado a buscar detalles de la víctima para desacreditar sus acusaciones, intentando encontrar motivos materiales.

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En la tarde del domingo, Strauss-Kahn, que al principio no colaboró mucho con la Policía, accedió finalmente a someterse a un examen médico para tomar muestras de ADN que pudieran ser comparadas con las que se tomaron de la suite del hotel o "rastros bajo las uñas, lo normal en estos casos", dijo uno de los investigadores a The New York Times. La prensa estadounidense afirmaba que en el pecho del director del FMI se veían claramente arañazos, algo que no ha podido ser confirmado.

El FMI ya ha empezado a funcionar sin Strauss-Kahn. Su Consejo Ejecutivo se reu-nió ayer para analizar la situación. De momento, ha quedado al frente de la organización su número dos, el estadounidense John Lipsky, una solución muy provisional, ya que anunció la semana pasada que abandonaría el Fondo en agosto, al término de su mandato.

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El FMI subrayó que Lipskyse hacía cargo "de acuerdo con los procedimientos" de la institución, que estipulan que el número dos ejerce las funciones de director gerente cuando el titular se encuentra ausente de Washington.

A la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro, celebrada ayer en Bruselas para dar los últimos retoques al plan de rescate para Portugal, asistió el número tres del Fondo, el director gerente adjunto, Nemat Shafik, responsable de supervisar los programas para varios países europeos. El FMI no ha querido comentar el caso y ha insistido en afirmar que se encuentra "completamente operativo".

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