Una yanqui subasta su virginidad por Internet y la puja más alta no es una proposición indecente es más que el PIB de Uganda (3´8 millones de dólares). La inocente Natalie Dylan reconoce que si la vende será prostitución pero que no habrá delito porque en Nevada es legal. A Beatriz Montañez (de

La Sexta) Intereconomía la acusó de la misma practica (“la profesión más vieja del mundo”) por una ficción en la que, sí, hacía de guarra. Su programa se vengó colándoles un vídeo falso, ya casi más visto que la final de

la Eurocopa, en el que Wyoming no hacía de puta -con perdón- sino de déspota. Volviendo a donde se censura el pecho de Janet Jackson pero se regalan pistolas con las gominolas; en Tucson (Arizona) se les coló porno en la final de

la Superbowl y fueron diez segundos (algunos en ese tiempo coronan). Mientras allí la cadena ha abierto una profunda investigación aquí ha terminado otra: el Goya del rojo Albert Solé apareció en la caja fuerte de El MUNDO. Un crítico de cine en paro decidió tomarlo prestado para protestar por el “sectarismo y nepotismo del cine español” y de paso, supongo, conseguir que el único diario para el que esto es portada le de trabajo. Lo que tiene mucha lógica; porque si hubiera querido entrar en la industria del cine y no en un periódico se lo hubiera devuelto a

La Academia o directamente a su amo. En el encuentro digital que el diario propició, Kiko, que así se llama el anónimo ladrón, declara que no fue premeditado pero que tiemble Hollywood que va a por el Oscar. Esto último parece menos razonable pero es que no es

LA RAZÓN lo que impera en los medios. Y si no me creen miren como TVE y TELECINCO se han puesto a parir esta semana. Es lo que tienen las guerras que sacan lo peor de cada uno y de eso tampoco se salvan las mediáticas.