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¿Por qué los terremotos son tan devastadores en la zona de Turquía y Siria?

Turquía está situada en la confluencia de varias placas tectónicas y está atravesada por dos importantes fallas, lo que provoca que sea una zona especialmente de alta actividad sísmica proclive a grandes seísmos

Terremoto Turquía y Siria
Un edificio derrumbado en la ciudad de Alepo tras el terremoto. EFE

El terremoto de magnitud 7,8 con epicentro en una zona del sureste de Turquía cercana a la frontera con Siria que ha causado este viernes más de 2.700 muertos –al menos hasta ahora– y de 14.000 heridos es el más grave registrado en Turquía en lo que va de siglo XXI.

El seísmo más mortífero de los últimos 50 años, de 7,4, se registró el 17 de agosto de 1999 con epicentro en Izmir, en el noroeste del país, y dejó unos 17.000 muertos, 500.000 personas sin hogar, 45.000 heridos y 15 millones de afectados.

Lo cierto es que Turquía, en concreto Anatolia y su territorio fronterizo con Siria, es una zona sísmica muy propensa a los terremotos. De hecho, en los últimos 50 años en Turquía ha habido al menos cinco terremotos que han causado al menos más de un millar de muertos.

Pero, ¿por qué Turquía es proclive a los terremotos? La respuesta es sencilla: por su posición geográfica, es un área de alta actividad sísmica.

Turquía está situada en la confluencia de varias placas tectónicas y está atravesada por dos importantes fallas. La mayor parte del país recae sobre la placa de Anatolia, situada a su vez entre dos grandes plataformas, la euroasiática y la africana, y una tercera placa de menor tamaño, la árabiga. Esto provoca que varias fallas recorran el país, favoreciendo por tanto la posibilidad de que haya grandes temblores. La más peligrosa, donde coinciden las placas turca y euroasiática, recorre todo el norte de Turquía, pasando muy cerca de Estambul. 

Las fallas son fracturas que se producen cuando hay un desplazamiento entre dos bloques de roca. El movimiento en las fallas se produce por el desplazamiento de las placas tectónicas, razón por la que los terremotos se concentren en sus bordes.​

Atrapada por tanto entre varias placas que pueden hacer presión desde diversos frentes y, por tanto, provocar grandes terremotos como los ocurridos este lunes, Turquía está expuesta a sufrir fuertes temblores cada cierto tiempo. De hecho, sólo en el año 2022, el país registró más de 20.000 seísmos. De ellos, casi 130 superaron la magnitud 4 en la escala de Richter, mientras que uno superó el nivel 6. Las autoridades se esfuerzan por inculcar a la ciudadanía consejos de prevención en caso de que haya temblores, asumiendo que estos son inevitables cada cierto tiempo.


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