Opinión
Defender la democracia, conquistar derechos, transformar el país

Vivimos en tiempos muy complejos en los que la política se tiene que hacer valer y se tiene que hacer cargo de la situación. Es el momento en el que la ciudadanía tiene una mayor desafección y menor atención por la política pero, paradójicamente, es uno de los momentos que van a determinar el futuro. Nos estamos jugando un modelo de civilización. Este futuro no es únicamente el inmediato, es el de generaciones próximas.
Es un momento de gran incertidumbre, los aranceles de Trump, el genocidio y la colonización de Palestina, la guerra de Ucrania, una posible crisis económica y la ultraderecha entrando con fuerza en parlamentos y gobiernos para derribar todo lo construido por gente anónima que luchó durante siglos: la democracia, los derechos laborales, feministas, LGTBIQ+ y la lucha contra la emergencia climática.
Es el momento de organizaciones políticas progresistas que tengan claro cuáles son sus objetivos: conectar con la gente, protegerla de las posibles crisis y la emergencia climática y la defensa de un modelo civilizatorio mejor, más democrático en toda la radicalidad de la palabra, que el actual en el que vivimos. Y esto estamos en Movimiento Sumar.
Las gentes progresistas nos jugamos la actual democracia, cada día está más claro lo que tenemos enfrente: una oligarquía dispuesta a desposeer a la ciudadanía del sustento económico y también del poder de cambiar las cosas mediante la política y la participación en ella. Siempre ha sido una lucha entre élites y el pueblo, pero ahora nos jugamos mucho más. A las élites siempre les ha sobrado la democracia, pero nunca han sido tan sumamente claras en que no solo quieren achicarla para que el pueblo no pueda gobernar sus propios destinos, lo que quieren es destruirla mientras se enriquecen más y destruyen el planeta. Estas élites están tan desapegadas de la realidad que piensan, como Musk, que cuando todo se destruya aquí se podrán ir a Marte. Lo único que no puede responder Musk no es cuándo se podrá ir, es de qué va a vivir si en Marte no hay trabajadoras y trabajadores, que son quienes mueven el mundo.
La gente de a pie necesita la política para ponerle coto a la desigualdad que permite que haya lo que no debería de haber existido nunca: hombres tan poderosos que puedan comprarse unas elecciones. Se necesita la política para luchar por el ecosocialismo que cambie nuestro modelo productivo y ponga en el centro la vida y el planeta y no el beneficio de unos pocos. Qué decir de lo que necesitamos a los feminismos. El movimiento feminista no sólo es el principal vector de transformación social, es claramente sinónimo de libertad y de emancipación.
Ahora es el momento más importante, y en el que es esencial estar en política, en las instituciones y en el Gobierno. El 23J surgió una idea muy simple pero radicalmente transformadora: la derecha y la ultraderecha no tienen por qué gobernar España. Y así, Sumar paró a la internacional del odio y se revalidó el gobierno de coalición progresista.
Movimiento Sumar vive orgánicamente porque tiene claros los objetivos que tiene que tener ahora mismo cualquier fuerza política: conectar con la gente de la calle, conectar con sus organizaciones civiles y políticas, ganar elecciones, entrar en gobiernos y transformar. Al odio solo se le gana generando empleos, subiendo salarios y elevando el poder de compra, atajando ya el problema de la vivienda, haciendo políticas feministas, ampliando y reconociendo derechos al colectivo LGTBIQ+ y migrantes y, obviamente, democratizando toda nuestra sociedad, eso incluye a la economía. Luchando por una Europa soberana e independiente y no sierva de los Trump de turno.
El debate público está acelerado, hay muy poca atención, la actualidad dura poco. Pero lo único que perdura -y lo hemos constatado bien- son las propuestas de largo recorrido y de futuro. Hay parte de la ciudadanía que puede que no se acuerde del último rifirrafe vergonzoso en el parlamento, pero sí que se acuerda de que quiere vivir más trabajando menos y de que solamente tenemos este planeta, que hay que cuidarlo y que el actual sistema económico es incompatible. En Movimiento Sumar estamos en la actualidad, en el Gobierno gestionando nuestras competencias transformando la vida de la gente, pero con propuestas que van más allá y que calan.
Reduciremos la jornada laboral a 37,5; aprobaremos una prestación universal por crianza, pero en las próximas elecciones la gente querrá trabajar 32 horas, querrá una prestación universal por crianza más amplia y querrá la herencia universal para reducir la desigualdad.
Nuestro proyecto es de país, es de imaginar una España mejor. No solo es resistir a las fuerzas del odio, resistir al neoliberalismo, resistir a la oligarquía. Nuestro proyecto es cambiarlo todo y es que tú vivas mejor. Vamos a conquistar más derechos, vamos a hacer que la vida no esté tan mercantilizada, vamos a poner la vida y el planeta por delante de todo lo demás. Nacimos para eso.
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