A la Unión Europea le quedan muy pocos motivos para confiar en Benjamín Netanyahu. El dirigente israelí ha incumplido una y otra vez los acuerdos que ha llegado con el bloque europeo y ha continuado siempre con su plan genocida contra el pueblo palestino. Sin embargo, y a la espera de como transcurre el acuerdo de alto el fuego mediado por un triunfante Donald Trump, los Estados miembros han frenado este lunes en el Consejo de Exteriores de la UE la aplicación de las sanciones contra Tel Aviv que había propuesto la Comisión Europea como medida de presión al gobierno israelí. Así, los socios europeos han dado la enésima oportunidad a Netanyahu y continúan sin casi imponerle ninguna sanción.

La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha constatado en rueda de prensa que hay posiciones “diferentes” entre los gobiernos estatales sobre como se tiene que actuar en Gaza, pero ha confirmado que los socios europeos han denegado aprobar cualquier tipo de medida de presión. Los argumentos son que el "contexto" de cuando Bruselas propuso las restricciones es "otro" y los gobiernos estatales quieren dar una oportunidad a Israel para que cumpla con los compromisos adquiridos, si bien ya no lo está haciendo.

Desde que se pactó el alto al fuego, el Ejército israelí ha matado cerca de unos cien palestinos, y ha bloqueado de manera temporal la ayuda humanitaria y aún no deja entrar toda la que se acordó. De hecho, la jefa de la diplomacia europea ha vuelto a pedir a Tel Aviv en rueda de prensa que permita la reapertura del paso de Rafah para que los palestinos puedan acceder a la ayuda humanitaria, que reciben sobre todo de los mismos Estados miembros de la UE.

Kallas y algunos gobiernos estatales tampoco las tienen todas consigo y por eso intentan mantener las advertencias a Netanyahu. La jefa de la diplomacia europea ha subrayado que la no decisión de este lunes no significa que los Estados miembros o Bruselas abandonen la posibilidad de sancionar a Israel. "Las sanciones continúan encima de la mesa", ha recordado Kallas, que ha querido dejarlo claro para intentar poner ni que sea un poco de presión a Tel Aviv.

Ahora bien, es una presión muy relativa. Más allá del acuerdo del alto el fuego, con el que se escuda ahora la UE para evitar otra vez sancionar a Netanyahu, hay varios Estados miembros que desde un primer momento se han mostrado más bien contrarios aprobar las sanciones planteadas por la Comisión Europea de Ursula von der Leyen. Alemania e Italia, por ejemplo, son reticentes a la congelación parcial del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel, que establece un marco prioritario entre las dos partes en materia de relaciones comerciales y de diálogo político. En cambio, parece que hay un cierto consenso para incluir en la lista negra de la UE a ministros del ejecutivo israelí.

 La división paralizadora de la UE  

En el polo opuesto a Alemania, Italia o Hungría, se encuentran los países históricamente más propalestinos, como España, Bélgica o Irlanda. Este lunes, por ejemplo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha mostrado otra vez contundente contra Netanyahu y ha dicho que no se “puede volver a repetir” una vulneración del alto al fuego. España ha sido uno de los países que ha pedido que se mantengan la propuesta de las sanciones sobre la mesa, así como que no se anulen las pocas que ha impuesto la UE a Tel Aviv. Las únicas restricciones en vigor contra Israel son la inclusión en la lista negra de algunos colonos violentos en Cisjordania y la anulación de parte de los fondos de la UE destinados a potenciar la investigación y la ciencia en Israel.

De hecho, es esta división la que ha paralizado a la Unión Europea en todo lo que respeta al genocidio de Gaza y ha hecho que, dos años después y más de 65.000 palestinos muertos, no haya aprovechado su gran capacidad de influencia que tiene sobre Israel. Cabe recordar que el club comunitario es el principal socio comercial de Israel y le suministra alrededor del 30% de las armas.

Sea como sea, fuentes diplomáticas explican a Público que el sentir general de los Estados miembros y dentro de la sala del Consejo de Exteriores de la UE de este lunes es que ahora no se quiere dar un paso en falso y evitar castigar a Netanyahu justo después de que llegase a un acuerdo para un alto al fuego. "Las sanciones quedan ahora en un segundo plano porque es prioritario que se garantice la plena aplicación del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás", apunta un diplomático.