Este artículo se publicó hace 3 años.
FrancoMuerte accidental del movimiento franquista
El Movimiento Católico Español ha querido conmemorar la caída de la capital al final de la Guerra con diferentes actos en los que no consigue agrupar más de 40 personas. No pudieron acceder a la misa en el Valle de los Caídos y Femen protestó contra su acto de "exaltación nacional" en el Arco de la Victoria.
Madrid-Actualizado a
El mismo día que se cumplen 82 años de la caída de Madrid a manos del bando franquista durante la Guerra Civil, el Movimiento Católico Español (MCE) ha logrado congregar a 40 personas para honrar la memoria de Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera y los caídos del bando sublevado. Un tour que comenzaba y terminaba en el denominado Chino Franquista se ha visto entorpecido por la imposibilidad de acceder al Valle de los Caídos debido a su aforo completo. Después, el Arco de la Victoria de Moncloa ha sido testigo de cánticos, poemas y soflamas franquistas para terminar en una rápida ofrenda floral en Mingorrubio, en cuyo cementerio se ubica la tumba del dictador.
La Delegación del Gobierno de Madrid dio luz verde a la convocatoria que los organizadores hicieron pasar por una movilización contra la Ley de memoria histórica. Pese a que comunicaron la previsible asistencia de una cincuentena de personas, los seguidores del MCE y Acción Juvenil Española (AJE) no han superado dicha cifra. La mañana empezaba torcida para los franquistas: llegaron tarde para asistir a misa de 11:00 en el Valle de los Caídos, tal y como tenían programado, así que esperaron a que el aforo bajara para poder visitar, al menos, la Basílica.
Su retraso se hizo notar ya en el Arco de la Victoria, pues casi media hora más tarde de lo planificado apareció el autobús que les llevaba de un sitio a otro. Una acción del colectivo Femen encendió los ánimos de los allí congregados. Cinco mujeres, con el torso desnudo y en el que se podía leer "al fascismo ni honor ni gloria" irrumpieron en el lugar coreando la misma consigna. Apenas tres minutos después y entre gritos de "zorras", "prostitutas" y "guarras" de los franquistas, agentes de la Policía Nacional procedieron a su identificación tras haberlas alejado de las escalinatas del Arco.
A partir de ese momento, cinco policías nacionales protegieron el acto. La presencia policial en ningún momento superó los dos furgones y una decena de agentes a simple vista. Empezó el "acto de exaltación nacional", tal y como el propio MCE lo denominó en la convocatoria. Querían "ejercitar la memoria auténtica contra la sectaria que cambia nombres de las calles y derriba estatuas", comenzó diciendo una mujer a través de una precaria megafonía que minutos después fallaría. "Somos la España auténtica, un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes. (...) Ellos tienen una legitimidad que procede del averno", continuó la oradora refiriéndose a la relación entre el infierno y los antifranquistas.
El porro y el botellón, los problemas de la juventud
Después de dar algunos datos técnicos del Arco y asegurar que los monumentos erigidos durante la dictadura por el honor y la gloria de los caídos en el bando franquista no buscaban realizar ningún tipo de escarnio pero sí mostrar la obediencia a Dios del pueblo español, según sus términos, el humilde altavoz utilizado para la ocasión reprodujo el último parte de Guerra confeccionado en 1939 por los sublevados. Un joven, ataviado con la indumentaria típica que conjuga camisa verde aceituna arremangada metida por dentro de unos pantalones negros, procedió a leer un poema en el que ensalzó los valores del régimen dictatorial.
A continuación, un alegato que equiparaba a Cristo Rey con Franco y que arremetía contra el "Gobierno socialcomunista y la complicidad de la derecha liberal" dejó paso a las críticas a la corrupción, el separatismo, la eutanasia, el aborto y los matrimonios homosexuales. Una cita del evangelio antecedió a las siguientes afirmaciones: "La juventud está adoctrinada en el izquierdismo y en el odio a España; (...) regada por el porro y el botellón, los vicios y vivir el momento en lugar de lo eterno". Según arguyó el orador, la verdadera vida del militante joven debe estar basada en la oración, el estudio y la acción.
