Si Alberto Núñez Feijóo hubiera igualado o mejorado los resultados récords que el PP obtuvo en Galicia en las elecciones generales del año 2000, con cerca de 890.000 votos, el 54,7% del total, y 16 escaños, quizá ahora podría seguir aspirando a que la aritmética parlamentaria le diera la presidencia del Gobierno.

Con 680.000 sufragios -el 43,5% del total-, 210.000 menos de los que consiguó Aznar,  Feijóo se ha hecho con 13 de las 23 actas que se jugaban en Galicia. En el total estatal, la suma de PP y (136) y Vox (33)  junto a Coalición Canaria (1) y Unión del Pueblo Navarro (1) son 171 escaños. El bloque que podría apoyar a Sánchez, es decir PSOE (122), Sumar (31), ERC (7), Bildu (6), PNV (5) y BNG (1) suma 172.

Es decir, si Feijóo hubiera logrado unos resultados similares a los que consiguió Aznar en 2000, tendría ahora una posición de fuerza mucho más consistente para optar a La Moncloa. Una posibilidad que ahora mismo parece totalmente descartada.

El presidente de los populares también se quedó muy lejos de otros resultados históricos del PP en Galicia, como los de Rajoy en 2004 -865.000 votos y 12 escaños-, 2008 -810.000 votos y 11 actas- y 2011 -865.000 sufragios y 15 diputados-.

Empate con el PSOE en Pontevedra

En 2023 el PP ha ganado en las cuatro provincias gallegas, principalmente a costa del PSOE, que a pesar de haber caído tan sólo 1,5 puntos con respecto a las generales de noviembre de 2019 -desde el 31,2% al 29,8%-, pierde los tres diputados que gana el PP (fueron diez en 2019).

Pero no ha vencido de manera abrumadora en ninguna de ellas. Al menos, no tanto como para hacerse con los apoyos que le hubieran puesto en esa posición bien distinta a la que tiene tras las elecciones, pese a que este domingo, cuando salió al balcón de Génova 13, se jactó de que iba a intentar formar Gobierno. Una apuesta que parece más que imposible.

Feijóo obtuvo cuatro de los ocho escaños que se jugaban en A Coruña; tres de los cuatro de Lugo y otros tres de los cuatro que se disputaban Ourense. Pero llama la atención que el PP haya empatado en escaños con el PSOE en Pontevedra. Allí se jugaban siete, y el otro se lo llevó Sumar.

Feijóo nació en la ciudad de Ourense cuando sus padres vivían en Os Peares, una aldea a caballo entre esa provincia y Lugo. Sin embargo, su trayectoria política siempre estuvo vinculada al PP pontevedrés, donde se unió al poderoso clan que en su día encabezaban Mariano Rajoy y Ana Pastor. De Pontevedra es precisamente su sucesor, Alfonso Rueda, y en esa ciudad ofreció su gran mitin de campaña hace sólo un par de semanas.

Su biografía también tuvo más relación con Santiago que con Os Peares. Allí se fue a estudiar con 18 años tras pasar su adolescencia en León, y allí empezó a trabajar en la Xunta tras terminar la carrera. En Santiago ha vivido también desde que regresó a Galicia en 2004 y hasta que desembarcó en Génova en 2022.

Es muy difícil saber a quién votan los vecinos de Os Peares, porque votan en dos mesas electorales adscritas a dos municipios, A Peroxa, e Ourense, y Carballedo, en Lugo. En A Peroxa, donde hay más mesas electorales, ganó el PP: 682 votos frente a los 337 del PSdeG, los 65 del BNG, 51 de Vox, 33 de Sumar y 10 de otros grupos. En Carballedo, el PP arrasó con más de 67% de los votos.

En Santiago, sin embargo, la victoria no fue tan rotunda. El PP se llevó el 42% de los votos -punto y medio por debajo de la media gallega de apoyos a los populares- frente al 26% del PSOE, e 14% de Sumar y el 13,1% del BNG.

Las incógnitas de Alfonso Rueda

Los resultados de las generales también afectan, y mucho, al sucesor de Feijóo en Galicia, Alfonso Rueda, quien barajaba la posibilidad de adelantar las autonómicas gallegas, previstas para el año que viene, a este mismo otoño si se producía una amplia victoria de Feijóo este pasado domingo.

Rueda, cuyo carisma, conocimiento y tirón electoral distan mucho del que tenía Feijóo, pensaba así aprovechar el tirón del "verano azul" con el que había soñado el PP. No ha sido así, lo que augura que tendrá más dificultades para renovar la mayoría absoluta que le legó su antecesor.