Opinión

Josefa, una de las cinco caras de una migración feminizada

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Nazanin Armanian

Por Nazanin Armanian

Analista política y traductora persa y dari

"Hui de mi país porque mi marido me pegaba. Me golpeaba porque no podía tener hijos", cuenta Josefa, la superviviente camerunesa rescatada por Open Arms en el Mediterráneo. Le acompañaban en el bote destrozado por los guardacostas libios los cuerpos sin vida de una compañera y un niño pequeño. Ella añade un nuevo factor al principal motivo de la emigración de África, que es el saqueo militarizado de sus recursos por las potencias mundiales: la decisión de las mujeres maltratadas en liberarse, poniendo tierra de por medio.

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Doaa Al Zamel, de 19 años, había conseguido en 2012 llegar a Egipto huyendo de la guerra emprendida por una docena de países del mundo contra su tierra: Siria. En el Cairo se enamoró de Bassem, un refugiado compatriota, quien le animó ir juntos a Europa y empezar una vida nueva. Sería la segunda vez que sin saber nadar se lanzaría al mar. Tras pagar todos sus ahorros, la pareja subió a un pequeño bote oxidado junto con otras diez personas.

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Joanna Demafelis, de 29 años, era una de decenas de miles de mujeres filipinas que trabajan empelada de hogar en extranjero.

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Sharbat gula, la niña afgana de penetrantes ojos verdes portada de National Geographi, volvió a ser noticia en 2016: fue detenida por llevar la documentación falsa. Su fotografiada era de cuando tenía 12 años y vivía con sus padres en un campo de refugiados en Pakistán. Formaba parte de los seis millones de afganos que huyeron del Gran Juego entre las potencias y un inepto yihadismo, que ha destrozado la vida de sus gentes. Pakistán entregó papeles de residencia provisional sólo a 2.5 millones de afganos, ignorando al 1.5 restante, entre ellos a la familia de Sharbat gula, quien fue casada a los 13 años y hoy es una viuda con cuatro hijos (una muerta). No quería regresar a su país que sigue ardiendo en el infierno creado por la OTAN y los fundamentalistas. ¿Deberían también condenar a Oskar Schindler por falsificar documentación y salvar a la gente de una muerte segura y terrible? Las personas deben tener el derecho de vivir donde quieran, porque esta Tierra que no es propiedad de nadie. Fue noticia reciente el asesinato de una “esposa” afgana de 9 años por su “marido”, quien le habia desposado dos años antes a cambio de la deuda contraída por el padre de la niña, en un país gobernado por una mafia instalada por las fuerzas de ocupación, que ignora a los ciudadanos.

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Naira Mustafá, mujer egipcia divorciada, tuvo que emigrar de su pueblo a la aldea el-Samaha, cerca de Asuan, un oasis en medio del desierto. Sin ingreso con el que sobrevivir y huyendo de estigmas y prejuicios por ser repudiada, encontró en este pueblo un refugio.

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Nazanin Armanian

Analista política y traductora persa y dari

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