La UE se juega su credibilidad en el conflicto entre Israel y Hamás al tiempo que rechaza pedir un alto el fuego
La prioridad es cerrar filas internas, evitar una escalada regional y pasar revista a la situación de los rehenes y de la ayuda humanitaria en Gaza.
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
Tras días de una cacofonía con varias voces desafinando en el coro comunitario, la Unión Europea ha fijado una posición común sobre la guerra en Oriente Próximo: condena firme al terrorismo de Hamás y blindaje sobre el derecho de Israel a defenderse, respetando el derecho internacional.
Con esta base de fondo, los 27 ministros de Asuntos Exteriores se reúnen este lunes en Luxemburgo con el polvorín en Tierra Santa en lo alto de la agenda. La prioridad es cerrar filas internas, evitar una escalada regional y pasar revista a la situación de los rehenes y de la ayuda humanitaria en Gaza. Pero la llamada a un alto el fuego no está sobre la mesa.
"Hemos estado enfatizando el derecho de Israel a defenderse. No apoyamos un alto el fuego"
"Hemos estado enfatizando el derecho de Israel a defenderse. Por lo tanto, sería un poco extraño pedir un alto el fuego en este momento. Y, desde luego, no lo apoyamos. También creo que la posición de la UE es bastante clara al respecto, con la última declaración de los líderes", señala un diplomático de un país occidental.
También esta semana, la Eurocámara evitó respaldar un cese de las hostilidades y se inclinó por sustituirlo por una ambigua llamada a una "pausa humanitaria".
La UE sí pidió un alto el fuego en la última escalada entre ambos en 2021. La ONU ya lo ha demandado "de inmediato" para aliviar el drama humanitario en la Franja. Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha instado al primer ministro israelí, el ultranacionalista Benjamín Netanyahu, a contener su respuesta y aprender de los errores cometidos por Washington tras el 11 de septiembre.
"Estamos siguiendo la situación muy de cerca. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos tanto en la región como en Gaza. Nuestra posición es clara en base al parámetro de derecho a la legítima defensa y el respeto del derecho internacional. Veremos cómo Israel ejerce ese derecho", defienden fuentes diplomáticas.
La Comisión geopolítica se creció con la crisis del coronavirus y la guerra en Ucrania, pero el estallido de la guerra en Oriente Próximo se ha tropezado en la recta final de su mandato. La imagen de la UE se ha visto empañada por las diferentes posiciones internas sobre el conflicto.
Dos semanas después del inicio de la guerra, Ursula von der Leyen se resiste a mencionar la muerte de civiles palestinos
Los 27 líderes tuvieron que emitir un comunicado de urgencia el domingo para enmendar las caóticas horas de declaraciones y viajes de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y para recordarle quién está al mando del timón de la política exterior. Dos semanas después del inicio de la guerra, que deja más de 1.400 víctimas israelíes y más de 4.000 palestinas, la alemana se resiste a mencionar la muerte de civiles palestinos.
"Este conflicto es un desafío enorme para nosotros. Tras 20 meses exitosos en Ucrania, queremos preservar la buena imagen que hemos dado en el mundo. La posición en exteriores la fija el Consejo. El resto, con todo el respeto, son opiniones personales", explican las fuentes.
La doble vara a la hora de exigir el respeto del derecho internacional según si los crímenes los comete Rusia en Ucrania o Israel en la Franja de Gaza amenaza con debilitar la voz, credibilidad e imagen de la Unión Europea con sus socios árabes o con otros actores más problemáticos como India o Rusia. Los europeos se arriesgan a perder el Sur Global.
La doble vara a la hora de exigir el respeto del derecho internacional amenaza con debilitar la credibilidad de la UE
En muchas delegaciones reconocen que mantener la equidistancia puede tornarse imposible, especialmente si Tel Aviv termina entrando a sangre y fuego en la Franja.
Otra de las críticas que se ciernen sobre el bloque comunitario es la tendencia progresiva hacia unas posturas más complacientes y dóciles con Israel. El Gobierno de Netanyahu ha llegado a derribar infraestructuras financiadas por la UE con la única repercusión de declaraciones de condena.
Desde los acuerdos de Oslo de 1993, los asentamientos ilegales se han multiplicado por tres. Desde 2005, la Franja de Gaza, conocida como la mayor cárcel del mundo al aire libre, está sometida a un fuerte bloqueo por tierra, mar y aire.
