¿Hay peor fin de fiesta que acabar a tiros con los toros que han corrido por las calles de tu pueblo?

Eso es exactamente lo que sucede cada año en el municipio de Coria, provincia de Cáceres.

El encierro de ayer no pudo ser más trágico. Después de que falleciera de una grave cornada uno de los participantes, el señor del pañuelo rojo festivo que se ve en la foto, armado con una escopeta, le pegó un tiro al toro para acabar con el encierro.

Allí estaba mirando tranquilamente el Delegado Gubernativo, un policía que ignoró por completo la ley que prohíbe utilizar armas en la vía pública y que pegar un tiro a un toro para acabar un encierro no está permitido por el reglamento de espectáculos taurinos, ni muchísimo menos.

La celebración y la vida son lo contrario al sufrimiento y la muerte.

¿Por qué ese empeño en seguir permitiendo festejos bárbaros que le cuestan además la vida tanto a personas como a animales? ¿Qué respuesta obtendremos de la denuncia que interpondremos hoy mismo desde PACMA?

Permítanme soñar con un mundo mejor para todos, en el que ni personas ni animales tengan que perder la vida en una jornada festiva.

Porque las sociedades cambian, y las costumbres se adaptan a la actualidad.

Antaño se tiraban soplillos al toro de Coria, dardos punzantes que venían a aumentar e martirio del animal.

Afortunadamente el Partido Animalista PACMA consiguió terminar con esta práctica por la vía legal. De la misma manera, desearíamos que se pusiera fin a los actuales encierros de los Sanjuanes, en los que se mata de un tiro a los animales.

Es hora de dar paso a una nueva sociedad en la que las tradiciones evolucionen, una sociedad en la que el respeto hacia los animales esté integrado en su legislación, en la que los festejos populares dejen de estar basados en el sufrimiento y la muerte, tanto para los animales como para las personas.

En ello estamos.