Como ya ocurrió en el 2019, las elecciones de la capital catalana del próximo año podrían ser un mano a mano entre Barcelona en Comú (BeC) y ERC. Al menos, éste es el retrato que ofrece el Baròmetre Municipal, que ha presentado este lunes su edición semestral, correspondiente al mes de junio. El estudio, que diverge mucho de encuestas publicadas por medios privados, da al partido de la alcaldesa, Ada Colau, una intención directa de voto del 11,9%, un punto por delante de ERC, que se sitúa en el 10,9%. En tercera posición, aunque a bastante distancia, aparece el PSC, con el 7,5%. En el anterior barómetro, correspondiente al pasado diciembre, BeC obtenía el 14,8% de los sufragios, ERC el 10, 2% y el PSC el 7,4%.

En cuanto al resto de formaciones, Junts per Catalunya se queda en el 3,4% —dos décimas menos que medio año atrás—; la CUP mejora tres décimas en intención directa de voto y alcanza el 2,9%; tanto el PP como Vox retroceden una décima y obtienen el 1,7% y el 1,1% respectivamente; mientras que Ciudadanos, con el 0,8%, y el PDeCAT, con el 0,2%, difícilmente tendrían ninguna opción de obtener representación en el pleno municipal. Sin embargo, el pronóstico no deja de ser incierto, ya que el número de indecisos ha crecido mucho y ha pasado del 21,4% hace un año al 34,0%. Se trata del mayor volumen desde junio de 2018.

Como ya ocurría en los seis barómetros anteriores —todos los del actual mandato—, el líder de ERC, Ernest Maragall, es el dirigente municipal mejor valorado por los barceloneses, con un 5,2. El republicano, ya confirmado como alcaldable, obtiene la misma nota que hace medio año. En segundo lugar aparece Neus Munté, concejal de Junts, con un 5,0. Tras la renuncia de Elsa Artadi, Munté lidera el grupo municipal pero no está nada claro que encabece la candidatura de la formación en las elecciones.

Sí están confirmados Colau, que se queda en un 4,1, una décima menos que hace medio año y la peor puntuación desde que es alcaldesa, y el socialista Jaume Collboni, que se mantiene en un 4,7. Sobre Collboni, sin embargo, se mantiene un cierto rumor de fondo que pone en duda que acabe siendo el candidato a la alcaldía del PSC, ya que el partido podría buscar un golpe de efecto para buscar a alguien con teóricamente más opciones de asaltar el cargo. Eva Parera, de Valents, con un 3,7; Mari Luz Guilarte, de Cs, también con un 3,7 y Josep Bou, del PP, con un 3,0, obtienen las peores puntuaciones.

La inseguridad se mantiene como el problema más citado

El Baròmetre, que se realiza cada medio año a partir de entrevistas a 800 personas de Barcelona con derecho a voto, pone también el foco en los principales problemas de la ciudad, siempre según sus residentes. Por octava encuesta consecutiva, la inseguridad aparece citada como primer problema de Barcelona, mencionada en esta ocasión por el 22% de los entrevistados —1,2 puntos más y el mayor nivel desde diciembre del 2019—. La limpieza le sigue, con el 11,5% de las respuestas, una cifra casi calcada a la del anterior barómetro, cuando prácticamente se dobló; mientras que la gestión política municipal aparece en tercera posición, con el 7,7%, el dato más destacado desde que en junio de 2015 Colau accedió a la alcaldía.

Otros problemas destacados para los barceloneses son el acceso a la vivienda o turismo. El acceso a la vivienda recibe el 7,3% de las respuestas, que siendo un nivel importante se queda a la mitad del 14,0% que obtuvo en junio de 2019, cuando aparecía como el segundo problema más grave de la ciudad. El turismo alcanza el 6,1%, un volumen que no se veía desde antes de la pandemia, y que muestra cómo los barceloneses sufren ya los impactos del retorno del turismo de masas. Hace cinco años, en junio del 2017, el turismo había llegado a ser el mayor problema de la ciudad, siempre según la percepción de sus habitantes.