Si durante la guerra en Ucrania la defensa del orden mundial y del respeto del Derecho Internacional fue la bandera de la Unión Europea en su apoyo a Kiev, durante la guerra de Oriente Próximo se ha convertido en su caballo de Troya. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, solo se refirió al Derecho Internacional en el séptimo día de contienda y empujada por las críticas monumentales aireadas por múltiples eurodiputados y Estados miembros. La guerra en Tierra Santa coloca a la alemana en su peor crisis política y reputacional desde que asumió su cargo en 2019.

En los últimos días, la inquilina del Berlaymont ha cerrado filas con Israel tanto a nivel de declaraciones políticas, en las que "se olvidaba" a los civiles palestinos, como en su reiteración de que el Estado hebreo tiene derecho a defenderse.

La culminación fue la visita junto a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, al Tel Aviv, donde se vio con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Muchos en Bruselas y en las capitales sienten que se ha extralimitado en sus funciones trasladando un mensaje que no correspondía a la posición de los 27 Estados miembros: derecho a defenderse sí, pero con arreglo al Derecho Humanitario.

El propio Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, tuvo que salir al paso recordándole que la política exterior es competencia de los Estados miembros, que son los que fijan las posiciones y determinan las reacciones en el tablero global en el marco del Consejo de Asuntos Exteriores.

"No recuerdo a nadie criticando a Von der Leyen por ir a Ucrania tras la masacre de Bucha en marzo del año pasado. La presidenta puede viajar donde quiera. Fue a Israel a expresar solidaridad con un país que ha sufrido un ataque terrorista. Lo hizo y lo seguirá haciendo. Expresar esta solidaridad está totalmente dentro de sus prerrogativas", ha justificado Eric Mamer, portavoz de Von der Leyen, tras la cascada de críticas.

La cacofonía desatada en el seno europeo durante los últimos días obligó a los jefes de Estado y de Gobierno a reaccionar para enmendar la ya dañada imagen de Europa, que se ha visto en muchos rincones del mundo como un ejemplo de hipocresía con respecto a las leyes de guerra a la carta dependiendo si el responsable es Rusia o Israel. La alemana ha ido incluso más allá que Estados Unidos, principal aliado y valedor de Tel Aviv. El propio presidente norteamericano, Joe Biden, ha pedido contención y hecho llamamientos a que Israel evite una entrada en Gaza a sangre y fuego. E incluso la OTAN hizo un llamado a la "proporcionalidad".

El domingo, los Veintisiete acordaron un comunicado conjunto para dejar clara la postura de la Unión Europea: condena firme a los ataques del grupo terrorista Hamás, respaldo al derecho a Israel a defenderse con respeto al Derecho Internacional, compromiso para continuar la ayuda humanitaria a la población palestina y apoyo a la solución de los dos Estados como única vía posible para garantizar una paz sostenible y duradera en el largo plazo.

Con este clima de malestar de fondo por la gestión a motu proprio de la exministra de Angela Merkel, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha convocado una cumbre extraordinaria de emergencia el martes con los 27 líderes de Estado y de Gobierno. Por cuestiones de agenda y de logística se celebrará de forma virtual. El objetivo es cerrar la respuesta europea, así como analizar las consecuencias migratorias y de seguridad que la actual crisis en el polvorín de Oriente Próximo puede provocar en el Viejo Continente.

Los Estados miembros han fijado la posición inicial. Pero se enfrentan ahora a la próxima fase donde los claroscuros evidencian las muchas diferencias entre ellos. Hay quienes abogan por cortar la ayuda humanitaria, como Hungría. Otros buscan fijar un lenguaje más duro sobre los límites al derecho del Estado judío a defenderse, como Irlanda. Los hay quienes no distinguen entre Hamás y palestinos, aunque es la minoría. Otros como Francia y Alemania han prohibido manifestaciones pro-palestinas. De todos estos elementos divergentes hablarán en la videoconferencia. Una de las claves será ver si la UE apela o no a un alto al fuego, algo que ha evitado hasta la fecha.

Fuentes europeas reconocen que la celebración de esta cita viene provocada por las acciones de Von der Leyen. En muchas capitales y en el edificio del Consejo Europeo de Michel, con el que tiene una conocida muy mala relación, hay mucho malestar por la extralimitación de competencias de la presidenta de la Comisión Europea.

Tras un aterrizaje tímido y sorpresivo, Von der Leyen sacó pecho y uñas al frente de su "Comisión geopolítica" con la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania. Sin embargo, en una semana ha quemado mucho de ese capital político y de credibilidad. La gran incógnita es qué ha podido motivar este encadenamiento de errores. Exceso de confianza, su sensibilidad nacional como alemana o la preparación de su futuro bien como candidata a la reelección o como movimiento hacia secretaria general de la OTAN.

Escrutinio en la Eurocámara

Von der Leyen afronta unos días difíciles. La cita del martes es solo la antesala del debate encendido que se prevé el miércoles en el Pleno de Estrasburgo. La democristiana alemana se enfrentará, con buen seguro, a muchas críticas por parte de los eurodiputados. Muchos de los cuales ya han dejado constancia de su molestia.

"Es correcto expresar solidaridad con Israel después del ataque terrorista. Pero estar allí y no hacer ni una mención al bombardeo indiscriminado sobre objetivos civiles, o al ultimátum-amenaza sobre más de 1 millón de personas en Gaza, es imperdonable. No en mi nombre", ha afeado a través de X Ibán García, eurodiputado socialdemócrata.

"Señora Von der Leyen: sí, somos amigos de Israel y apoyamos al pueblo israelí en su terrible experiencia. Sí tiene derecho a defenderse de los terroristas sanguinarios. Pero se te olvida un mensaje importante: hay que respetar el derecho internacional humanitario. No entiendo qué tiene que ver la presidenta de la Comisión con la política exterior de la que no es responsable", coincide la francesa Nathalie Loiseau, presidenta de la comisión de Defensa de la cámara.

En medio de todo el ruido político es la población civil la que está sufriendo las consecuencias de la llamada a ser la peor guerra desde 1948, creación del Estado hebreo y Nakba (desastre) para los palestinos. Israel ha informado hoy de que habría 190 rehenes en manos de Hamás. Mientras que la organización Euro-Med Human Rights Monitor señala que a fecha de 14 de octubre, Israel mata a 14 palestinos cada hora "en su ataque brutal a Gaza" a través de ataques a la Franja que equivalen a una "cuarta parte de una bomba nuclear".

El bloqueo de agua, alimentos y electricidad a la ya bloqueada Franja de Gaza está poniendo a Israel bajo las miradas de toda la comunidad internacional. Luis Moreno Ocampo, fiscal fundador de la Corte Penal Internacional ha asegurado en X que "un bloqueo completo de Gaza podría considerarse un crimen contra la humanidad y un genocidio" y por lo tanto ser motivo de investigación por ese tribunal.

Por lo pronto y tras la confusión de la semana anterior sobre las ayudas a Palestina, la Comisión Europea ha anunciado que triplicará este mismo año sus partidas en asistencia humanitaria. Este lunes ha abierto un puente aéreo humanitario para trasladar a Gaza víveres esenciales a través de Egipto.