La UE desperdicia 729 millones en ayudas al tercer mundo contra la crisis climática
Un informe del Tribunal de Cuentas de la UE expone que ninguna de las dos fases del programa, entre 2007 y 2020, "atrajo la financiación adicional prevista de los Estados miembros y el sector privado".
La Alianza Mundial contra el Cambio Climático, una política de la Unión Europea, invirtió 729 millones de euros para luchar contra la crisis climática entre 2007 y 2020 y, así, ayudar a los países del tercer mundo. Sin embargo, no ha cumplido "lo que prometía", según un informe del Tribunal de Cuentas de la UE.
El órgano fiscalizador tomó como muestra cinco acciones en el Pacífico, dos en Etiopía, dos en Bangladesh, dos en Bután, una en Cuba, una en Níger y una acción que abarca toda África. En total, 14 iniciativas por un valor de 95,4 millones de euros (16% de los fondos). El informe, sin embargo, expone que ninguna de las dos fases del programa "atrajo la financiación adicional prevista de los Estados miembros y el sector privado" y ha lamentado que la Comisión Europea no revisara sus objetivos pese a esa "importante brecha financiera".
El Tribunal de Cuentas encontró "pocas pruebas de que la iniciativa hubiera mejorado la resiliencia de los países frente a la crisis climática". "En términos de eficiencia, las acciones completadas, por lo general, lograron las realizaciones previstas, pero, en ocasiones, a un coste elevado", recoge la auditoría sobre una herramienta que recibió del presupuesto comunitario y de los Estados miembros 728,8 millones de euros (308,8 millones en 2007-2013 y 420 millones en 2014-2020).
Para el miembro del Tribunal que dirigió la auditoría, Hannu Takkula, la alianza "no tuvo el impacto esperado, y el desarrollo de capacidades no se tradujo sistemáticamente en acciones más concretas dirigidas directamente a la población". Takkula ha añadido que "la Comisión Europea debería concentrarse en los más afectados por la crisis climática y aplicar lo aprendido a futuras iniciativas".
Esa alianza para asistir a países en desarrollo "no midió las mejoras en la situación de los beneficiarios ni se centró suficientemente en las necesidades de los más afectados", han manifestado los auditores. Han añadido, además, que "los costes de la utilización de nuevas tecnologías dificultaron que los hogares más desfavorecidos se beneficiaran del programa". Y, por otra parte, "pocas acciones incluyeron actividades que abordaran específicamente las necesidades de las mujeres".
El órgano ha recomendado al Ejecutivo comunitario que se centre en los más afectados por el crisis climática en futuras acciones parecidas. También ha pedido se dirija a los hogares más pobres e incremente la proporción de mujeres directamente beneficiadas por los programas. Así como "revisar los objetivos cuando, durante la aplicación, resulte evidente que no se dispone de fondos suficientes" o analizar y documentar de manera sistemática la moderación de los costes presupuestados y promover las acciones a través de campañas de comunicación dirigidas a los beneficiarios y a los donantes.
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