Es indiscutible el gran alcance de la pandemia. En lo sanitario, lo social o lo económico, la situación derivada de la Covid-19 ha provocado un efecto tan devastador en nuestras vidas en tantos países y durante tanto tiempo que nada ha vuelto a ser igual desde 2020. Ante esta situación, la respuesta política no se ha hecho esperar. En Europa, en una decisión sin precedentes, se alcanzó un acuerdo histórico para apoyar a los países miembros a salir de la profunda crisis provocada por el COVID-19. El programa Next Generation EU es el mayor instrumento de estímulo financiero, nunca jamás visto desde el Plan Marshall, para reactivar la economía y el empleo. Este ambicioso Plan, el cual canaliza 750.000 millones de euros en transferencias y créditos en el periodo 2021-2026, representa en sí una oportunidad extraordinaria para transformar y modernizar las economías de los países miembros en base a dos grandes ejes definidos por la CE: transición ecológica y digitalización.

El Gobierno que preside Pedro Sánchez, siguiendo las directrices fijadas por la Comisión Europea, aprobó, la pasada semana, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España y lo envío a la Comisión Europea para avanzar en la implementación de los ingentes fondos europeos que recibirá España (140.000 millones de euros). De hecho, este Plan es el instrumento principal, con el que cuenta el Ejecutivo, para canalizar los recursos de la UE, más de 70.000 millones de euros de subsidios a fondo perdido hasta 2023, para relanzar la economía y guiar la imprescindible transformación de nuestro tejido económico y social para hacerlo más productivo, eficiente, competitivo y resiliente ante futuras crisis. Dentro de este Plan existen cuatro ejes prioritarios de actuación transversal, que se sustentan en diez políticas palanca y treinta componentes, para articular los proyectos que modernicen el país: transición ecológica, digitalización, cohesión social y territorial e igualdad de género, siendo la transición ecológica (39% de la inversión) y digital (29%) los más importantes, tanto en cuantía como en implantación.

El Plan se articula en 110 inversiones bien estructuradas, coherentes y con mayor capacidad tractora sobre el conjunto de la economía y sociedad. Por su transcendencia y magnitud, cabe destacar las inversiones en movilidad sostenible, segura y conectada (13.200 millones de euros); rehabilitación de vivienda y regeneración urbana (6.800 millones de euros); modernización administración pública para adaptarla al siglo XXI (4.315 millones de euros); digitalización de Pymes y autónomos (4.060 millones de euros); despliegue conectividad 5G (4.000 millones de euros); desarrollo habilidades y competencias digitales (3.590 millones de euros); modernización y competitividad sector turístico (3.400 millones de euros) o bien el impulso sistema nacional de ciencia e innovación (3.380 millones de euros). Además, en paralelo se abordan un conjunto de 102 reformas necesarias y urgentes en nuestra economía, para garantizar no sólo la sostenibilidad de las cuentas públicas, sino también la dinamización y competitividad de la economía. Estas abarcan ámbitos diversos como el sistema energético, la enseñanza y la formación profesional, el sistema público de pensiones, el mercado laboral o bien la reforma del sistema fiscal. Los ingentes recursos que moviliza el Plan, su transversalidad y gran alcance demandan la necesaria colaboración de todas las Administraciones Públicas, empresas y agentes económicos y sociales. Sólo en el marco de un leal y constructivo acuerdo de las Comunidades Autónomas y entidades locales, alineado y coordinado con las prioridades estratégicas que como país ha elaborado el Gobierno de España posibilitará desplegar en todo su potencial el Plan y hacer de este un verdadero proyecto de país para las próximas generaciones.

Este es un Plan fundamental. El proyecto económico más ambicioso de nuestra historia reciente para impulsar y modernizar España. La determinación del Gobierno es firme: construir un país más verde y sostenible, más digital, cohesionado social y territorialmente y con igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Un proyecto de futuro para promover la recuperación en el corto plazo; abordar la necesaria modernización del tejido productivo a medio plazo y a largo plazo lograr un desarrollo sostenible y resiliente desde el punto de vista económico, social, territorial y medioambiental. Un horizonte de progreso y bienestar para los ciudadanos. Un horizonte de futuro para las generaciones venideras. Es momento de responsabilidad y de compromiso. Nos estamos jugando la España del futuro.