Las fuerzas israelíes mataron con impunidad a más de 200 palestinos en Cisjordania antes de la irrupción de la guerra actual. Y el Estado hebreo metió bajo la alfombra el asesinato de la periodista Shireen Abu Akhle con el silencio de la comunidad internacional. "Hemos condenado los asentamientos desde hace mucho tiempo y hemos dejado claro a Israel que son contrarios al proceso de paz. Y hemos denunciado violencia contra Al Aqsa y la de los colonos", defienden en Bruselas.
¿Y ahora qué?
Desde hace décadas, la posición de la Unión Europea en el conflicto de Oriente Próximo se mantiene intacta: respaldo de la solución de los dos Estados con fronteras de 1967 y con Jerusalén como capital de ambos como única vía posible hacia una coexistencia pacífica y duradera.
"Las cosas serán diferentes después de esto, pero los problemas serán los mismos y hay que encontrar una solución"
Sin embargo, esta vía se ha ido haciendo con el paso de los años más inverosímil: discontinuidad geográfica de Palestina, aumento de los asentamientos, movimiento de la embajada estadounidense a Jerusalén o llegada al poder del gobierno más radical y beligerante de la historia de Israel.
El asesinato de Isaac Rabin dio una cornada al proceso de paz. Y esta guerra amenaza con terminar de enterrarlo. En la UE saben que después de 2023 nada volverá a ser igual. Israel está diciendo que llegará hasta el final, falta por ver hasta dónde. "Las cosas serán diferentes después de esto, pero los problemas serán los mismos y hay que encontrar una solución", analizan altas fuentes europeas.
Ayuda humanitaria
La ONU advierte de una crisis humanitaria en Gaza "como ninguna otra que la región haya visto en décadas". El paso de Rafah ha sido finalmente abierto, pero para dejar acceso a solo a cerca de 40 camiones. La ausencia de un alto el fuego dificulta mucho la entrada de medicinas, alimentos y aguas para más de dos millones de gazatíes asfixiados entre las bombas.
La UE ha triplicado las ayudas humanitarias a Palestina este año y promovido un puente aéreo humanitario vía Egipto, pero los suministros no pueden cruzar al enclave. "Es imposible estar en Rafah y que no se te parta el corazón. Detrás de esos muros hay más de dos millones de personas sin comida, agua, combustible o medicamentos. En este lado están los caminos con todo ello", lamentaba Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, el viernes.
Región en ebullición
La UE teme que la anunciada entrada de las fuerzas israelíes en Gaza derive en una guerra regional con la entrada de la milicia de Hizbulá, respaldada por Irán, de lleno en el conflicto, desatando una guerra de dimensiones imprevisibles. Por ello, Borrell ha intensificado los contactos con sus homólogos en la región para disuadirles, hablando en dos ocasiones con el responsable de Exteriores persa.
La UE teme que la entrada de las fuerzas israelíes en Gaza derive en una guerra regional contra Hizbulá, respaldado por Irán
La escalada del conflicto a un nivel superior entrañaría un riesgo para la seguridad interna de los europeos y podría desatar un gran éxodo de refugiados. En este agitado tablero de ajedrez global cada actor intenta mover sus hilos.
La UE no tiene mucha capacidad de mediación. Mientras que otros, como Turquía o Catar, sí cuentan con canales abiertos e influencia sobre Hamás. Estados Unidos podría ser un game changer, pero cierra filas con Israel, su hermano pequeño en la región.
¿A expensas de Ucrania?
En los pasillos de la capital comunitaria reconocen que los acontecimientos en Tierra Santa suponen buenas noticias para Vladimir Putin. La atención social, mediática y política ya no está sobre su invasión a Ucrania.
En cualquier caso, los europeos continúan manteniendo que seguirán apoyando a Kiev de forma incondicional, el tiempo que haga falta e independientemente de lo que ocurra en otros confines del globo porque la que se libra en Ucrania "es una cuestión existencial para la UE".
Entretanto, Biden ha propuesto al Congreso norteamericano un presupuesto urgente de 14.300 millones para Israel y otro paquete para Ucrania por valor de 61.400 millones. Los europeos, por su parte, no se plantean ayudas a Tel Aviv, ni tampoco sanciones o congelación de acuerdos comerciales en el marco de la crisis actual.
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