Una gorra naranja del partido político Ciudadanos intentaba quitar algo de sol a uno de los franquistas allí presentes cuando el siguiente parlamento comenzaba: "Hoy conmemoramos la fecha heroica y gloriosa del 1 de abril de 1939: la victoria de unos principios espirituales sobre el materialismo. (...) La victoria de las armas no fue un fin, sino un medio en el que ganó la espiritualidad trayendo paz, libertad, cultura y nobleza", dijo a los allí congregados.
El porqué de la Guerra Civil según el MCE
El público, de idiosincrasia variada, se componía de personas de edad avanzada que lucían símbolos franquistas, además de un par de jóvenes con estética neonazi. Seis sillas desvencijadas daban algo de remanso a los afortunados que se hacían con ellas. En frente, el micrófono volvió a temblar cuando el tercer orador que componía el programa subió al improvisado escenario: "Los medios de comunicación, que deberían llamarse de propaganda y agitación marxista, nos han acusado de querer conmemorar un régimen criminal, cuando realmente en esta fecha celebramos la liberación de un Gobierno frentepopulista. (...) Los españoles de bien no quisieron la guerra, pero no les quedó más remedio. Era defenderse o morir", según sus palabras.
Firme en sus palabras, el escritor José María Permuy continuó con su diatriba: "La España de Franco no ejecutó a nadie por sus ideas políticas, ni por ser partícipes en sindicatos de izquierdas, sino a raíz de sentencias de tribunales que les acusaban de asesinos". Justo en ese momento, un grito de "Franco asesino" procedente de uno de los jardines colindantes se coló en el acto. "Nos congregamos aquí y ahora para que no vuelva a haber una guerra provocada por los rojos y separatistas. Solo por eso".
Por último, José Luis Corral, el "jefe nacional" del MCE, tomó la palabra: "Madrid se liberó del hambre, del terror, el miedo y las matanzas incluso entre los mismos republicanos. En Madrid hubo 8.000 víctimas inocentes y solo 3.000 pagaron por ello al final de la Guerra. Porque eran de derechas o iban a misa. En Madrid no se celebró una misa durante tres años. De eso nos liberó el ejército nacional. Agradecidos, solo podemos decir ¡arriba España!". El mismo grito coreado por los congregados se repitió tras los distintos discursos. Uno, al micro, decía "¡arriba España!" y los demás lo repetían, al igual que sucedía con la soflama "¡viva Cristo rey!". La cosa cambiaba cuando citaban a Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera y los "caídos por Dios y por España", pues en este caso la respuesta era el grito de "presentes".
Franquistas antivacunas
Y llegó el momento de cantar. Así lo hicieron con su propio himno, el del MCE, y lo intentaron con el Cara al sol, aunque tuvieron que terminarlo sin acompañamiento musical debido a una falla del altavoz. Realizando el saludo fascista en todo momento y muchos de los congregados sin hacer uso de sus mascarillas, el "acto de exaltación nacional" terminó con el cántico del himno de España acompañado de la letra de José María Pemán. No pasaban las 14:20 horas cuando la parafernalia desplegada para la ocasión y compuesta por banderas franquistas, carlistas, de la Falange y de la AJE fue retirada por los organizadores. Al final del todo, una mujer que había acudido al acto se esmeraba en repartir una hoja de papel. Titulada Toda la verdad sobre la pandemia: ¡No te vacunes!, el escrito afirma que la vacuna contra la covid-19 "es un fármaco experimental transgénico, y que estaba patentado y en preparación desde antes del estallido de la pandemia, y que modifica el ADN del receptor (...)", entre otras cosas.
Pero el tour no había terminado. El cementerio de Mingorrubio fue la última parada antes de la comilona que les esperaba en el Chino Franquista. La actual ubicación de la tumba del dictador, una especie de mausoleo decorado con emblemas nacionales, exaltaciones a la dictadura y motivos cristianos y católicos, protagonizó la ofrenda floral que el MCE y las AJE realizaron con motivo del 82 aniversario de la toma de la capital a manos del bando franquista. Ahora sí, pudieron retornar al mismo bar del que partieron por la mañana.
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