Opinión
Defender la Memoria de quienes la niegan

La Real Casa de Correos, antigua Dirección General de Seguridad y actual sede de la Comunidad de Madrid, en Sol, fue un lugar de tortura donde se reprimió a personas que luchaban durante el franquismo y la transición por la libertad. No estoy escribiendo algo que no se haya nombrado antes en este blog ni tampoco estoy diciendo algo que no está recogido por miles de testimonios y documentos oficiales. De hecho, el año pasado el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, tras numerosas movilizaciones y presiones de las entidades memorialistas, impulsó la incoación del expediente para que la DGS, la Real Casa de Correos, sea reconocida como Lugar de Memoria y tenga una placa en recuerdo de las personas que pasaron por ahí.
Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, ha mostrado su indignación porque se quiera colocar una placa en el edificio al igual que hay placas sobre el COVID, el 2 de Mayo o el 11M. Ha llevado la decisión del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática al Constitucional porque, considera, se está dinamitando la transición, argumenta daños patrimoniales a un edificio de 250 años y le ha escrito una carta al ministro sobre otros lugares que ella considera que también tienen que ser Lugares de Memoria y que el ministerio aún no ha nombrado.
Ayuso ha utilizado el argumento de la concordia. Es un argumento clásico. Es como si quisiesen borrar la historia para meter con calzador que, desde que se murió el dictador, todo fue perfecto. Incluso la dictadura era perfecta y algo necesario porque sino seríamos ahora todos comunistas y el país estaría en la miseria. ¿Qué se habla de personas torturadas? Pues entonces te responden con las checas. Que hubo campos de concentración, pues te nombran las iglesias quemadas durante la República. Que hay personas en las cunetas, sí, pero qué pasa con los curas muertos en la guerra. Y así todo. Todo el rato. Como si lo que hicieron unos anulase lo otro y por eso no hay que remover. Concordia lo pretenden llamar.
Es tal la huida hacia delante de la derecha para negar la historia, que voy a poner un ejemplo de algo que nos pasó en diciembre y es que se reprobó al portavoz del Partido Popular de Getafe por ofensa a las víctimas.
Los Ayuntamientos son un lugar donde muchos piensan que es el sitio donde hacerse un nombre para poder subir a las ligas superiores autonómicas o, con suerte, a la estatal. Algunos piensan que lo pueden hacer a costa de quienes consideran débiles y de quienes, piensan, no se van a quejar así que no se cortan en decir barrabasadas. Porque piensan que todos los derechos son suyos, porque piensan que nadie les va a controlar porque apenas sale en prensa y apenas hay seguimiento de lo que pasa en los Ayuntamientos.
En noviembre, se llevó una iniciativa al Ayuntamiento de Getafe de la mano del concejal encargado de la materia de Memoria donde se pedía que el Ayuntamiento de Getafe apoyase la declaración de Lugar de Memoria de la Dirección General de Memoria. Durante la iniciativa, dos personas subieron a relatar sus torturas en la DGS y, tras esas declaraciones los partidos políticos tomaron la palabra. Fue cuando, en el turno del PP, mientras hablaba una concejala, el portavoz del grupo, Antonio Mesa, miró a las víctimas que se encontraban entre el público e hizo el gesto de una pistola amenazando claramente a las víctimas.
Denigrar y humillar a las víctimas del franquismo contraviene la Ley de Memoria que en su artículo 38,1 dice “se considerarán actos contrarios a la memoria democrática la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, y supongan exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial”
El portavoz del PP seguramente pensó que su gesto no tendría consecuencia, total, siempre se ha machacado a las víctimas del franquismo porque la mayoría de los crímenes franquistas siguen impunes y porque la justicia del Estado español sigue dando la espalda a las víctimas.
Es triste que un representante público de todos los getafenses y getafensas amenace a personas y las desprecie, pero no nos íbamos a dejar amenazar y en diciembre, nos volvimos a presentar en el Pleno del Ayuntamiento de Getafe para presenciar su reprobación.
Esta vez los argumentos de la derecha fueron más moderados, quizás, porque sabían que no éramos víctimas débiles. Que no íbamos a bajar la cabeza ni nos íbamos a dejar amenazar. Quizás porque entendieron que se pueden sentir muy poderosos en sus escaños pero que nosotros y nosotras también sabemos defendernos de las ofensas.
Lo que pasó en Getafe es algo que, por desgracia es habitual. La derecha espera pacientemente a que desaparezcan todas las víctimas del franquismo para que su relato sea el que impere. Para poder así blindar la impunidad y que sigamos teniendo una democracia deficitaria y olvidadiza donde los que se creen vencedores sigan siendo unos privilegiados.
La lucha por la memoria hay que darla desde todos los frentes porque la memoria, igual que las desigualdades, nos atraviesan a cada persona y tenemos que defenderla de aquellos que pretenden negarla.

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