A finales del año pasado, la Gaceta Internacional de Ciencias Forenses publicaba un estudio sobre la evolución del número de suicidios en España respecto a las variables macroeconómicas. A fin de cuentas, la tasa de suicidios en nuestro país continúa en línea ascendente desde 2010. Según los últimos datos disponibles por parte del INE, en 2013 se quitaron la vida 3.870 personas, lo que supone la cifra más alta en los últimos 25 años (línea azul del gráfico inferior), de las cuales 2.911 fueron hombres, concentrándose el mayor número de muertes en junio.

Con todo, con una tasa de unos 8 suicidios por cada 100.000 habitantes, nos encontramos a la cola de los suicidios en Europa, en donde como países como Polonia supera los 16 suicidios, por no hablar de los cerca de 12 en Francia o los casi 30 de Lituania.

¿Tienen relación variables como el desempleo (barras rojas en gráfico) sobre la evolución de los suicidios? Algunas publicaciones científicas, como The Lancet, afirman que sí, apoyándose para ello en los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, precisamente, el año pasado advertía de cómo el suicidio es la segunda causa de muerte en el mundo en los jóvenes entre 15 y 29 años.

Sin embargo, para Emma Ramos, autora del estudio publicado en la Gaceta Internacional de Ciencias Forenses, esta relación directa no está tan clara. De hecho, al cruzar los datos de tasas de suicidios y PIB, la investigadora indica que “parece que existe una relación inversa entre el PIB y el número de suicidios en España, bastante más concreta desde el año 1994 hasta 2012”.

No obstante, al desglosarlo por géneros, la cosa cambia: el coeficiente de correlación es mayor entre el PIB y los suicidios de hombres, “con índices que muestran que la evolución del número de suicidios de varones está altamente relacionada con la evolución del PIB”.

Asimismo, esta relación inversa es la misma que encuentra Ramos en lo que a evolución del paro se refiere, determinando que “no solamente no incrementan los suicidios cuando incrementa el desempleo, sino que parece darse un efecto inverso, destacando el año 2004 cuando el desempleo es del 10,5% y 8,10 suicidios por cada 100.000 habitantes y el año 2011 con un 22,6% de desempleo y 6,79 suicidios por cada 100.000 habitantes”.

Un análisis detallado del gráfico demuestra que, aunque es verdad que en estos años de crisis, cuando más paro hemos registrado, se ha disparado el número de suicidios, no es menos cierto que en la década de bonanza económica de los 2000, cuando el desempleo era el más bajo registrado, la tasa de suicidio en cambio se disparó. Lo mismo sucede con el indicador GINI de desigualdad (línea verde del gráfico), que demuestra que ante incrementos de desigualdad no siempre se produce un incremento de suicidios.

Trastornos mentales

¿Quiere decir el estudio de la Gaceta Internacional de Ciencias Forenses que no existe relación entre la crisis y el estado mental de la población? En realidad no, porque si nos remitimos a otros estudios, como el presentado recientemente por la Asociación de Economistas Fedea, comprobamos cómo durante los años de recesión, no sólo se ha producido un repunte de trastornos mentales en los tramos de población de mayor edad sino que, además, también aumenta el número de ingresos hospitalarios por enfermedades mentales, que repunta en 2013.