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El amianto en instalaciones de Defensa levanta protestas entre los militares

De uso prohibido desde 2002, el amianto, un material que se solía usar como aislante en construcción, se encuentra aún en lugares como buques de la Armada o en tuberías de la Base Aérea de Torrejón.

Imagen de archivo de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Imagen de archivo de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). MDD

Uno de los productos más tóxicos y usados en construcción, compuesto de varios minerales fibrosos con propiedades aislantes, ignífugas y anticorrosivas, vuelve a los titulares. El amianto se encuentra en multitud de instalaciones militares, y el último ejemplo es la base aérea de Torrejón (Madrid). Algunas asociaciones de militares denuncian el silencio del Ministerio de Defensa.

De esta forma, la Asociación Unión de Militares de Tropa (UMT) ha vuelto a preguntar al Ministerio de Defensa sobre la contaminación que produce este material tóxico, una contaminación "extensible" a las familias de los militares y civiles que están expuestos al mismo.

En un comunicado, la UMT asegura que desde hace más de un año ha estado preguntando a Defensa sobre el amianto pero ha obtenido como respuesta "el silencio"; en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas que se celebró en septiembre de 2021 se le preguntó a la entonces subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, sobre cuál era el plan para la erradicación del amianto en el ámbito del Ministerio de Defensa, y la respuesta fue que ninguno "porque no existe un plan estatal al respecto".

Por su parte, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), que también señala el caso de la aparición de esta peligrosa sustancia en Torrejón, recuerda la reciente resolución por la cual se declaraba ahora el fallecimiento en acto de servicio de un almirante de la Armada en 2020 por causa de este material.

Así, esta asociación pide a Defensa que realice un catálogo de instalaciones afectadas, que aplique procedimientos de prevención de riesgos laborales específicos, que realice controles médicos periódicos y que declare como acaecidas en acto de servicio las bajas o fallecimientos producidas por esta causa, como ya ha hecho con el mencionado almirante.

De hecho, el Ministerio de Defensa se ha tenido que enfrentar con el problema de la existencia de amianto con anterioridad, aunque siempre después de una reclamación por parte de los familiares afectados. Si bien en algunos casos el procedimiento ha sido relativamente ágil, muchos de los familiares de fallecidos a causa de la alta toxicidad del amianto y de su exposición continuada a lo largo de los años han tenido que recurrir a los tribunales para obligar a Defensa a reconocer esas muertes como acto de servicio, que implica mayores indemnizaciones y pensiones.

Por ejemplo, ya en 2017, el Ministerio afirmó en sendas resoluciones que "creó una situación de riesgo" al exponer a un capitán de navío y a un alférez de la Armada a la inhalación de un material tóxico como el amianto, de modo que se indemnizó a sus herederos. El primero trabajaba como supervisor de reparaciones en buques de la Armada, y el segundo como mecánicos en los mismos.

Cinco años más tarde, la aparición de más amianto en instalaciones militares indica la falta de voluntad del ministerio que dirige Margarita Robles para adecuar las instalaciones militares de modo que no perjudiquen la salud de los militares y civiles que allí trabajan.

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