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Aznar, veinte años sin rendir cuentas sobre la guerra de Irak

El expresidente del Gobierno nunca ha asumido responsabilidades por aquella decisión política. "No me voy a disculpar", dijo hace menos de dos meses.

Feijóo y Aznar
Alberto Núñez Feijóo y José María Aznar, este miércoles en la sede de Génova.  Foto cedida por el Partido Popular

El expresidente de Estados Unidos George W. Bush sufrió un lapsus el año pasado cuando cargó contra "la decisión de un único hombre de lanzar la injustificada y brutal invasión de Irak". "Quería decir Ucrania", se justificó al momento. Era difícil de creer que Bush se estuviese enmendando a sí mismo. O a sus entonces homólogos y colegas, José María Aznar y Tony Blair.

Han pasado veinte años desde que el 21 de marzo de 2003 una coalición de países con Estados Unidos a la cabeza inició la invasión de Irak sin el respaldo explícito de la ONU. España, con la sociedad española en contra, entre ellos. Y han pasado otros siete desde que el Informe Chilcot —la investigación oficial e independiente que se llevó a cabo en Reino Unido entre 2003 y 2009 para analizar la intervención militar inglesa en la guerra—concluyó que "Blair y Aznar acordaron la necesidad de desarrollar una estrategia de comunicación que mostrara que ellos habían hecho todo lo posible para evitar la guerra". Un argumentario que escondiese las ganas del expresidente del Gobierno del Partido Popular, José María Aznar, de ir a una guerra en la que se estima que murieron 185.000 civiles. Once soldados españoles perdieron la vida en Irak.

Así lo evidenció la citada investigación, donde el exasesor de Tony Blair explicó que "Aznar estaba muy convencido" y "muy a favor de continuar con ello". "Creo que los españoles habrían seguido" dijo entonces David Manning, excolaborador de Blair, sobre un hipotético escenario en el que Reino Unido hubiese decidido no ir a la guerra.

El Informe Chilcot fue demoledor contra el trío de las Azores –George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar- y probó la falta de pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, el argumento con el que se justificó la invasión. "Algunas veces los servicios de información dan buena información, y otras, no", defendería Aznar 18 años más tarde. La investigación inglesa demostró también, trece años después de la invasión, que Aznar, Blair y Bush acordaron el 16 de marzo de 2003 –en la reunión a tres bandas en las islas Azores que les granjeó el sobrenombre– no agotar la vía de la ONU e invadir el país de Sadam Huseín.

“España no participó”

Cabría esperar que al revelarse esa información el expresidente del Gobierno hubiese dado explicaciones a la misma sociedad española que en el 2003 salió en tromba a la calle gritando "No a la guerra", pero el PP se sumió en el silencio y no fue hasta 2018 —en el marco de una comisión de investigación en el Congreso sobre la financiación irregular del PP— cuando Aznar habló para decir que "España no participó" en la guerra. "España no mandó soldados a aquella guerra", sentenció. Mintió: alrededor de 2.600 soldados españoles fueron desplegados en Irak entre agosto de 2003 y mayo 2004.

Solo un día después de convertirse en presidente del Gobierno, el 18 de abril de 2004, José Luis Rodríguez Zapatero anunció la retirada de las tropas españolas de Irak. En 2006, en una respuesta parlamentaria al entonces coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, el Ejecutivo le puso cifra al "coste económico final" de la invasión: 259,55 millones de euros.

"No me voy a disculpar"

A día de hoy, dos décadas después y con las consecuencias de la invasión de Irak en la memoria colectiva, Aznar sigue sin asumir responsabilidades por aquella decisión política. "No me voy a disculpar", dijo hace menos de dos meses en una entrevista en la que se mostró "completamente orgulloso" de haber hecho a España partícipe de la guerra, aseguró.

Hace dos años, en otra conversación con el diario El Español, Aznar explicó la importancia -en positivo- que, según él, ha tenido esa decisión: "Marcó la posición más importante de España en muchas décadas. Para servir a tu país y para que tu país sea más influyente tienes que, a veces, tomar decisiones con tus aliados".

El PP y sus sucesivos presidentes nunca han rendido cuentas sobre el papel de España en la guerra de Irak decidido por Aznar. Es más, han vetado que se haga una investigación como la que hizo Reino Unido. En el año 2016, tras la publicación del Informe Chilcot, ERC pidió una "comisión de evaluación" en el Congreso sobre la intervención española en el conflicto. No salió adelante porque PP y Ciudadanos votaron en contra. Los naranjas argumentaron que la "eventual responsabilidad" de Aznar "quedó dirimida" en las elecciones de 2004 que perdió el PP.

Aznar nunca ha pedido perdón -como sí hizo Blair- ni tampoco ha asumido el error -algo que ha hecho incluso Bush-. El PP tampoco reniega de aquella decisión política y precisamente en la misma semana en la que se cumplían veinte años de la foto en las Azores, Alberto Núñez Feijóo quiso recibir a Aznar en Génova para escenificar la buena sintonía entre ambos.

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